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Víctor Guerrero Cossio/ Dr. En sociología, Académico UNAP En los últimos años Chile se ha convertido en un país donde la corrupción es una práctica... Sociología de la corrupción: el poder de las oligarquías

Víctor Guerrero Cossio/ Dr. En sociología, Académico UNAP

En los últimos años Chile se ha convertido en un país donde la corrupción es una práctica que crece como la espuma, afectando a sujetos y entidades que otrora gozaban de alta consideración, prácticamente no se escapa nadie y afecta a autoridades civiles, militares y eclesiásticas, tal como rezan los discursos tradicionales en los actos de relevancia.

En un mundo donde el estatus social es adquirido casi exclusivamente por la capacidad de consumo de bienes materiales y donde los productos crecen en una oferta incontenible, las adquisiciones son promovidas por el deseo más que por las tradicionales necesidades básicas.

Y este frenesí consumista cuesta dinero y pudor, contar con lo primero y olvidarse de lo segundo. Vistas así las cosas la corrupción cuenta con ancho camino y en Chile crece hasta el infinito. Los sujetos que cuentancon poder y sus allegados se vuelven insaciables, trascendiendo sus individualidades y convirtiéndose en una malsana cultura. Eso rige en Chile y los actos van desde micro hasta macro corrupción.

Y esta corrupción es sociológica debido a que no se trata de simples impulsos individuales ni apetitos insaciables por tener dinero, sino que obedece a un ordenamiento oculto en las maneras de hacer las cosas para que funcione esta sociedad malsana creada por un modelo injusto y excluyente. Podemos remitirnos a un axioma sociológico: donde el Estado no resuelve o la legalidad no asegura el funcionamiento social, la sociedad crea sus propios mecanismos, incluso perversos, los que invariablemente son funcionales a los que más poder tienen.

Un ejemplo de esta corrupción imperante en Chile es lo sucedido en los últimos años en la regiónde Tarapacá a quien el Gobierno central mezquina los recursos necesarios para su desarrollo estratégico, no accediendo a invertir en sus actividades económicas de mayor relevancia y sustentabilidad como es el caso del Puerto y la Zofri.

¿A que se debe esto, es sólo indolencia e ignorancia del potencial económico de la región de Tarapacá?, o bien se trata de privilegiar otras regiones como Valparaíso y Antofagasta?  Y porqué los poderes fácticos se ensañan con Tarapacá e Iquique en particular?

Me atrevo a afirmar que nos encontramos ante decisiones del gobierno central que amparan redes de influencia extralegal de grandes proporciones, las que obedecen tanto a cálculos individuales y beneficios personales como a sentido estructural de las prioridades, o sea tendencias supra individuales a orientar las decisiones en una determinada dirección, en el caso de Chile con un sesgo funcional a grupos y actividades propias de oligarquías económicas y políticas.

Lo anterior impulsa a priorizar inversiones portuarias en San Antonio y Mejillones en desmedro de Iquique, renunciando al potencial comercial que sus favorables condiciones naturales de profundidad de su bahía y altitud cordillerana le otorgan. Más aún,desdeñando el permanente trabajo paradiplomático que ha realizado el alcalde Jorge Soria para la integración física con los países del este sudamericano.

Es muy probable que los poderes fácticos hayan incidido en las decisiones del gobierno central para que se privilegien las condiciones del puerto de san Antonio para las exportaciones de las oligarquías agrarias del centro del país, como también de Mejillones para fortalecer los embarques de la burguesía minera del norte y potenciarla con los embarques de producción desde Brasil hacia China.

El potencial conectivo del puerto de Iquique sería despreciado por razones de orden político y económico, debido a que en la región de Tarapacá las elites centralistas no tienen asegurada su influencia y poder, lo que compromete el aseguramiento de los negocios de dichos actores. La existencia de un genuino líder local y de un poderoso partido político regional, atemoriza a los poderes del centro y les hace asentarse en otras regiones donde su influencia no encuentre resistencias a los negocios oligárquicos.

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