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El Mostraodor/  por Claudia Rivas.- El senador de la UDI Hernán Larraín fue uno de los más duros críticos de los gobiernos de la... Senador Larraín: “Cuando la situación política interna es compleja en Perú, se levanta Chile como chivo expiatorio”

El Mostraodor/  por Claudia Rivas.- El senador de la UDI Hernán Larraín fue uno de los más duros críticos de los gobiernos de la Concertación a raíz del fallo adverso a nuestro país en el diferendo con Argentina por la Laguna del Desierto. En la actualidad y en relación a la demanda marítima que Perú presentó en contra de Chile, es mucho más moderado en sus comentarios, tal vez porque está convencido –igual que todo el mundo político en Chile- que nuestro país resultará victorioso. En esta conversación con El Mostradoraborda este tema que tuvo a los chilenos toda la semana siguiendo los alegatos ante La Haya.

-¿Cómo percibe el clima que se ha generado a nivel de la ciudadanía, a raíz de la aproximación del fallo por la disputa marítima con Perú?
-Yo diría que la mayoría de las personas tiene confianza de que tenemos la razón, pero sin mucha argumentación o fundamento, por lo complicado de la materia. Ahora se ha acercado el proceso a una etapa más pública, más visible y se ha generado una cierta inquietud. Pero eso es perfectamente explicable. Es propio de todo proceso, cuando a uno lo demandan. Pero también es cuando uno tiene que tener la tranquilidad de estar obrando no sólo de buena fe, sino que apegado al derecho. Por tanto, tengo que confiar en un fallo favorable del tribunal más allá de lo que digan los peruanos.

-¿A qué atribuye entonces que mientras el Presidente Humala haya llamado a la calma a sus compatriotas y acordado con el Presidente Piñera acatar el fallo, paralelamente sus abogados hayan tenido términos tan descalificatorios hacia Chile, en el marco de sus alegatos ante La Haya?
-Efectivamente a ratos hemos notado una suerte de doble discurso. Por un lado, un lenguaje muy prudente del Presidente peruano, pero uno más despectivo, a ratos, de parte de algunos abogados que litigan por Perú. Uno tendría que estar preparado para esta situación. Incluso en un minuto dado yo pensé que iba a ser peor, que iban a volver sobre la historia e iban a tratar a Chile de invasor, por las situaciones que hubo en el siglo XIX, y nada de eso ocurrió. La presentación peruana ha sido a ratos puntúa, pero no ha sido tan grave ni tampoco irrespetuosa. Por lo tanto, lo que ha ocurrido está, creo yo, dentro de lo explicable, no justificable, pero sí explicable.

-¿A qué atribuye que se haya llegado a esto, si en Chile todos los sectores sostienen que Perú nunca antes del año 2000 expresó ninguna duda respecto de los tratados que hoy cuestiona?
-Es bastante difícil de explicar. Porque si un país tiene una conducta reiterada, permanente; pasan los gobiernos y se sigue manteniendo la misma conducta y que, de un día para otro, la cambie, es difícil de entender. Y no ha habido una explicación satisfactoria, eso es lo que nosotros habríamos esperado también de los alegatos. Probablemente se trata de una suerte de jugada que es bastante ingeniosa, porque si pierden quedan en la misma situación que están hoy día y si ganan, bueno, no tenían algo a lo que hoy día podrían acceder, gracias a este proceso. Es una operación con bajísimo riesgo, que permite sin embargo mantener esa tensión sobre Chile que, de alguna manera, tiene su origen en la Guerra del Pacífico. Porque, al final, todo esto es consecuencia de ese proceso que para Perú es, ciertamente, muy doloroso.

 ALAN GARCÍA CAMBIA DE OPINIÓN

 -¿Podríamos especular que la demanda marítima presentada por Perú es producto de un conflicto que atravesaba ese país cuando la hizo?
-Bueno, es bastante frecuente que, no sólo en Perú también en Bolivia, muchas veces cuando la situación política interna es compleja para el gobierno de turno, se levanta Chile como chivo expiatorio. Se reclama unidad nacional y se genera una suerte de cortina de humo que permite postergar las dificultades internas y generar, por este clima de unidad, mayor adhesión a un gobierno que se encuentra pasando por un momento difícil. Sin lugar a dudas que esto también ocurre en este conflicto.

Recuerdo haber ido cuando la ex Presidenta Bachelet participó en la asunción de mando de Alan García, del segundo mandato, y tuvimos un desayuno que él nos ofreció. Y nos dijo que él no iba a seguir las aguas de Alejandro Toledo, porque él no quería pelear con Chile; al revés, que él sentía que Chile era un país con el cuál tenía que complementarse y que su sueño en realidad era ganarnos en la pelea económica; demostrar que los peruanos podían tener un desarrollo incluso más efectivo que el que estaba teniendo Chile y que esa era una competencia moderna, leal y muy positiva, porque el resultado final era bueno para nuestros pueblos. Y así se entendió, por eso que cuando él mismo la reactiva (la demanda), pocos años después, la única explicación es que al final los intereses políticos partidistas o locales primaron sobre esta otra consideración que estaba presente al inicio de su mandato. Y probablemente es la misma razón por la cual Fujimori, Toledo y finalmente él mismo García han estado impulsando este proceso.

-¿Cuál es el escenario que usted ve para Chile en el supuesto caso que el fallo nos fuera adverso o que simplemente no fuera lo positivo que dicta el optimismo con que se espera?
-Si un organismo objetivo, técnico, a nivel internacional, que conoce estos hechos, creemos que no tiene otra fórmula que aceptar la hipótesis nuestra porque es la de la realidad. Si se hace algo distinto se va a estar contradiciendo la historia y va a estar produciendo efectos.

-¿Qué tipo de efectos, por ejemplo?
-Por ejemplo en los pescadores artesanales e industriales que van a ver cercenada su posibilidad de trabajar como lo han hecho hasta la fecha, porque se les va a quitar una superficie importante donde desarrollan su actividad productiva, de la que viven. Entonces, eso va a tener consecuencias y va a generar momentos de tensión y desagrado, sin lugar a dudas, muy grandes. Y, además, porque sería una sorpresa final que esto ocurra. Si bien siempre está entre las probabilidades.

-¿Cómo pasó con Colombia?
-Lo vimos en Colombia. A ellos los tomó por sorpresa el fallo que los hizo perder parte del dominio en las aguas territoriales en la zona en disputa con Nicaragua, que ha generado, primero, una caída en la popularidad del Presidente Santos, de un día para otro, en 15 puntos. Y tiene un escenario político muy complicado al interior de Colombia que lo obliga a tomar decisiones muy poderosas, como retirarse del Pacto que los obliga a llevar los conflictos ante La Haya y no sabemos todavía si, al final del día, van a ejecutar el fallo. Ahí es donde hay un factor imponderable de realismo político que no podemos dejar de considerar, porque hay que entender que puede haber en esos días una reacción política que genere un clima distinto.

-¿En ese contexto y dada la reacción de Colombia me pregunto si habrá un plan B, en el supuesto caso de que el resultado no se ajuste a lo que Chile espera, a propósito de lo que pudiera pasar con el gobierno que ya tiene una muy baja popularidad?
-Nos va a sorprender (el fallo) en medio de una campaña presidencial; va a coincidir con la primaria, vamos a estar con un clima político interno muy fuerte. Y creo que nadie puede dejar de pensar que es muy probable que en ese minuto se produzca algún aprovechamiento político. Algunos van a decir que la culpa la tendría la Bachelet, porque lo hizo mal al principio, y otros dirán que la culpa la tiene el Presidente Piñera, porque no supo resolver el tema después. En fin, va a haber miles de recriminaciones, pero hay que pensar que eso es circunscrito y que no tiene mayor relevancia. Y que, por lo tanto, nosotros estamos en condiciones de superar, con altura de miras, todos los problemas que circunstancialmente y durante un período breve de tiempo se van a producir.

“SÍ, FUIMOS CRÍTICOS”

-Senador, se lo preguntaba porque usted ya pasó por un escenario similar en 1994, cuando el Tribunal Arbitral falló en contra de Chile por Laguna del Desierto. Usted ya era senador en esa época y me gustaría saber cómo percibe ambos escenarios. Porque en esa época su sector, y usted particularmente, fueron muy crítico con la actuación de los gobiernos que participaron en ese proceso.

-Sí, nosotros fuimos críticos. Recuerdo que cuando se conoció la sentencia adversa a Chile se aceptó sin siquiera leerla, sin siquiera pensar que se podía reclamar o reconsiderar. Finalmente, no hubo más que asumir el tema. Una crítica a una gestión se puede hacer. Y me imagino que en este minuto habrá quienes podrían criticar alguna actitud que haya tenido este, el anterior, o ambos gobiernos. Eso me parece que va a formar parte del escenario. (Pero) Chile tiene que tener una actitud madura y reclamo lo mismo del Perú.

 -Llama la atención, senador, que plantee enfrentar la situación, cualquiera sea, “con madurez”, ¿con la madurez que no se enfrentó el fallo por la Laguna del Desierto?
-Al final se enfrentó con madurez, porque una cosa fue la crítica a gestiones, que yo creo que no se hicieron bien, y otra cosa fue mantenerla en vilo o generar conflictos indefinidos y permanentes con Argentina. Nada de eso ocurrió y, por lo tanto, puede ocurrir un minuto de cuestionamientos tanto en Perú como en Chile, que genere un clima de molestia. Pero una vez que se supere ese hecho, entendemos que tenemos que sumirnos dentro de un realismo político y jurídico que nos obligue a todos a acatar lo que finalmente se determine.

-A raíz de la demanda de Perú, Evo Morales ya está amenazando con seguir el mismo camino para lograr cumplir con la aspiración de Bolivia de tener salida al mar.
-La situación con Bolivia es completamente distinta. No sé qué podría reclamar. Tengo la convicción de que si la situación con el Perú es artificial, la de Bolivia es completamente inexistente. Y, en consecuencia, deberíamos estar con mucha tranquilidad ante un eventual conflicto con Bolivia, a propósito de esto o por el interés que ellos pudieran tener de armarnos un lío. No tiene destino, no está dentro del mapa de las posibilidades o si llegara a producirse, como ellos quisieran no va a tener viabilidad jurídica ni política.

-El Presidente Piñera hablaba que desde ya hay que comenzar a pensar en el día después del fallo, aludiendo a la necesidad de generar medidas que hagan tangible la relación entre Perú y Chile, según se entendió. Me preguntaba cómo ve usted el día después.
-Efectivamente, hay que pensar en el día después y para eso hay que generar no solamente un clima de entendimiento, sino que acrecentar y fortalecer las redes entre chilenos y peruanos en forma previa a esa situación. Y tengo la impresión de que eso se puede hacer. Por ejemplo, se puede hacer mucho en todo lo que dice relación con Tacna y Arica, porque ahí es donde se deben producir las principales consecuencias y donde nosotros podemos prever con más convicción las situaciones que nos afectan hoy día. Y, por lo tanto, generar redes de contacto, integración, encuentro entre los pesqueros, encuentro entre las fuerzas productivas de uno y otro lado de la frontera, para que producido el hecho no se vea afectada o limitada nuestra vinculación; sino que al contrario, que sintamos que tenemos un compromisos muy profundos y muy fuertes entre ambos países.

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