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Carlos Graña Sarmiento, periodista.- El 19 de septiembre del 2024,mientras en todo el país se celebraban las Fiestas Patrias,  se cumplieron 133 años del... 133 años del suicidio de  José Manuel Balmaceda.

Carlos Graña Sarmiento, periodista.-

El 19 de septiembre del 2024,mientras en todo el país se celebraban las Fiestas Patrias,  se cumplieron 133 años del suicidio del Presidente de Chile  José Manuel Balmaceda Fernández en la Legación Argentina en Santiago de Chile, el 19 de septiembre de 1891, un día después de que expiró su período constitucional como presidente. Falleció. cuando tenía 51 años de vida .

Inició su gobierno  el 18 de septiembre de 1886, y entregó el mando, el 29 de agosto de 1891 al general Manuel Baquedano González,  tras ser derrotado en la Guerra Civil de 1891.  Fue un  estadista visionario que representó las transformaciones sociales y económicas de fines del siglo XIX y el gestor de los cambios necesarios para lograr un mayor desarrollo industrial.  Bajo su mandato se desató la Guerra Civil de 1891, que duró seis meses y que costó la vida de cerca de 20.000 chilenos. En ese entonces Chile tenía una población  de 2.527.320 de habitantes, según el censo de 1885. La Fuerzas Armas se dividieron y el Ejército apoyó al Presidente Balmaceda y la Armada al Congreso, situación que provocó la guerra civil. El conflicto involucró a todo el tejido social de Chile, generando consecuencias de orden político, económico, social y cultural.

 El mandatario nació en Bucalemu el 19 de julio de 1840 en una familia aristocrática, sus padres fueron Manuel José Balmaceda y María Encarnación Fernández. Realizó sus estudios en los Sagrados Corazones (Padres Franceses) y terminó sus humanidades en el Seminario Conciliar. Ingresó tempranamente a la política y con sólo 24 años fue electo diputado.

Desde joven adscribió la doctrina liberal y participó en el Club de la Reforma. Fue un gran orador.  Bajo la Presidencia de  Aníbal Pinto, Balmaceda ejerció sus funciones en la Cámara de Diputados, pero su figuración política comenzó durante el gobierno de Domingo Santa María, quién lo nombró sucesivamente ministro de Relaciones Exteriores, de Defensa y del Interior.

Pronto se convirtió en el sucesor oficial del Presidente Santa María, presentándose, en 1886, como candidato único a la presidencia de la república tras conseguir que José Francisco Vergara  depusiera sus aspiraciones presidenciales. El 18 de septiembre de 1886, asume finalmente la presidencia de la República de Chile encabezando la Coalición Liberal, con un ambicioso programa político de gobierno. Muy pronto se enfrentó con el Congreso que aspiraba a disminuir el poder presidencial, mientras Balmaceda buscaba incrementarlo.

Durante ese período, fines del siglo XIX, lo altos ingresos del Salitre hacían de Chile un país rico. Balmaceda supo aprovechar esas circunstancias para llevar a cabo dos de sus más ambiciosos proyectos: un gran plan de obras públicas y una reforma y mejoramiento de la educación pública, los que promocionó en una serie de viajes presidenciales  realizados a través del país. Con ello intentaba presentarse como un presidente con autoridad y al mismo tiempo cercano a los ciudadanos, un mandatario que sería capaz de llevar el progreso a los rincones más remotos del país.

En 1889 el Presidente José Manuel Balmaceda viajó a la zona salitrera en norte del país. Y  en un discurso, realizado en el Salón de  la Filarmónica de Iquique, 9 de marzo de 1889, dio a conocer su pensamiento sobre el salitre, que explotaban los Británicos. El mandatario se manifestó contrario al monopolio extranjero, expresó que en su opinión sería preferible «que aquella propiedad fuese también de chilenos”.

En estricto rigor, Balmaceda solo propiciaba una apertura del monopolio extranjero hacia los capitales chilenos, no planteó la idea de nacionalizar las salitreras. Buscaba favorecer la entrada de particulares chilenos al negocio del salitre, vendiéndoles preferentemente las mejores reservas del mineral todavía en pode del Estado. Sus planteamientos no fueron del agrado del Rey  del Salitre John Thomas North,  empresario británico del monopolio del salitre. Los historiadores, sostienen que North fue promotor del conflicto entre el Presidente José Manuel Balmaceda y el Congreso, que desató la Guerra Civil de 1891, y contribuyó  también a financiar la compra de armas  a los sublevados.

El Presidente José Manuel Balmaceda Fernández realizó obras de gran importancia para el desarrollo de Chile. Sin embargo, a pesar de todas estas realizaciones, la crisis política estalló en 1891. La ruptura se desató ante la negativa por parte del Congreso de aprobar la Ley de presupuesto de ese año. Balmaceda aprueba de facto la ley del año anterior y se declara como única autoridad. El 7 de enero de 1891, la Escuadra apoyada por las fuerzas congresistas, se sublevó, dando comienzo a la guerra civil. Con ese pretexto  los sublevados rompieron el estado de derecho, y desataron una guerra fratricida , donde morirán varios soldados  del Ejército de Chile, que participaron en la Guerra del Pacífico de 1879, y eran considerados héroes.

El Presidente Balmaceda, luego de conocerse el fracaso de las fuerzas del Ejército  en la batalla de Placilla de Peñuelas, el 28 de agosto de 1891 , a las dos de la madrugada, abandonó caminando el Palacio de la Moneda para refugiarse en la Legación Argentina. Allí permaneció oculto veinte días, en los cuales redactó su Testamento Político y escribe a su familia, entre ellas una carta a su esposa Emilia Toro. El día 19 de septiembre de 1891, al día siguiente de cumplir su mandato presidencial, el Presidente Balmaceda se suicidó, disparándose un tiro en la sien.

Antes de quitarse la vida José Manuel Balmaceda Fernández escribió en su Testamento Político:

“Este es el destino de Chile y ojalá que las crueles experiencias del pasado y los sacrificios del presente, induzcan a la adopción de las reformas que hagan fructuosa la organización del nuevo Gobierno, seria y estable la constitución de los partidos políticos, libre e independiente la vida y el funcionamiento de los poderes públicos y sosegada y activa la elaboración común del progreso de la República.

No hay que desesperar de la causa que hemos sostenido ni del porvenir. Si nuestra bandera, encarnación del Gobierno del pueblo verdaderamente republicano, ha caído plegada y ensangrentada en los campos de batalla, será levantada de nuevo en tiempo no lejano, y con defensores numerosos y más afortunados que nosotros, flameará un día para honra de las instituciones chilenas para dicha de mi patria, a la cual he amado sobre todas las cosas de la vida.

Cuando Uds., y los amigos me recuerden, crean que mi espíritu, con todos sus más delicados afectos, estará en medio de Uds», concluyó el mandatario.

La discusión sobre Balmaceda y su obra adquirió un cariz distinto a mediados del siglo XX, momento en el que se comenzó a considerarlo como un precedente de las políticas económicas nacionalistas y de la lucha contra el imperialismo. Su recuerdo  ha perdurado no sólo en los circuitos académicos y políticos, quedando para la memoria  popular  como  un héroe inmolado por el pueblo.

A pesar de la trágica circunstancia de su muerte, el legado como presidente y líder político sigue siendo relevante en la historia de Chile. Su visión para el futuro y su capacidad para impulsar cambios positivos en el país lo convierten en un presidente recordado con elogios y respeto.

El presidente  José Manuel Balmaceda recibió la medalla conmemorativa de Ciencias de Francia en honor a su figura y legado. Además la banda Presidencial de Chile, que perteneció a él , es un objeto textil  con escudo bordado sobre relieve en hilos de plata y mostacillas, que representan su conexión con la institución y su papel como presidente.

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