¿Qué es ser de izquierda en chile en estos momentos?: El análisis que realiza el colectivo «Por Cambios de Verdad»
Crónicas 10 marzo, 2025 Edición Cero 0

Ya vienen nuevas elecciones, y el sistema político, económico y cultural que vivimos, una vez más se presenta ante el pueblo, tal como lo ha venido haciendo desde hace cerca de 4 décadas. Se llama al pueblo a elegir entres dos opciones, entre la derecha y la izquierda. Así, ante esta realidad, el pueblo, que en su mayoría está constituido por personas que se identifican como gente de izquierda, parte a votar. Sin embargo, ya terminada la comedia electoral, la izquierda de verdad no ha sido elegida. Ante esta situación, aclaremos.
Ya sabemos lo que es la derecha. La derecha es la representante política del sistema imperante, sus dirigentes y mandatarios políticos no han hecho otra cosa que defender y perpetuarlo. Otros, aunque, incluso, digan que no son derecha, que son democratacristianos, que son de centro, de centro-izquierda o “socialistas” desde el fin de la dictadura de Pinochet, han hecho lo mismo.
En todas las cosas de la vida, solo vale lo que se hace, no lo que se promete o se habla. Y esto corre sobre todo en la política. Veamos, Aylwin y Frei, los dos demócrata cristianos que llegaron al poder, que, por lo tanto, aparecían como políticos de centro, gobernaron como lo habría hecho cualquier político derechista. El sistema no cambió y el neoliberalismo, la herencia que dejó la dictadura de derecha que tuvimos, se fortificó. Como es obvio, las cosas no iban a cambiar con Piñera.
Muchos pensábamos que las cosas cambiarían con Lagos, con Bachelet, y ahora, con Boric. Ilusión no más. Todos estos, aparentemente “socialistas” y de izquierda han seguido las mismas aguas. En suma, ningún político que llegó al poder del gobierno, y que se define como de izquierda, ha hecho algún esfuerzo, por cambiar el país desde sus raíces. Vale decir, el sistema capitalista, en su grado más extremo, el neoliberalismo sigue vivito y coleando, desde los inicios de la dictadura de Pinohet, o sea, desde que el imperialismo norteamericano lo introdujo en Chile como experimento.
En suma, una vez elegidos, los políticos de derecha y los seudo-centristas y falsos izquierdistas, desde todos los ámbitos político-administrativos, no han hecho otra cosa, que propiciar la continuidad del sistema neoliberal vigente. Con algunos matices sin mayor importancia, han conservado, muy de acuerdo, la constitución de 1980, o sea, las leyes que sostienen el status económico y político existente. Si las grandes empresas, incluidos los bancos, estafan, si eluden impuestos, si se coluden, nada les pasa. Esto ha sido así, siempre. O sea, si, incluso, los grandes tiburones han cometido delitos establecidos en sus propias leyes, todo quedó en el olvido. En el mejor de los casos, ha habido una que otra sanción pequeña para guardar las apariencias.
A la derecha pura, la conocemos muy bien. Ella defiende su sistema hasta las últimas consecuencias. Si se llega a dar el caso, que ni las propias leyes le alcanzan para la continuidad de su orden, entones recurren a sus brazo armado, la casta militar nacional, que, sin ninguna conmiseración llega al extremo de la masacre, y las más abyectas violaciones a los derechos humanos. Y si esto no basta, viaja directo al centro del sistema global capitalista, en Washington, a pedirle al imperialismo yanqui que intervenga. Esta ha sido la más brutal de la experiencia que ha vivido Latino-américa desde su independencia de España, hace ya dos siglos, y, por supuesto, esa fue la trágica lección que aprendimos en Chile en 1973.
Y ahora, ¿qué es ser de izquierda? Ser de izquierda es definirse como enemigo del orden vigente, y estar de manera consciente y decidida por cambiarlo. Eso es ser de izquierda, y ninguna otra cosa. Lo más grave en estos momentos es lo que está ocurriendo con la gran masa de los trabajadores y trabajadoras, la gente que vive de un salario denigrante, y nuestros compatriotas más humildes y pobres. A ellos, si se les pregunta por su opción política, se definen como de izquierda, sin saber que votan y siguen votando desde hace más de tres décadas por políticos que no son de izquierda y, lo que es peor, votan por políticos que son contrarios a la izquierda. Han olvidado la lección que nos dejó Salvador Allende, líder de la alianza política la Unidad Popular, y el único presidente de Chile, que llegó al poder y que murió acribillado en La Moneda, como un mártir de la verdadera y real izquierda.
¿Qué proponía Allende en los meses anteriores a su triunfo en la elección presidencial de 1970? Proponía con todas sus letras la sustititución del sistema capitalista por una sociedad nueva, el socialismo. El programa de la Unidad Popular, que se cumplió casi enteramente en tres años, contenía la nacionalización de todas las grandes empresas extranjeras en Chile; lo que hizo de Chile un país anti-imperialista. El Gobierno Popular nacionalizó el mayor riqueza del país, el cobre demás minerales. También llevó a cabo profundas reformas como la agraria, tributaria y bancaria. Inició la lucha por estatizar las 100 industrias estratégicas del país y empezó a distribuir la tierra entre la clase trabajadora campesina.
El gran error de la Unidad Popular fue uno solo: no haber iniciado desde antes del triunfo de 1970, la lucha por democratizar las Fuerzas Amadas, que siempre fueron el brazo armado de la derecha política nacional. Si la izquierda verdadera cree y se fortifica, y así alcanza el poder del gobierno, ese error no debe volver a repetirse. Hoy, los políticos que se autodenominan de “izquierda” o de “centro-izquierda” no proponen ni han propuesto nada parecido a lo que propuso al pueblo la Unidad Popular y Salvador Allende. Hipócritamente, rinden homenaje a la memoria de Allende, pero no han hecho nada por hacer lo que hizo el presidente mártir, desde el fin de la dictadura. Peor aún, desde el inmenso poder político que han tenido, gracias a los votos de los trabajadores chilenos, desde la Presidencia de la República, el Parlamento, las gobernaciones y las alcaldías, pudiendo hacerlo, no han tocado las bases del sistema capitalista neoliberal vigente en lo más mínimo. L
o único que han hecho, es haber conseguido de los dueños del país, la derecha, algunas mejorías sociales en favor del pueblo. Nada más. En otras palabras, no han tocado jamás los pilares en que que sostiene el el neoliberalismo. Es decir, lo que han hecho no ha sido otra cosas que participar activamente en la preservación del sistema.
¿Cuál es la explicación que han dado para que unidos con la derecha, estos seudo-izquierdistas no hayan hecho ningún esfuerzo por superar el capitalismo, y por el contrario, sumarse a sus leyes y a su funcionamiento general? Dicen que es imposible realizar un cambio profundo en el país; que, por ejemplo, eliminar las AFP sería producir un colapso del sistema económico, que no podemos dejar de depender del orden global capitalista, y aun más, algunos de ellos sostienen que si vamos más fondo, tendremos otro golpe de estado.
Por supuesto, nunca faltarán las explicaciones para no atreverse a cambiar las cosas. Finalmente, a quienes hemos criticado su verdadero carácter, nos acusan de no ser “realistas”, y hasta nos tildan de “ultra-izquierdistas” ¿Por qué? Por una razón muy simple: La llamada izquierda o centro izquierda se ha sumado al sistema, incluso en la esfera de la política internacional, poniéndose del lado del imperialismo y la derecha internacional atacando sistemáticamente el contenido anti-imperialista de la revolución cubana, sumándose a la propaganda norteamericana contra los gobiernos de Venezuela y Nicaragua, ambos países hermanos tan socialistas como democráticos.
Proponemos, como colectivo político, de una vez por todas, terminar con este engaño, y si vamos a votar, que sea solo por candidatos nuestros, los de la izquierda de verdad. Proponemos iniciar el reagrupamiento de las fuerzas reales de izquierda, y avanzar, aunque no sea de la noche a la mañana, hacia la conquista del poder, para el pueblo. Simultáneamente, tendremos que luchar por la democratización de las Fuerzas Armadas, arrancándolas de su esencia clasista, la de estar con la clase dominante capitalista neo-liberal.
Repetimos, quienes somos de izquierda no estamos por apoyar el mal menor y conservar el sistema capitalista vigente indefinidamente, SINO POR SUPERAR EL SISTEMA CAPITALISTA REINANTE, E INICIAR, AUNQUE CUESTE, EL CAMINO HACIA UNA SOCIEDAD NUEVA.
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