Iquique lloran al gran cantautor y luchador social, Monterrat Rivera (QEPD)
Crónicas 18 abril, 2017 Edición Cero
Daniel Díaz Segovia/Periodista UCN.- Adiós a un gran cantautor iquiqueño, Monserrat Rivera: Lo llora la bohemia y su querido barrio El Colorado. Era una noticia que no quería recibir. Es más, preparaba un programa para tenerlo aquí, en Huara, con sus cantos y sus sueños.
Sus aguas eran cristalinas. Su arenan -20+ rubia, producto de la extensión de sus cerros. Era un agrado. Al medio existía un gran galpón. La playa El Colorado, entre el Muelle de Fierro, donde hoy está la Armada y el de los pescadores, ahora apenas existe un pequeño islote como recuerdo, era una playa ideal para bañarse.
Era un lugar idílico. Los pescadores tendían sus redes y la playa llegaba hasta donde hoy pasa la Avenida Desiderio García. Era inmensa. Hermosa.
Apenas asumió Jorge Soria, como alcalde, se construyó un edificio , llamado con mucho orgullo, por los “poto verde” y los “Come perro”, Balneario Acapulco. Es el lugar donde nació y se crió Monserrat Rivera,el cantautor coloraíno que llevó sus vivencias a canciones que retratan la vida de ese populoso barrio.
Con el «Monse» nos conocimos desde niños. Allí, en la calle Colón y cuya esquina, donde un gran edificio permanece incólume testigo de dicho barrio y donde forjamos nuestros sueños e ilusiones. Crecimos escuchando las famosas historia del «Cojo» Manuel, vendedor de frutos del sur.
De viejos pescadores. De albacoreros, chinchorreros», los «momoy».Los que pescaban antes que llegaran las lanchas . Los que trabajan la red a puro pulso. Los que de madrugaban salían diariamente a desafiar el mar.
De don Justo Ayala, padre de la dinastía de los Ayala-Hurtado, de «Puchenta» Ayala, otro grande del «Lenteja», el «Indio Emilio, los hermanos Charlin, los hermanos Fuenzalidas, los Yovich, los Cáceres. Historias que se conocían en el galpón o en la playa, mientras se remendaban redes y se preparaban los espineles.
La de su propio padre que un día dejó el Ferrocarril para embarcarse en vapor mercante y recorrer como Simbab , el marino, los puertos del mundo. Corrían los años sesenta. El «Monse» con guitarra no era ajeno a lo que sucedía.
Era la época de las flores. Los hippies arremetían con todo. Las camisas floreadas y los pantalones apretados con pata de vaca, las chuletas y zapatos de tacones alto.La verdad es que yo era más fanático de Los Beatles.
Aparecía el “Che” Guevara como nuestro gran guía espiritual. El amor de adolescente tocaba las puertas del corazón. Adamo y Sandro no guiaba a escribir poemas de amor.En soñar con más de alguna vecinita.
El «Monse» siempre aferrado a sus canciones y a su guitarra ,fiel a los ideales y luchas del pueblo.,
En El Colorado, en sus playas nacía nuestros sueños. En la esquina de la calle Colón nacía un incipiente cantaautor.
Cantarle al amor adolescente , a nuestro querido barrio .
Las pesquera nos quita nuestra playa. Aparecen como una maleza. llega el famoso “olor a dólares”. La playa comienza llenarse escamas y gusanos. “Acapulco” cae. Adiós a la playa. Los pescadores se tiene que arranchar su pesar en la Caleta Riquelme, y nosotros optar por La Gaviota en El Morro o Cavancha.
Se van miles de sueños. Cuantos iquiqueños pasaran por el lugar y no tiene idea que allí existió una playa que fue un lujo.
Pero, el progreso siguió atacando al pobre Barrio El Colorado y luego fueron sus casas, Balmaceda, Valparaíso, Blanco Encalada, Colón. Las Cabras. Se fue un barrio entero. Por ahora quedan solo los recuerdos y su gente, que está dispersa a lo largo y ancho de la ciudad .
Felizmente, Monserrat Rivera logró plasmar en sus canciones la historia de un gran barrio. Nuestro barrio, el que siempre recordábamos cuando nos veíamos en la calle Baquedano.
Hoy, el «Monse», premiado por la Municipalidad como un Hijo destacado de nuestro puerto nos deja lleno de tristeza, será una noche triste en algunos locales emblemáticos de nuestra ciudad, donde con sus con salsas ,y canciones cantaba a su querido barrio y también a su amada Colombia.