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Cambio 21/ Por Nicolás Borcoski.- Son semanas complicadas en La Moneda. Además de enfrentar su tercera catástrofe natural en menos de un año, otra... Bachelet y su golpe de timón para poner en orden a la tripulación

BACHELET GOLPE TIMÓNCambio 21/ Por Nicolás Borcoski.- Son semanas complicadas en La Moneda. Además de enfrentar su tercera catástrofe natural en menos de un año, otra tragedia la convoca a enfrentar duras críticas. Casos SQM y Penta salpicaron al gobierno como granada de racimo y las heridas son profundas.

La Moneda sigue recibiendo derechazos directos en el plexo. Lo que comenzó como un moretón con el caso Caval, ya es una fractura expuesta con los proyectiles del caso Soquimich. Todo se refleja en la aprobación a la presidencia. Medios nacionales calificaron como una caída «histórica» en aprobación lo que reflejo la encuesta Adimark, con un 31% de respaldo. Lo que el día anterior había sido expuesto por el sondeo Cadem-Plaza Pública.

El gobierno ha sufrido un fuerte revés en su gestión producto de las polémicas relacionadas a la corrupción. No ha podido retomar su agenda y las miradas apuntan a los parlamentarios que son acusados de tener una relación indirecta con SQM. Según las informaciones recientes, serían cerca de 50 congresistas y tres ministros los involucrados.

Así y todo, los expertos dicen desde hace semanas que se necesita un «timonazo» de la presidencia. Un gesto. Algo que diga que se tomarán medidas concretas para cambiar el rumbo del barco gubernamental. Un cambio de gabinete, apuntan, sería la respuesta, desde el sector político.

Idea argüida por la oposición que aprovecha el momento de debilidad. Desde la Nueva Mayoría también se habla de cambios importantes. Desde el PS , Osvaldo Andrade, su presidente, y Camilo Escalona, candidato a timonel del socialismo, cuestionaron abiertamente cómo el ministro de Interior, Rodrigo Peñailillo, dirige la crisis desde el caso Caval.

Cambio de gabinete: no la llave de oro

La pregunta es que si hay cambio de gabinete ¿es este el momento?

Gloria de la Fuente, directora del programa de Calidad en la Política de la Fundación  Chile 21, cree que un cambio de ministros no es una solución a la crisis que vive el gobierno. Eso sólo serviría si se acompaña con una variación tangible en cómo Michelle Bachelet lleva su gobierno.

Durante la última semana se ha visto el inicio de ello. Presencia en terreno, tiempo en cámara y respondiendo preguntas a la prensa es el inicio. «Es una señal positiva» dice la experta.

 «El punto es un cambio de gabinete. Si eso es un cambio de gabinete, dijo sí, es posible. Pero no es lo único que hay que hacer. Es una de las respuestas pero que requiere otros elementos».

El ministro Peñailillo ha sido criticado por oficialismo y oposición.

 Con las críticas cruzadas desde la oposición y la Nueva Mayoría, la duda es Peñailillo. Jefe de gabinete. Exjefe del segundo piso. Ministro. La interrogante es si en un plausible cambio de gabinete, este nombre está en juego.

El nombre es lo de menos dijo De la Fuente: «no importa tanto la figura. Hay una disputa entre la vieja y la nueva guardia. Es una disputa generacional que tiene que ver con la capacidad de asumir el liderazgo en momentos complejos. Cualquier persona, político en general, que pueda dar conducción a  donde va el gobierno, considerando que el gobierno lleva reformas que son súper importantes, es alguien que esté en condiciones».

La interrogante pendiente es si hay alguien que dé el ancho para el cargo. Y que no esté involucrado en los casos que iniciaron esta crisis.

No hay peor idea

Por su parte, el analista político, Mauricio Morales, descarta que sea una buena idea o una herramienta útil un cambio de ministros. «Es el peor momento», advierte.

 «Implicaría aplicarlo en un momento sumamente crítico, en que hacerlo significa dinamitar la Nueva Mayoría, especialmente cuando recientemente se hicieron las elecciones de la Democracia Cristiana y no tenemos claridad quién va a mandar en el Partido Socialista. Por lo tanto, un cambio en este momento, estaría fuera del timing político, más aún si la crisis en el norte sigue vigente, junto con los problemas de carácter político», adelantó.

 «El peligro es saber cuándo será ese momento o si alguna vez llegará. Aún así «el mejor momento, si es que se hace un cambio, es después del discurso de 21 de mayo. Es el momento en que la Presidenta debería dar a conocer el plan de crecimiento del país, y tiene que demostrar que se hará independiente de las caras del gabinete».

«Si miras la encuesta Adimark, el gabinete cayó en promedio 4 puntos. La Presidenta 8 y el gobierno otros 4. Todo indica que el problema no está en el gabinete, está alojado fundamentalmente en la mandatariay en el modo que maneja la crisis», concluyó

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