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Haroldo Quinteros Bugueño/ Profesor universitario. Doctor en Educación. Sebastián Piñera es el candidato de la Alianza por Chile – es decir, de la derecha – ... El discurso de Piñera

foto-haroldo  cometarioHaroldo Quinteros Bugueño/ Profesor universitario. Doctor en Educación.

Sebastián Piñera es el candidato de la Alianza por Chile – es decir, de la derecha –  para las elecciones presidenciales de 2017. Por cierto, es improbable que Longueira o Allamand ganen las próximas elecciones presidenciales, y como bien sabemos, el duopolio que se alterna en el gobierno cada cuadrienio, a su vez alterna, muy “fraternalmente,” y a dedo, a los candidatos de sus partidos. Entonces, dicen, “si perdemos ahora, vamos haciendo planes para el próximo gobierno; total, cuatro años pasan volando.”

Esa es la realidad: aquí nadie manda más que los partidos. Y bueno, ahora, como ve perdidas estas elecciones, la Alianza ya ha levantado un candidato para las subsiguientes. La prueba mejor de ello, es que Iván Moreira,  probablemente el más radical de los próceres de la UDI, y bien poco querido en RN, prácticamente proclamó a don Sebastián sólo unos minutos luego que éste bajara del podio.

¿Por qué? Pues, por una razón muy simple: las agudas confrontaciones en que han estado envueltos los dirigentes de los partidos de la Alianza, y, más específicamente, las que han protagonizado los dirigentes de la UDI, exigían  una figura de consenso para 2017, y ya la tienen. Esto es una ostensible ventaja sobre la Concertación, a cuyos corifeos, además de vérselas en graves reyertas internas que no parecen terminar nunca, les costará mucho ponerse de acuerdo en encontrar a quien pueda suceder a Bachelet con alguna posibilidad de éxito en cuatro años más.

Otro tema de la cuenta presidencial que me llamó mucho la atención fue el anuncio de la obligatoriedad del jardín infantil (“Kindergarten” en alemán; por eso no entiendo por qué lo llaman así, o peor,  “kinder”). ¿Se trata realmente de EDUCAR, o de crear especies de guarderías infantiles para que más y más mujeres se sientan impelidas psicológicamente a trabajar fuera del hogar, como temporeras, obreras o nanas? Raro, porque si bien en todo el mundo existe el jardín infantil (también en Chile, por supuesto), en ninguna parte implica coerción sobre las familias; es decir, con efectos punibles.

Esta medida, como el cierre de la Universidad del Mar, entre otras, es otro “piscinazo” de la administración Piñera en materia educacional, porque ¿hay suficientes educadores(as) de párvulos para una medida tan radical, y suficiente infraestructura material, habida cuenta de la necesidad de una racional ecuación entre educador(a) y el enorme número de niños que deberán por ley ser atendidos? ¿Se tomó en cuenta el hecho que por lo menos, el 80% de las carreras de educación parvularia en el país no están acreditadas, y que lo más probable es que muchas universidades de dudosa calidad las creen de manera rápida e irresponsable?

Sigo: el Presidente, mientras algunos(as) de sus  partidarios(as) lo contemplaban en franco estado de éxtasis, declaró que regalará un bono (¿es novedad?) por un tercer hijo nacido.  Según él, hay muchos viejos y pocos jóvenes en Chile, lo que no favorece el desarrollo de la economía. 100 luquitas por cada tercer hijo, y un poquitín más por un cuarto, y así sucesivamente. En los países desarrollados, que siguen y seguirán siéndolo, el número promedio de hijos por familia, desde hace mucho tiempo,  es de dos, al igual que en muchos países en desarrollo que no lo pasan mal.

Sigo: el Presidente dijo en su cuenta que nuestro ingreso per cápita es el mayor de América Latina, US $ 20.000 per cápita. ¿Qué broma es ésta? Imagínense: cada chileno, desde las guagüitas de pecho hasta los jubilados, estarían percibiendo un ingreso mensual de $ 750.000 mensuales. Lo que sucede en Chile, es que, como somos un país inmensamente rico en recursos naturales, hay mucha riqueza. Así es, pero un ínfimo grupo de la población se lleva el 90%  de ella. Mientras tanto, hay medio millón de nanas, por lo menos 4 millones de trabajadores que viven del sueldo mínimo, casi la mitad de las familias viven endeudadas hasta los tuétanos; y… mejor paro de contar.

Si hay una cifra que por su bien no debió citar el Presidente, es precisamente ésta, puesto que ella sólo refleja la gigantesca desigualdad social existente en Chile, por la que se nos conoce en todo el mundo. Finalmente, ¿se fijaron que el Presidente no dijo una palabra sobre la ilegítima, anti-democrática y espuria constitución que nos rige, y la urgente necesidad de su reemplazo? Tampoco habló de las AFP. Así, el Presidente, y tras él la derecha, ha vuelto a ratificar su intención que las AFP se perpetúen en el tiempo, y, además,  tal como están.

En 2012, las utilidades de las AFPs subieron casi en un 40%, gracias a los ahorros previsionales de los trabajadores chilenos. Ganaron US $582 millones, mientras la gran mayoría de los cotizantes no obtendrá una pensión que alcance el 50 % de sus actuales ingresos. Estamos notificados: la clase política no tiene ningún interés de verdad por cambiar el sistema económico y jurídico que nos sofoca. Ergo, tendrá que ser la ciudadanía, y, desde luego, desde perspectivas ajenas a la política institucional vigente, la que deba hacerlo.

 

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