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A mediados del año 2001, el Perú comenzó a promover ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la... Historial previo a la declaratoria de la UNESCO reconociendo al Qhapac Ñan como patrimonio Mundial

qhapac ñanA mediados del año 2001, el Perú comenzó a promover ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) la postulación multilateral de unos 5.000 kilómetros del Camino del Inca como sitio patrimonial mundial.

Para tal fin, coordinó la iniciativa con los Gobiernos de Argentina, Bolivia, Ecuador, Colombia y Chile –países andinos que se interconectaban con dicho camino– con el objetivo de incorporar la protección de ciertos tramos en los territorios de cada uno de los países para que sean incorporados en las listas tentativas de bienes.

Desde el año 2003 este proyecto de integración cultural y desarrollo denominado Sistema Vial Principal Andino fue apoyado en la XIII Cumbre Iberoamericana de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia y también fue reiterado el 2008 durante la XVIII Cumbre en El Salvador, con el fin de beneficiar la integración regional.
Pero fue durante la XX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada los días 3 y 4 de diciembre de 2010 en la ciudad argentina de Mar del Plata, por primera vez, que estos seis países presentaron una candidatura conjunta al suscribir un compromiso formal con la directora General de la Unesco, Irina Bokova, para elevar una nominación conjunta para que esta importante construcción inca sea declarado Patrimonio de la Humanidad

Importancia histórica

El Camino del Inca, el Qhapaq Ñan –que en idioma quechua significa camino principal– y que une el valle sagrado del Cusco con Machu Picchu, fue el eje principal del sistema vial del Imperio Inca y todos los caminos de dicho imperio se vinculan con el Cusco.

El Camino del Inca se bifurcaba desde el Cusco –llamado por los incas “ombligo del mundo”– en cuatro direcciones: al norte hacia el Chinchaysuyo, ocupado por quechuas, yungas y chibchas; al sur, se separaba por un lado al sureste hacia el Collasuyo, ocupado por aymaras y qollas, y por el otro lado al suroeste hacia el Contisuyo, poblado por punikas; y al oriente donde habitaban los antis –territorio de las actuales poblaciones nativas de la Amazonía

Más que constituir una importante infraestructura inca vial, fue un soporte significante de espiritualidad y sabiduría, ya que solo algunos escogidos que se denominaban “chasquis” lo podían transitar, y eran aquellos entrenados bajo un ideal que era el Dios Inca, el cual los dotaba de una facultad especial, y obtenían un contacto más directo con él.

Red vial

La red vial de estos caminos incas que cruzaban el corazón de la Cordillera de los Andes subían hasta alturas mayores de 4.500 metros sobre el nivel del mar, presentaban tramos de tierra afirmada, otros empedrados e incluso contaban con muros de contención, también con empinadas laderas en forma de escaleras y peldaños de rocas talladas, y además una compleja red de construcciones en su recorrido tales como puentes colgantes sobre caudalosos ríos.

Resaltaban las “collcas”, que eran depósitos o almacenes de alimentos construidos u horadados en la roca donde se guardaban maíz, tubérculos, cereales, habas y otros alimentos secos.

Camino integrador

Este principal camino del Imperio Incaico permitió la integración de los pueblos a través del intercambio de diversos productos, pero principalmente porque era vía de transmisión de valores culturales así como habilitaba el acceso a los diferentes santuarios incaicos y hacia el desarrollo de prácticas comunes. Asimismo, a lo largo de la geografía sudamericana, llegó a abarcar a los seis países andinos mencionados anteriormente, uniendo además diferentes regiones que conformaban el Tawantinsuyo.

Bajo este panorama, más que reconocer el valor histórico de esta importante obra inca, su designación como Patrimonio de la humanidad, que se podría concretar durante el próximo año 2012, ayudaría a reconstruir su identidad, así como coadyuvaría a la integración regional por los países que cruza, a través del turismo, en convertirlos en medios culturales, en salvaguardar la diversidad de los ecosistemas y en beneficiar el desarrollo comunitario.

El Camino del Inca mantiene importante vigencia actual ya que lo usan masivamente los pobladores de los Andes y asimismo alberga inconmensurables riquezas tales como lenguas, costumbres, músicas, y todo tipo de formas culturales que la Unesco las denomina “inmateriales”.

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