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Guillermo Jorquera Morales, ex director de Teatro Hace casi 10 años estuve en el Salón de Actos del Club de la República de Iquique,... José Contreras Tobar, «crescendo molto»

Guillermo Jorquera Morales, ex director de Teatro

Hace casi 10 años estuve en el Salón de Actos del Club de la República de Iquique, escuchando un concierto de 4 jóvenes pianistas iquiqueños, entre ellos Fabián Andrades y Cristián Leal que estudiaban en el Conservatorio de la Universidad de Chile en Santiago, mientras que José Contreras Tobar, sólo de 14 años, aún era alumno de la escuela Artística “Violeta Parra”, la ocasión era un homenaje al Maestro Claudio Arrau.

El 8 de Marzo de 2012, José Contreras Tobar, alumno aventajado de la Facultad de Artes de la Universidad, con varios premios a su haber y con Conciertos junto a la Orquesta de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile y otros con distintos partners, se presenta en la Ex Aduana de Iquique para mostrar su arte y dar a conocer el progreso en sus estudios, que son auspiciados por la Ilustre Municipalidad de Iquique.

Su concierto se inició in crescendo, en música y en ánimo de público, porque al iniciarlo no había más de treinta personas que lograron enterarse de su presencia en Iquique, sin embargo José nunca dejó de estar concentrado en las teclas de su piano, interpretando la Sonata op. 53 de Beethoven con Allegro brío, para luego cambiar de tiempo y hacer la Introduzione en adagio molto, y a terminar la primera parte con Rondo, allegreto moderato-prestíssimo.

Tal vez, estos cambios de tiempo le sirvieron a José Contreras Tobar, para concentrarse sólo en su piano, en sus teclas y en su música, y así olvidar su entorno; de la escasa convocatoria, de los ruidos y cambios de luces externos al concierto.

Cuando él interpretaba soberbiamente a Ravel, Chopin y al músico chileno Pedro Humberto Allende, competía con ruidos y agentes extraños que en el segundo piso se producían, ruidos que no daban muestras de asombro ni curiosidad cultural, circulaban por el aire con indiferencia y ningunismo por el evento, sin embargo no lograron desconcentrar, del todo, a la atenta audiencia del patrimonial patio interior municipal ni al concentradísimo artista.

Es cierto que en Iquique no existen espacios para conciertos musicales, es necesario recurrir a la Catedral o a iglesias de distintos credos que siempre abren sus puertas a la música.

También es cierto que Conciertos de Piano sólo se pueden hacer en la Ex Aduana o en el Club de la República, instituciones que poseen un piano adecuado para estos recitales, sin embargo cuando éstos espacios son cedidos para eventos de esta naturaleza, debieran hacerlo con la disposición y la dignidad que los artistas y el público merecen.

Se agradece la amabilidad, la buena disposición y las excusas del profesional que estuvo a cargo del evento; Alfredo Prozt.

A los jóvenes que se perfeccionan y crecen musicalmente fuera de la ciudad o en el extranjero, no sólo es necesario apoyarlos económicamente, sino que también hay que otorgarle los espacios para que puedan demostrar a las autoridades en general y al público en especial, que los recursos que se invierten en ellos son realmente “rentables”, y si estos espacios e instrumentos no existen, será necesario provocar alianzas para crearlos y adquirirlos, esa es la manera para que un pueblo pueda crecer realmente en el ámbito social y cultural.

En el concierto en homenaje al Maestro Claudio Arrau, ejecutado hace casi 10 años, José Conteras Tobar, interpretó “Claro de Luna” de Beethoven y “Sueño de Amor” de Listz, en el concierto del 8 de Marzo del 2012, además de los temas ya comentados, cerró brillantemente el programa con “La Campanella” de Paganini, que el público espontáneamente aplaudió de pie.

Entre ambos conciertos, José Contreras Tobar nos demuestra que va molto crescendo.

¡Bravíssimo!

 

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