Nueva marcha protagonizarán trabajadores de Sindicato 1 de Collahuasi. Una de sus demandas es la nacionalización del cobre
Destacado 16 mayo, 2015 Edición Cero
Luego de una pausa en sus acciones de protestas, el Sindicato N°1 de Trabajadores de Minera Collahuasi, con la participación de sus socios, decidió e reiniciar las protestas en faena Cordillera, «como forma de manifestarse contra la conducta asumida por la empresa en el conflicto por la igualdad de trato que se arrastra desde el mes de enero», se comunicó mediante una nota oficial. Entre las principales reivindicaciones del sindicato Collahuasi se encuentra la nacionalización del cobre.
La jornada está programada a contar de las 08.00 hrs, del próximo lunes 18 de mayo. Realizarán una marcha desde la Copec hasta el hotel, en plena pampa cordillerana andina, «haciendo sentir su malestar ante la nula respuesta que ha dado la compañía a nuestras reivindicaciones», indicaron
LOS PUNTOS DE LA DISCORDIA
El Sindicato N° 1 señaló que los principales puntos que demandan en su calidad de trabajadores mineros, son:
Homologación de beneficios (En relación al Sindicato de Supervisores)
Instalación de salas de cambio
Colación efectiva de una hora
Retraso de ingreso a faena desde lugares de residencia
Regularización de clínicas dentales
Se indica que los trabajadores de Collahuasi han solicitado igualdad de trato y que se les homologue los beneficios otorgados a los supervisores. «La empresa ha respondido negativamente y, por el contrario, aplaza artificialmente toda posibilidad de negociación en espera que la movilización de los trabajadores se diluya. Sin embargo, la situación sólo ha empeorado y el sindicato aumentó sus exigencias a cinco puntos, asumiendo que la confrontación se alargará».
«Desde 2007 la Compañía Minera Collahuasi ha enfrentado umerosos conflictos con sus trabajadores, obteniendo el poco feliz récord de tener en el 2010 la huelga más dura de una transnacional en Chile durante las últimas décadas según El Mercurio. Posteriormente, en 2011, la empresa solicitó 3 años de cárcel para los dirigentes aduciendo injurias y luego alentó censuras y divisiones entre los trabajadores. Posteriormente despidió a 36 trabajadores acusándolos de participar en tres paros «ilegales».