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Cambio 21/ Por Maria Cristina Prudant.- Fue el primer candidato presidencial de la derecha y perdió la elección estrepitosamente ante Patricio Aylwin. Fue el... En casos Penta y Soquimich se aparece la imagen de Büchi : «Es el hombre en las tinieblas»

buchiCambio 21/ Por Maria Cristina Prudant.- Fue el primer candidato presidencial de la derecha y perdió la elección estrepitosamente ante Patricio Aylwin. Fue el artífice de las privatizaciones durante la dictadura. Bajo su alero los profesores y los jubilados perdieron sus reajustes. Hoy está en todos los directorios de empresas relacionadas con la ultra derecha, mientras los medios de comunicación afines intentan presentarlo como el gurú de la economía mundial.

A propósito de los grandes fraudes tributarios cometidos por empresas como Penta y Soquimich, además relacionados con las boletas ideológicamente falsas que permitieron desviar recursos económicos, preferentemente a la UDI y también a otros partidos, hay un personaje que no ha dejado de estar presente con sus comentarios y apreciaciones sobre los hechos: Hernán Büchi. El mismo que privatizó muchas empresas que fueron a dar a las manos de quienes hoy son rostros de la corrupción y están en prisión preventiva, como Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, por el caso Penta. Cabe recordar que la base de su fortuna fue el Instituto de Seguros del Estado, que fue una de las empresas privatizadas por el ex ministro de Hacienda de Pinochet.

«El caso Penta me tiene muy sorprendido, me he dedicado a ver la ley y no veo en ninguna parte que sea un delito que alguien financie a los políticos. Sin embargo, se está transformando en una cosa delictual. A lo mejor no estaba permitido, pero es lo mismo que pasa en la Ley de Tránsito: todos sabemos que una cosa es estacionar mal el auto y otra cosa muy distinta es manejar embriagado y a lo mejor quitarle la vida a alguien, tiene penas muy distintas».

Esta es una de las tantas opiniones que ha vertido Büchi, quien en el último tiempo, a través de sus columnas, se ha dedicado a atacar las reformas que pretende implementar el gobierno y a admirarse de las decisiones que ha adoptado la justicia sobre los casos Penta y Soquimich.

«Ha sido contumaz»

Después de perder la elección presidencial en 1989 se ha mantenido como «una persona que está por sobre el bien y el mal, dictando cátedra sobre economía», afirma la periodista María Olivia Monckeberg.

Así lo hizo con la Reforma Tributaria, señalando que Chile se empobrecería más si era aprobada e instó a la UDI, su partido, a defender sus principios ante el debate tributario, lo que constituye también su férrea defensa del modelo neoliberal que él impulsó durante la dictadura y cuando fue ministro de Hacienda. Entre muchas cosas ha dicho que: «Si Chile hubiera mantenido el crecimiento de los 80 sería un país desarrollado».

También ha formulado advertencias sobre cambiar la Constitución, diciendo que «por las buenas o por las malas, es estar dispuesto a tirar todo por la borda».

Así es él. Atípico, dicen quienes lo conocieron o siguieron su trayectoria, como la periodista María Olivia Monckeberg, quien cree que «ha sido contumaz en su defensa del modelo», porque «ha mantenido y defendido sin flexibilizar nunca su posición». A juicio de la escritora, «pontifica bastante».

Sin embargo, lo que más llama la atención son sus últimas expresiones vertidas en su columna de El Mercurio donde reclama, a propósito de todo lo que está ocurriendo con el caso Penta y Soquimich, que «bajo este contexto se instala una peligrosa dinámica de caza de brujas, que clama públicamente por sentencias penales, aún en ausencia de delitos concretos, o reinterpretación de figuras penales para hacer calzar algún hecho no considerado delito».

Para el registro: la mayoría de sus conocidos o amigos están metidos en casos de corrupción, sobre todo ligados a fraude al fisco por evadir impuestos. Uno de sus cercanos es Juan Hurtado, dueño de la Universidad Santo Tomás y presidente del directorio de Entel, quien fue más allá de las fronteras y, junto con el empresario Juan Bilbao, está acusado por la SEC de Estados Unidos por uso de información privilegiada. Serán juzgados y lo más seguro es que sean condenados.

Privatizarlo todo

Al parecer, este ingeniero todavía no reconoce qué puede ser delito o no. De hecho, el proceso de privatizaciones que llevó a cabo cuando fue ministro de Hacienda fue, por decir lo menos, «poco transparente», lleno de incongruencias y oscuros detalles que fueron comentados en la época.

El famoso capitalismo popular que se instauró para que los trabajadores compraran acciones de las empresas públicas fue un fiasco, porque a la larga se quedaron con las empresas personajes como Julio Ponce Lerou, con Soquimich, y Carlos Alberto Délano, con el Instituto de Seguros del Estado.

También fueron privatizadas la CAP, Enersis, Endesa, Entel, la Compañía de Teléfonos de Chile, Iansa, Lan Chile, Laboratorios Chile y el Instituto de Seguros del Estado y otras.

Hernán Büchi siempre integró los directorios de las empresas privatizadas, hasta hoy, lo que en estos tiempos es calificado como un conflicto de interés, tráfico de influencias y una falta a la ética. Es más, se dice que a él le gusta coleccionar directorios. De hecho, durante años fue director de Soquimich y desde hace un tiempo es vicepresidente.

Su carrera durante la dictadura

En 1975 Hernan Büchi comenzó como consejero económico del ministro de Economía, Pablo Barahona, y como director suplente de las empresas estatales Industria Azucarera Nacional y Compañía de Teléfonos de Chile, ésta última desde 1978.

En 1979 fue designado asesor del ministerio de Economía. Desde esa cartera colaboró con el ministro del Trabajo y Previsión Social José Piñera

Echenique, padre del sistema privado de pensiones (las AFP). Participó activamente en la comisión técnica de la Reforma Previsional. Fue uno de los ideólogos del Plan laboral que nos rige hasta ahora, cuando se discute una nueva reforma laboral.

En 1981 fue nombrado subsecretario de Salud y reglamentó el sistema de salud privada, las isapres. También fue designado presidente de Endesa, siendo partícipe de la división de la empresa en filiales, considerado por sus opositores como un paso previo a la privatización final del sector.

Fue designado ministro de Odeplan en 1983. Tras la crisis de ese año, el 8 de mayo de 1984 fue nombrado superintendente de Bancos e Instituciones Financieras.

En 1985 se convirtió en ministro de Hacienda. Su nombramiento implicaba una vuelta a los principios liberales implantados por los Chicago Boys.

Actualmente se desempeña como profesor y presidente del consejo directivo de la Universidad del Desarrollo.

El mejor pagado

Después de su derrota electoral se retiró a la vida privada, sin volver a intervenir activamente en política. A partir de 1990 ha prestado asesoría a diversos gobiernos de América Latina, Europa oriental y Asia en el diseño y manejo de política económica.

En 1990 fundó el Instituto Libertad y Desarrollo, cuyo objetivo es el análisis de los asuntos públicos promoviendo principios clásicos liberales, asumiendo la presidencia de su directorio y la dirección del Centro de Economía Internacional.

Se convirtió en el director de empresas mejor pagado. Según comentan fuentes consultadas por Cambio21, en 2013 Büchi habría ganado $691 millones por participar en los sillones de compañías ligadas al Grupo Luksic como Quiñenco, Madeco, Compañía Sud Americana de Vapores (CSAV), etc. También está en la mesa directiva de SQM, controlada por Julio Ponce Lerou, ex yerno de Pinochet; Consorcio, ligado al grupo Hurtado Vicuña y Fernández León. Además pasó por los directorios de Copesa, Falabella, Luchetti, Pilmaiquén, Parque Arauco y Metalpar, entre otros.

Al parecer a Büchi le gustan las comunicaciones. En 2014 puso sus fichas en un diario electrónico junto a Luis Larraín (director de Libertad y Desarrollo) y Gabriel Ruiz-Tagle (ministro de Deportes de Sebastián Piñera), llamado El Líbero, donde trabajan puros integrantes de la UDI.

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