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Juan Pablo Ortuño N. Consejero Regional de Tarapacá  El Presidente Piñera, se reunió este primero de abril con los presidentes de los partidos políticos de... No al nacionalismo obtuso. Sí a la integración latinoamericana

juan_pablo_ortunoJuan Pablo Ortuño N. Consejero Regional de Tarapacá

 El Presidente Piñera, se reunió este primero de abril con los presidentes de los partidos políticos de la Alianza y de la Concertación para analizar la demanda marítima que Bolivia llevará al tribunal internacional de La Haya. Tras el encuentro, declaro: “Quiero agradecer la actitud de unidad nacional y de compromiso con una Política de Estado, a los partidos políticos… Estamos seguros que ese espíritu de unidad nacional contribuye a defender con mayor eficacia la causa chilena”.

La política chilena, mejor dicho la política partidista tradicional, está marcada por el oportunismo. La gran mayoría de políticos profesionales de hoy carecen de proyecto de país, de sentido público, de ética, carecen del coraje de luchar por un Chile y un mundo mejor, porque su único desafío es seguir disfrutando de las comodidades del poder. Son hojas en el río, seres inertes que se guían por las corrientes de lo que se supone es más popular, de lo que les podría redituar más en las encuestas. Y claro, qué más popular que envolverse en una bandera que han vaciado de sentido. Qué más fácil, que lanzar discursos fáciles que les posicionen como adalides de la soberanía nacional.

Hoy puede ser “impopular” o políticamente “incorrecto” plantear una alternativa al chovinismo chato de quienes monopolizan los micrófonos de los grandes medios de comunicación. Pero ciertamente es indispensable para el futuro de los pueblos de Chile en general y para los pueblos de la Región de Tarapacá en particular, imaginar alternativas más inteligentes y más generosas frente al conflicto con Bolivia. Y es que al final del día, la verdad es que nuestro futuro, quiéranlo o no las élites de Santiago, está vinculado a nuestros países vecinos.

Es fácil para el poder central dar la espalda a las reivindicaciones de nuestros hermanos bolivianos. Su agenda está marcada por los intereses de las grandes empresas que explotan salvajemente nuestros recursos naturales, empresas que no tienen sus mercados en La Paz o Lima, si no en Londres, París o Nueva York. Es allí donde vende esa industria minera que está matando nuestra agua, y es allí donde las empresas pesqueras, que están vaciando de peces nuestro mar, ofrecen su harina de pescado. Y no es de extrañar, después de todo, son estas empresas las que pagan sus campañas.

A ellos no les importa que el 60% de lo que exporta la ZOFRI lo haga hacia Bolivia. A ellos no les importa que el 80% de los turistas extranjeros que arriban a nuestra región sean bolivianos. A ellos no les importa que Tarapacá se haya construido desde la inmigración, que para nosotros la integración latinoamericana no sea una palabra lejana y hostil, sino una realidad que se vive día a día. Si la Región de Tarapacá quiere diversificarse productivamente, si quiere dar más y mejor empleo, si quiere aprovechar el enorme potencial de un corredor bioceánico, si quiere seguir disfrutando de la riqueza cultural que nos llega desde todos los puntos de la Patria Grande… debe hacer de su Norte no París o Nueva York, sino Lima y La Paz.

Lamentablemente, la historia muestra que cuando desde Santiago se definen políticas que afectan a nuestra región, no están pensando en los intereses de la región; por tanto cambiar un rumbo que nos perjudica, debe pasar necesariamente por dotar a Tarapacá de la capacidad para tomar sus propias decisiones. Y es que cuando el presidente habla de “Causa Chilena”, evidentemente no estamos hablando el mismo idioma. Para muchos, ésta “Causa” no es, ni puede ser, la de las grandes empresas extractivas, en su mayoría de capital extranjero; no, la “Causa Chilena” no puede ser otra que la del desarrollo económico y humano de sus pueblos.

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