Se desmorona pacto de silencio del Ejército: Soldado declara por Caso Quemados
Destacado 23 julio, 2015 Edición Cero
Cambio21/Los nuevos antecedentes en el Caso Quemados quitó la careta sobre las Fuerzas Armadas y quedó claro que su colaboración para esclarecer los crímenes de lesa humanidad y violaciones de derechos humanos, quedo solo en el papel.
«La justicia tarda, pero llega», así fue como Carmen Gloria Quintana tomó la noticia. Después de casi 30 años de silencio, un exconscripto rompió el secreto y reveló ante la justicia los detalles y responsabilidades que hubo detrás del crimen del Caso Quemados, el que dejó a Quintana con el 65% de su cuerpo quemado y acabó con la vida de Rodrigo Rojas De Negri.
El ataque ocurrido en 1986 dejó solo un responsable, el entonces teniente Pedro Fernández Dittus, jefe de la patrulla militar que atacó a los dos jóvenes de 18 y 19 años en medio de una protesta. Fernando Guzmán fue uno de los soldados que participó en el ataque, y 29 años fueron los que pudo aguantar la culpa. Reveló todo en declaración con el juez Mario Carroza.
Dos cosas quedaron claras con su declaración: Fernández Dittus no fue el único responsable y el Ejército mintió sin descaro. En más de una ocasión manifestaron «cooperación total» con las causas de derechos humanos y dijeron que no tenían más antecedentes. Ahora conocemos que hubo más implicados y hechos conocidos por el mando armado.
Pinochet metió la cola
Augusto José Ramón Pinochet Ugarte, explicó su versión sobre el crimen. Según dijo en ese entonces, era sospechoso que hubiera quemaduras al interior de la ropa de Rojas De Negri, y planteó la idea de que era el joven el que llevaba un elemento explosivo y que detonó sobre él. Lamentablemente, la prensa no cuestionó la versión del dictador, ni tampoco tuvo acceso a fuentes independientes.
«Es muy curioso que la parka que tenía el joven no estaba quemada por fuera, sino que tenía quemaduras por dentro. Sería malo pensar en un muerto malo, pero me da la impresión de que a lo mejor llevaba algo oculto y eso se le reventó y eso originó las quemaduras», dijo Pinochet.
La versión aún se mantiene y la UDI hizo eco de su adhesión del régimen. El secretario general del gremialismo, Guillermo Ramírez, fue quien relativizó el caso «Estoy de acuerdo en que la historia tiene que enseñarse en su mérito, pero tienen que mantenerse las proporciones, porque hoy día se genera la sensación en muchas personas -y me incluyo entre ellas- de que generalmente se cuenta una parte de la historia -que es una parte horrorosa de la historia y que lo que se cuenta es verdad, pero no en un contexto».
La verdad nos hará libres
La declaración desembocó tras la detención e interrogación ante el juez Carroza de siete uniformados, oficiales y suboficiales, todos en calidad de retiro. Existe un antes y un después de este nuevo antecedente, en que los gritos por justicia no han podido ser acallados.
El exvicepresidente del Senado y presidente del MAS, Alejandro Navarro, destacó el testimonio y, en conversación con Cambio21, dijo que lamenta que en pleno 2015, el silencio siga siendo parte de la política del Ejército. Se suponía que había colaboración, pero esto despejó las dudas sobre su veracidad.
«Aún subsiste un legado y una influencia. La actual oficialidad y alto mando tienen que abandonarla completamente. Es comprensible que desde el año 85 al 90, hubiera silencio, pero después del 90, menos en el 2015, ese silencio no se justifica. Solo la verdad nos hará libres. Los soldados conscriptos son llamados a dar la verdad. Ellos también son víctimas de la violación a los derechos humanos», dijo Navarro, recordando que los más jóvenes (en esa época) seguían ordenes.
Sobre los pactos de silencio, Navarro agregó que estos «se rompen cuando la angustia, las pesadillas o particularmente, la cercanía con la muerte hace que los autores quieran aliviar una carga y una culpa. Nos ha faltado investigar, presionar, porque sino la verdad va a aflorar solo por la voluntad de los mismos autores, de quienes atentaron contra los derechos humanos. El Estado chileno tiene que reevaluar lo que está haciendo en búsqueda de la verdad, lo mismo los tribunales. Me alegro que un hecho como este ponga en relevancia las carencia que como Estado tenemos».
«Los pactos del silencio tienen que tener claro que la justicia tarda pero llega. Los exconscriptos que tuvieron la desdicha de ser parte de este proceso de la dictadura tienen un deber moral con el país», concluyó el senador.
La asociación ilícita interna
En la comisión de Derechos Humanos del Senado, Manuel Antonio Matta no puede quedar indiferente. En entrevista con Cambio21, recuerda que «desentrañar todo lo que ocurrió de manera reiterada y grosera sobre violación a los derechos humanos, ha costado tiempo en poder desmantelar las redes y conocer antecedentes, que algunos confiesen su participación. Ha sido un trabajo arduo, de 25 años de democracia».
«Tengo fe y confianza en que el Ejército, como institución sometida al poder civil e integrada hoy con la identidad del pueblo de Chile, no está en ese tipo de conductas. Si efectivamente se han encontrado nuevos antecedentes que han sido ocultados o no entregados oportunamente, sería gravísimo, porque se aparta totalmente de la doctrina institucional de las Fuerzas Armadas de cooperar y colaborar al máximo con todos los medios disponibles al esclarecimiento de delitos contra personas violando, claramente, derechos humanos», agregó.
A pesar de la desazón que provoca el tiempo pasado para avanzar en la justicia, el senador destacó que «ve que los tribunales y organizaciones de derechos humanos y, a pesar del tiempo, han ido avanzando y dando pasos certeros y al final han quedado al desnudo todos aquellos que han participado en estos episodios de la vida civil chilena», además, criticó el pacto de silencio, el claro ejemplo de «ese tipo de asociaciones son ilícitas al interior de nuestra intuición democrática, por lo que no queda amparo para ese tipo de conductas».