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Carlos Graña Sarmiento, periodista. Hasta hoy las bombas de Israel han matado más de 31.533 personas de la sociedad civil en la Franja de... Guerra de exterminio de palestinos

Carlos Graña Sarmiento, periodista.

Hasta hoy las bombas de Israel han matado más de 31.533 personas de la sociedad civil en la Franja de Gaza, de ellos más de 14,000 niños. Y se han registrado 73.439 heridos, según el Ministerio de Salud palestino desde el inicio del asedio de está guerra de exterminio.  En menos de cuatro meses, Israel y su ejército han matado en Gaza más del doble de todos los muertos civiles en Ucrania en dos años, 12,000 personas. Casi 2 millones de personas deambulan, sin comida, sin agua, esperando la muerte dentro de la Franja. Entre 50,000 y 60,000 toneladas de bombas ha sido lanzadas sobre sus casas, edificios residenciales, escuelas, hospitales, población civil indefensa que, en forma alguna,  son miembros militares de Hamás.

Israel tenía pleno derecho de responder a Hamás por el ataque terrorista del 7 de octubre pasado. Pero su respuesta tenía que ser contra el enemigo militar. Jamás contra civiles inocentes, destrozando todas sus ciudades y su vida. Israel  ha violado en forma flagrante la Convención contra el Genocidio, los 4 Convenios de Ginebra, los artículos 73 y 74 del Protocolo de Roma y las normas básicas del Derecho Internacional Humanitario. «Ni la población civil como tal ni las personas civiles serán objeto de ataques. Éstos sólo estarán dirigidos contra los objetivos militares.» En su lugar, está perpetrando una masacre, un genocidio mayúsculo contra la sociedad civil, contra un pueblo entero del planeta

De acuerdo a la ONU, más del 75% de toda la población de Gaza, 2.5 millones de personas, han tenido que dejar sus casas, destruidas, y están hoy desplazados, sin comida, sin agua, presas de enfermedades, deambulando por una pequeña franja de tierra, esperando la muerte. Una epidemia de más de 1,000 muertos con Hepatitis-A amenaza con extenderse y convertirse en una epidemia de dimensiones salvajes.

La organización Euro-Med Human Rights Monitor anunció hace algunas semanas que limpiar la Franja de Gaza de todas las bombas y explosivos «sembrados» tomará décadas. Se ha vuelto un territorio imposible para la vida humana. En la práctica, el gobierno del primer ministro de Israel Benjamin  Netanyahu y la extrema derecha israelí está haciendo  una limpieza étnica a destajo, la desaparición física y expulsión de su tierra de un pueblo milenario en la región.

El Likud,-La Consolidación -, partido de  la extrema derecha que representa Netanyahu no sólo nunca ha aceptado la tesis de los Dos Estados (como acordó Naciones Unidas en la resolución # 181 de 1947 cuando le otorgó esas tierras para crear el Estado de Israel) y su deber de compartirlo con el Estado de Palestina, sino que parecen tener un objetivo ulterior: la expulsión y eliminación de todos los palestinos. ¿Y adónde podrá ir esos 3 millones de habitantes, a Egipto que no los acepta en el sur, o al oeste, a morir ahogados todos en el mar Mediterráneo?

 La comunidad sionista intransigente,  ha atacado en forma irracional a cualquier persona que denuncia estos hechos, incluido el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez o, al expresidente de Costa Rica, Óscar Arias Sánchez, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1987 por participar en los procesos de paz en los conflictos armados de América Central en los años ochenta.

La Corte Internacional de Justicia , por su parte, por petición de Sudáfrica, demandó, que el Ejército de Israel detenga su “conducta genocida” contra el pueblo palestino. Los palestinos tienen derecho a ser protegidos de actos de genocidio, enfatizó el alto tribunal de Justicia, el 26 de enero del 2024.

Por otro lado, es paradójica esta violación masiva de los Derechos Humanos por parte de Netanyahu y el pueblo que –víctima de los horrores del Holocausto en la II Guerra Mundial– dio lugar a una transformación del planeta con la aparición de la ONU en 1945 y la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Los DDHH que todos hemos defendido a favor del pueblo judío en el siglo XX, también son aplicables a todos los pueblos del planeta, incluido el palestino. Netanyahu  no aceptan esto. Parece que para ellos los palestinos son menos que personas, sin derecho alguno, destinados a morir. Con sus actos, Netanyahu se rebaja al peldaño sangriento de los victimarios de la II Guerra Mundial.

El ataque del 7 de octubre del del 2023, perpetrado por  Hamás fue salvaje y lamentable e Israel tenía derecho a responder. Pero no se puede responder a un acto terrorista con otro acto terrorista de Estado, a gran escala.

 Como se recordara , la extrema derecha de Israel  asesinó ,el 4 de noviembre de 1995, al primer ministro de Israel Isaac Rabin, un hombre que quería la paz. Rabin se había reunido con Yasir Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) , ambos buscaban la  posibilidad  de que  israelíes y  palestinos pudieran tener una paz duradera. Después de 70 años de persecución, de territorios ocupados, de expulsión de los palestinos de sus territorios milenarios, de violación del Estado de Israel de la Resolución 181 y muchas otras resoluciones de la Asamblea General de la ONU, se generan estos hechos. El gobierno Sionista de Benjamin Netanyahu se ha transformado en una amenaza para la paz mundial. No es posible que, en pleno siglo XXI , guardar silencio frente a esta aberración militar. La comunidad internacional no puede ser cómplices de estos crímenes de lesa humanidad.

La única solución  al tema de Israel y Palestina es el reconocimiento de la política de los Dos Estados, tal y como se definió en 1947 por la ONU.

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