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Cambio 21/ por Javier Insulza M._  La información la conoció en exclusiva Cambio21 a través de una querella que es por el delito de... Nuevos casos de abusos sexuales en la Iglesia en la V Región. Acusan de encubrimiento a altos dignatarios eclesiásticos

Cambio 21/ por Javier Insulza M._  La información la conoció en exclusiva Cambio21 a través de una querella que es por el delito de abusos sexuales por parte del presbítero Humberto Henríquez en contra de Mauricio Pulgar y por el de encubrimiento y asociación ilícita en el caso del resto de los sacerdotes, obispos y cardenales quiénes, según el denunciante, conocían las conductas anómalas un sacerdote y optaron por encubrirlo.

En julio de 2011 el sitio de investigación periodístico, Ciper, dio a conocer una denuncia realizada por el ex seminarista Sebastián del Río, directamente ante el Vaticano, donde se relataban diversos hechos de índole sexual y abuso de poder por parte de sacerdotes y obispos de la Iglesia Católica en la región de Valparaíso, siendo mencionado de forma directa el ex rector del Seminario Mayor San Rafael, Mauro Ojeda, quien en la oportunidad negó los cargos que le hizo del Río.

Uno podría pensar que los hechos denunciados por Del Río no son frecuentes. Sin embargo, el mismo reportaje daba a conocer que «otro ex seminarista informó que este no es el único comportamiento impropio que se adjudica a Ojeda y aseguró que estas conductas se originan en la formación que se imparte en el seminario de Valparaíso, donde han hecho clases los obispos Gonzalo Duarte y Santiago Silva».

El caso de Del Río también fue conocido por el cardenal Jorge Medina, quien, en su minuto, al ser consultado por el tema, reconoció no haber hecho gestiones para que se investigara: «cuando me acusen, entonces ahí me defenderé en los tribunales de la Iglesia», aseveró.

Lo cierto es que ese día parece estar por llegar y no precisamente en los tribunales eclesiásticos, sino en los civiles.

Cambio21 conoció en exclusiva una querella realizada por el ex seminarista Mauricio Pulgar en contra de Humberto Henríquez López, presbítero que se encontraría apartado de sus funciones; Mauro Ojeda Videla, presbítero párroco de San Benito en Chorrillos, Limache; José Antonio Olguín Gutiérrez, presbítero y párroco de San Martín de Tours en Quillota; Mario Lisperguer Santibáñez, decano de la Santa Cruz del Valle y párroco de La Santa Cruz en Limache; Gonzalo Duarte García de Cortázar, obispo de Valparaíso; Jorge Medina Estévez, cardenal emérito, otrora encargado de la Doctrina de la Fe, cuarto cargo en importancia en la Iglesia Católica y obispo emérito de Valparaíso; Javier Prado Aránguiz, obispo emérito de Rancagua y antaño obispo auxiliar en Valparaíso, y Francisco Javier Errázuriz Ossa, cardenal Arzobispo emérito de Santiago.

La acusación es por el delito de abusos sexuales por parte de Henríquez en contra de Mauricio Pulgar y por el de encubrimiento y asociación ilícita en el caso del resto de los sacerdotes, obispos y cardenales quiénes, según el denunciante, conocían las conductas anómalas de sacerdote acusado y optaron por encubrirlo.

Según explica a Cambio21 el abogado querellante en esta causa, Carlos Gutiérrez Adaro, el caso debe ser visto en el sistema de justicia antigua, pues los hechos son de una época previa a la entrada en vigencia de la Reforma Procesal Penal. Sin embargo, cree en la viabilidad de la denuncia.

«Según el Código Penal, la prescripción de un delito se interrumpe, perdiéndose el tiempo transcurrido, siempre que el delincuente comete nuevamente un crimen o simple delito. En el caso concreto, se ha denunciado un presunto delito cometido durante el año 2001», explica el profesional.

El abogado agrega que «es necesario realizar una investigación judicial, porque existen antecedentes que permiten a lo menos sospechar que la persona involucrada pudo tener participación en la comisión de otros hechos ilícitos ocurridos con posterioridad al año 2001 que, de comprobarse, permitiría poder perseguir, aún en el año 2012, la responsabilidad penal en los hechos denunciados».

«Lo dicho con respecto al caso de Humberto Henríquez, se aplica también a todas las demás personas denunciadas», recalca el abogado querellante.

Los Cargos

Si bien parte de estos hechos fueron denunciados por Mauricio Pulgar en televisión -en los programas Mentiras Verdaderas, de La Red y en la Entrevista de Tomás Mosciatti, en CNN Chile-, hasta el 5 de octubre pasado aún no existía ninguna querella que buscara perseguir responsabilidades.

Las causas legales fueron interpuestas recién el 5 y 26 de octubre pasado en los Tribunales de Valparaíso, pues es en esa región donde ocurrieron los hechos. La querella presentada por Mauricio Pulgar acusa a Humberto Henríquez López, párroco de la iglesia «La Asunción» de Los Andes, de los delitos de sodomía y abuso sexual en el grado de consumado, hechos que habrían ocurrido en el año 2001.

De acuerdo con el libelo acusatorio, los abusos se dieron en dos oportunidades. Según cuenta el ex seminarista, en ambas el párroco le habría puesto alguna sustancia a su bebida, con la cual lo dejó dormido.

Al despertar, en las dos ocasiones encontró al párroco abusando sexualmente de él. En el «primer evento» pudo darse cuenta de que el sacerdote le realizaba sexo oral, luego de ya haber perpetrado el acto de «violación», mientras que en el «segundo evento», Pulgar acusa que despertó con los jadeos de Henríquez, mientras éste abusaba de él.

Entre el «primero y el segundo evento» transcurrió un tiempo en el que el religioso habría logrado manipular y atraer nuevamente al seminarista, quien en la querella agregó que «en aquel tiempo, me confidenció los procesos para llegar a ser obispo y demás irregularidades al interior de esa iglesia», dando a entender que quienes quisieran llegar alto en el clero deben aceptar ser «iniciados sexualmente» por sus superiores.

En todo caso, las palabras de Pulgar cobran mayor fuerza con la grabación de una conversación entre él y Henríquez, en la que el primero increpa al segundo de lo ocurrido y éste sólo se limita a pedir disculpas.

Los otros acusados

El escrito legal, además, acusa a los religiosos Jaime Da Fonseca Hidalgo, Mauro Ojeda Videla, José Antonio Olguín Gutiérrez, Mario Lisperguer Santibáñez, Gonzalo Duarte García de Cortázar, Jorge Medina Estévez, Javier Prado Aránguiz y Francisco Javier Errázuriz Ossa, como posibles autores, cómplices o encubridores del delito de asociación ilícita para delinquir.

El abogado querellante en la causa explicó a Cambio21 en qué basan tan graves acusaciones.

«De comprobarse judicialmente que existe una asociación ilícita al interior de la Iglesia Católica de la Quinta Región, esta asociación ilícita estaría funcionando hasta el día de hoy, lo que, por aplicación del artículo 96 del Código Penal (analizado al principio), permitiría interrumpir la prescripción de muchos delitos que los denunciados hayan cometido con anterioridad, permitiendo perseguir esos delitos el día de hoy, aún cuando hayan pasado muchos años desde su perpetración», recalca.

Pero los antecedentes en contra de los sacerdotes van más allá. Pulgar los acusa de realizar apremios ilegítimos y presiones indebidas e incluso señaló que se le envió al psicólogo, porque «según ellos, yo no quería aceptar ser homosexual, y para ayudarme se me hizo dormir de lunes a domingo en el seminario, mientras todos mis otros compañeros salían a ver a sus familias luego de hacer pastoral», indica la querella, en la que se agrega que la orden fue dada por el rector del seminario, Mauro Ojeda, visada por el entonces Obispo de Valparaíso, Jorge Medina, y llevada a cabo por los formadores, los presbíteros José Olguín y Mario Lisperger, quienes «continuaron con la rutina de acosos sexuales y afectivos», señala el texto legal.

La acusación en la querella en contra de Duarte, que incorpora, además, al cardenal Jorge Medina, es porque, según Pulgar, ambas autoridades conocieron su caso, y otros de similar gravedad, y no hicieron nada para remediar la situación, cargo que también recae sobre el cardenal emérito de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, y monseñor Javier Prado.

Sobre el Cardenal Medina, agrega que pudo haber evitado todo lo ocurrido si hubiese castigado a Henríquez en lugar de enviarlo a la diócesis de Los Andes.

«Este mismo obispo permitió que se me torturara en el seminario ya que, bajo su concepto, esta es la manera de purificar el alma por tener una madre que, según él, era prostituta y un mal ejemplo para mí. Él fue quien ordenó que se me enviara a la parroquia de José Donoso Chelew, quien también tenía denuncias por acoso sexual y manipulación de conciencia», dice Pulgar y concluye agregando que «todo esto lo permitió Jorge Medina Estévez con la finalidad de ocultar todas estas situaciones y así aparecer con una imagen intachable frente al Vaticano».

El ex religioso también acusa a Jaime Da Fonseca, Mario Lisperguer, José Antonio Olguín y Mauro Ojeda de formar «una asociación ilícita con la finalidad de manipular la conciencia de los seminaristas, en orden a convencerlos que la homosexualidad es una conducta normal a la que todo hombre se ha sentido inclinado».

Pulgar, más allá de la querella

Tras acceder a la querella, Cambio21 conversó con Mauricio Pulgar y conoció su visión de los hechos, más allá de la querella que presentó.

Dice que se decidió a hablar tras conocer el caso Karadima, que abrió «una caja de pandora» dentro de la Iglesia Católica. El ex seminarista incluso intentó hablar con las actuales autoridades eclesiásticas para dar a conocer su caso y aportar con más antecedentes sobre casos de los que fue testigo, pero no fue escuchado.

Pulgar comentó que existen cartas del seminario Mayor de Santiago en las que se les entregaban antecedentes a los obispos auxiliar y titular, Francisco de Borja y Javier Prado, sobre los hechos que ahí ocurrían y que incluso el cardenal Medina, por entonces obispo de la diócesis de Valparaíso, tuvo a la vista quejas de tocaciones y homosexualidad abierta, pero -según dijo- omitió seguir con la denuncia «para no tener problema con la doctrina de la fe».

Hechos del seminario

Parte de la declaración de Pulgar en la querella -que luego ratificó en exclusiva para Cambio21– consiste en contar el comportamiento del entonces rector del seminario mayor San Rafael.

«Para entrar al seminario Ojeda, que era quien decidía quién entraba y quién no, me obligó a tener como director espiritual al padre Jaime Da Fonseca, quien en las reuniones del proceso espiritual me obligaba a agacharme y acercar mi cabeza a sus genitales».

Un episodio que marcó profundamente a Mauricio Pulgar fue una oportunidad en la que fueron por una semana a Olmué con Ojeda y el resto de sus compañeros de curso en el seminario.

«En esa oportunidad Mauro Ojeda nos obligó a todos a bañarnos desnudos en la piscina y como yo me resistía me trató de miedoso e incluso maricón, por lo que me intimidó y terminé accediendo a su petición, pese a sentirme incómodo».

Cambio21 contactó a un compañero de promoción de Mauricio Pulgar en el seminario San Rafael. El hombre, quien años después dejó el seminario por sentir que no tenía suficiente vocación para el celibato, conversó con este medio pero prefirió hacerlo en off, «por temor a riesgos de represalias».

Ingresó al seminario en 1993 y tiene muy grabado el episodio de la piscina en Olmué.

«Vi una gran cantidad de hechos que en la época no les presté atención pero que, tras la denuncia de Mauricio en CNN Chile, me cuadraron», cuenta y agrega que a él también ese hecho le pareció raro. «En el momento lo encontré como algo novedoso y entretenido a lo que no le di mayor importancia. Sin embargo, tras escuchar a Mauricio logré entender todos los hechos raros de esa época».

El ex seminarista también ahondó en la personalidad de Mauricio Pulgar, a quien -dice- «siempre lo trataron de niño problema. Pese a ser un cabro impeque, todos lo cuestionaban y lo tenían tachado sin que se entendiera por qué».

«Claramente a Mauricio todos estos hechos le cambiaron la personalidad. Cuando lo conocí era brusco y efusivo, pese a que rehuía de los contactos físicos. Hoy es más bien apagado y retraído», concluye.

Cambio21 se contactó con el obispado de Valparaíso para obtener la versión sobre la denuncia de quienes aparecen mencionados en ella, pero la encargada de Comunicaciones, María Eugenia Quitral, aclaró que ellos no harán declaraciones hasta que los acusados no sean notificados y conozcan el contenido de la querella, lo que aún no ocurre.

Precht: el caso más simbólico

Justo en medio de la investigación que estaba realizando Cambio21 se dio a conocer la sanción en primera instancia contra el sacerdote jesuita Cristián Precht. El Presbítero anunció, a través de su abogado canónico, el padre Raúl Hasbún, que apelará y su familia se mostró sorprendida por algunos dichos de la resolución.

«Está con su vocación intacta y con el espíritu muy tranquilo», afirmó Hernán Precht, hermano del sacerdote diocesano, otrora férreo defensor de los derechos humanos, después de que se conociera que el religioso fue sancionado por el Vaticano por un período de cinco años sin poder ejercer su ministerio y a dedicarse a una vida de reflexión, tras ser hallado culpable de abusos sexuales en contra de un número desconocido de víctimas.

Hernán Precht es crítico con el concepto de «verosimilitud» usado por la Iglesia para emitir su sanción. «En mis 64 años de vida es primera vez que veo y leo que una persona es condenada, no por los actos comprobados que haya podido cometer, sino que por la verosimilitud de las denuncias», expresó.

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