Los claroscuros de la felicidad
Opinión y Comentarios 26 agosto, 2014 Edición Cero
Víctor Guerrero Cossio/ Dr. en sociología. Académico UNAP
Un gran y frecuente tema de estos días es preguntarse si somos felices, si acaso la mayor cantidad de bienes materiales y acceso a dominios antes muy limitados, como viviendas, tecnología, viajes y profesiones, realmente se traduce en estados pletóricos de quienes disfrutan el mayor consumo.
En realidad la felicidad es una cuestión subjetiva, muy atendida por la reflexión filosófica y tratada por la psicología, huidiza y difícil de aprehender. En su acepción más genérica se entiende como un estado de ánimo positivo y que ocurre cuando se alcanza una meta deseada.
Y en materia social el punto no es banal, incluso la Organización de las Naciones Unidas ha realizado estudios acerca de este hecho, concluyendo que si bien los ciudadanos admiten un crecimiento económico y social, no se sienten felices.
Un punto interesante es debatir acerca de como este importante estado emocional se presenta en Iquique, ciudad que registra uno de los mayores crecimientos poblacionales y económicos en Chile. Es más, el alcalde Jorge Soria Quiroga suele definir su concepto de desarrollo como DAR FELICIDAD AL PUEBLO, lo que pretende con sus obras materiales y acciones sociales.
Hay muchos que sin mucha reflexión señalan que hoy los iquiqueños no somos felices y frente a eso oponen un pasado FELIZ y un presente TRISTE, debido a que hoy prima el individualismo y materialismo, en contra de un pasado colectivizado e idealizado. Tenemos más, pero somos menos, parecen decir.
Sin embargo, hay que tener cuidado cuando se compara el pasado con el presente, dada la tendencia a idealizar y con ello ocultar los momentos deplorables de otrora. Quizás una manera diferente de entender este estado emocional positivo es contextualizarlo acorde al momento que vivimos. Conviene analizar qué factores sociales son asociados por los sujetos y redundados como meta para alcanzar la felicidad.
Hoy se tiende a construir mentalmente felicidades múltiples y breves, pues no deben desdeñarse los estados emocionales satisfactorios cuando se compran objetos deseados, viajes realizados o profesiones obtenidas. Pero las gratificaciones se diluyen rápidamente, a diferencia del pasado en que las realizaciones tendían a proporcionar beneficios más duraderos y proporcionaban estatus mas extendidos.
Quizás en Iquique la sensación de insatisfacción no está sólo en la ausencia de bienes o en la mayor generación de desechos, sino además en que las nuevas realizaciones son escasas y poco visibles. Sin embargo, en los sectores populosos la gente suele decir que es feliz y ello se sustenta en realizaciones humildes, festivas, aniversarios, carnavales, torneos, que se conectan con la felicidad múltiple, recurrente y breve, lo que escasea en otras realidades sociales de mayores ingresos, donde tienen un umbral de satisfacción mayor.