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Haroldo Quinteros Bugueño.- Por supuesto, ante la muerte de una persona cuyos méritos y contribución a la sociedad en vida fueron mayores que sus... «Ha muerto Sebastián Piñera, el arquetipo del gobernante que se sirvió del poder político para incrementar su fortuna»

Haroldo Quinteros Bugueño.-

Por supuesto, ante la muerte de una persona cuyos méritos y contribución a la sociedad en vida fueron mayores que sus deméritos, errores o defectos, se deben realizar los homenajes que su figura merece, como, asimismo, recordar públicamente lo que esa persona fue. El caso del ex – presidente de la República Sebastián Piñera, recientemente fallecido en un accidente, es diferente. Por supuesto, como ex – primer mandatario, le corresponde el privilegio de serle otorgado un funeral de Estado y la resolución del gobierno de turno de decretar duelo nacional por su deceso. Sin embargo, estas acciones han sido acompañadas por desproporcionadas loas pergeñadas por buena parte de la clase política profesional del país, en las que no se observan ponderación ni objetividad. Ante esta realidad, no vamos a retroceder en cuanto lo que hemos expresado, siempre y públicamente, sobre la personalidad política del ex – presidente.

De partida, que Sebastián Piñera haya alcanzado la primera magistratura del país en democracia, no lo exime de su culpabilidad en múltiples y oscuras andanzas financieras desde su cargo de presidente de la República. Ganar una elección no significa necesariamente que el elegido sea una integérrima persona en cuanto calidad moral y política. No olvidemos que también fueron elegidos en democracia Adolfo Hitler, así como políticos corruptos en América Latina, como Andrés Pérez en Venezuela o Alan García en Perú, y muchos más en todo el mundo de la misma pluma.

Estimamos que la mejor definición del ex – presidente es esta: fue un político que supo combinar magistralmente su beneficio financiero personal con el uso inescrupuloso de su poder político.

Sólo algunos pocos ejemplos; todos solo referidos a los negocios:

  1. El fraude del Banco de Talca:

Todos los chilenos, incluso los de derecha, conocieron bien su estafa al Banco de Talca, que, en plena dictadura, le valió ser declarado reo y su consiguiente encarcelamiento. En 1982, el entonces juez del Segundo Juzgado del Crimen de Santiago, Luis Correa Bulo, ordenó la aprehensión de Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique, y su captura se efectuó bajo apercibimiento de arresto. Piñera debía responder por infracciones varias a la Ley General de Bancos, además de la defraudación del Banco de Talca, entidad que finalmente quebró ese mismo año. Luego de unos días tras las rejas, Piñera no se libró de seguir preso por alguna resolución judicial, sino gracias a la intervención personal de la ministra de Justicia de la época Mónica Madariaga, la que con ese acto tan ilegal como anti – ético, complacía a su gran amigo, el hermano de Piñera, José, uno de los principales miembros del aparato económico de la dictadura.

Piñera, apenas salió de la cárcel, se fugó como un delincuente cualquiera a La Serena, donde fue escondido por su tío Bernardino Piñera, a la sazón arzobispo de la diócesis serenense. Eso le dio tiempo para mover influencias en las esferas más altas de la dictadura y la Corte Suprema, y conseguir así su libertad definitiva.

  1. Los paraísos fiscales.

Piñera dijo en 2021:

Yo creo que es muy importante que los paraísos fiscales desaparezcan, porque muchas veces los paraísos se utilizan para o actividades reñidas con la ley y con la moral, como el lavado de dinero u ocultamiento de dineros que provienen del narcotráfico o el crimen organizado, o muchas veces (los paraísos fiscales) se utilizan para evadir impuestos… y por tanto, yo sí creo que debiesen desaparecer.

Hasta aquí, las palabras textuales de Piñera. Sin embargo, su nombre ya había aparecido en la prensa internacional como inequívoco símbolo de la corrupción en el poder político. La incontinencia psicológica de Piñera por amasar dinero a cualquier costo, aun a riesgo de perjudicar a su país y pasar a la historia como un gobernante corrupto, lo llevó antes de su comedia de condena a los paraísos fiscales, a guardar en ellos cientos de millones de dólares e, incluso, a realizar negocios, siendo presidente de la República. Tres presidentes en ejercicio, 11 retirados, 90 políticos de alto nivel, congregaciones religiosas y artistas de fama mundial, multimillonarios y hasta el gobernador de un banco central y personajes poderosos de Latinoamérica, han hecho uso de paraísos fiscales ubicados en las Islas Vírgenes Británicas y en Panamá, empleando una telaraña de fideicomisos, sociedades interpuestas, “palos blancos” y opacos archivos mercantiles.

El objetivo es muy claro: evitar el escrutinio público sobre el monto y origen de sus fortunas y bienes, y eludir el correspondiente pago de impuestos a los Estados de sus países. Este entramado de la más evidente corrupción quedó al descubierto con la publicación del documento periodístico Los Papeles de Pandora, salido a la luz hace unos años. En este documento se detallan informaciones de las actividades financieras ocultas de políticos y gobernantes latinoamericanos, entre los cuales figura Sebastián Piñera. La filtración, obtenida por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, se basa en 11,9 millones de archivos que recogieron el trabajo de 14 despachos financieros.  Esta masa de información fue revisada y contrastada por un equipo de 600 periodistas, en el que ha participado el diario español El País, el conocido diario norteamericano The Washington Post, el inglés The Guardian, la BBC y numerosos otros medios de comunicación masiva de todo el mundo.

La estafa de depositar fortuna en paraísos fiscales, cobra especial relevancia en Latinoamérica, donde cada año se le escapan al fisco unos 40.000 millones de dólares (35.000 millones de euros), dineros desviados directamente a paraísos fiscales. De los 35 presidentes o ex – presidentes que figuran en los documentos, 14 pertenecen a esta región, y entre ellos, repetimos, está Piñera.

  1. La compra de las acciones de LAN.

 En el año 2006, la Superintendencia de Valores y Seguros, sentenció oficialmente, a la letra:

Se sanciona de multa por UF 19.470, al señor Sebastián Piñera Echeñique, por la operación mediante la cual adquirió, a través de la sociedad Santa Cecilia S.A., un total de 3 millones de acciones de LAN Airlines S.A., por un monto de $9.840 millones (…) dado que, en su calidad de director de LAN, al momento en que realizó la compra, conocía en detalle los estados financieros de esa sociedad.

Es decir, luego de acceder a información reservada, por lo tanto, legalmente prohibida, lo que le significó pagar una multa de unos 720 millones de pesos al Estado, Piñera compró a un precio irrisorio un suculento paquete de acciones de la ex – LAN, llamada ahora LATAM, por asociación con la empresa aérea brasileña TAM.  El delito fue descubierto y Piñera fue castigado judicialmente, esta vez no con cárcel, sino con el pago de una multa. Pero el astuto empresario había calculado bien las cosas. La multa es apenas una mínima parte de la ganancia que le reportó este tramposo negocio.

  1. El caso de la empresa pesquera peruana EXALMAR:

En su segunda administración, Perú se querelló contra Chile ante la justicia internacional sobre territorios marítimos frente a las costas de Arica. La Corte de Justicia de La Haya declaró ganador a Perú. Sucede que, tras esa pérdida, estaban los negocios de Piñera. Hoy, cuando tantos políticos profesionales se desgañitan gritando que Piñera “siempre puso por sobre todas las cosas los intereses de Chile,” recordemos que al “patriota” Piñera, por su obsesión por obtener más y más ganancias, la pérdida de ese mar, que era nuestro, le vino como anillo al dedo. Piñera obtuvo enormes ganancias por la explotación pesquera justo en esa zona marina, porque era uno de los socios mayores de la empresa peruana EXALMAR, activa en esa región.

¡Qué descaro el de Piñera! Después que Chile perdiera el enorme triángulo marítimo frente a Arica, con total desenfado introdujo a sus hijos en la comitiva oficial de gobierno que partió en esos tiempos a China, con el fin de recabar negocios con ese país. Como iba oficialmente como presidente de Chile, obviamente no podía a la vez hacer negocios personales, pero los hicieron para él sus retoños, a quienes llevó a China gratuitamente; es decir, pagados por el Estado. Por supuesto, a Piñera y a su familia les fue muy bien en ese viaje.

  1. La minera Dominga y el caso Imán:

La investigación llevada a cabo por los medios chilenos expertos en Economía CIPER y LaBot , destapó, entre las operaciones de Piñera en el extranjero, la compraventa en las Islas Vírgenes Británicas de Minera Dominga junto al empresario Carlos Alberto Délano. Sabemos que, finalmente, el proyecto Dominga, una explotación de hierro y cobre en el Norte Chico chileno, fue suspendido (no anulado) el 18 de enero de 2023. Unos meses antes, el 30 de junio de 2023, el ente de Estado Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), había rechazado el proyecto por su grave impacto ecológico sobre la población de la región.

Para conocer bien este caso, es preciso volver atrás.  En diciembre de 2010, cuando apenas llevaba nueve meses como presidente de Chile, vendió Dominga a Délano, con un acta firmada en Chile por 14 millones de dólares (12 millones de euros) y con otra en un paraíso fiscal, las Islas Vírgenes Británicas, por 138 millones de dólares (118 millones de euros). El monto debía satisfacerse en tres cuotas, y el último pago se haría si se establecía un área de protección ambiental sobre la zona de operaciones de la minera, como reclamaban los habitantes de esa región y grupos ambientalistas de todo el país. La decisión de la viabilidad de Minera Dominga quedó en manos del gobierno, o sea del gobierno de Piñera; mejor dicho, aún “el gato quedó cuidando la carnicería”.

Como era obvio, Piñera nunca pensó promover la protección ambiental ni la salud de los habitantes de la región, sino incrementar sus ganancias. La tercera cuota, finalmente, se pagó.  Pese a estas realidades, el gerente de las empresas de Piñera aseguró, al ser preguntado, que el presidente no manejaba sus negocios desde hacía 12 años y que no había sido informado sobre el proceso de venta de Dominga. Qué ridículo. La decisión de la viabilidad de Minera Dominga quedó en manos del gobierno; por lo tanto, correspondía a Piñera darle el “vamos” a la explotación que solicitaba la Minera Dominga. Pues bien, y que se sepa para siempre, Piñera, como primer mandatario, no hizo nada por frenar el proyecto de Minera Dominga, a pesar de la masiva movilización de la región que se extendía cada día al resto del país.

Como decíamos, según el gerente de las empresas de Piñera, el ex – presidente “no manejaba sus negocios desde hacía 12 años”; es decir, según este fiel empleadito, Piñera no sabía nada del proceso de venta de Dominga. Dicho brevemente, el magnate y presidente de Chile quiso hacernos creer que no sabía nada de Dominga. ¿Podría creerse que no sabía qué negocios tenía ni cómo ellos crecían, y que tampoco sabía lo que vendía ni lo que compraba?

En el mismo período en que se perpetró la turbia e ilegal operación de compraventa de Minera Dominga, entre 2010 y 2012, Piñera, siendo presidente de Chile, participó en secreto en la compraventa del proyecto minero Imán, en las cercanías de Vallenar, negocio que le reportó inicialmente una jugosa utilidad líquida.  El proyecto Imán fue comprado y vendido secretamente por un fondo de inversión, entre cuyos accionistas estaban Piñera y su histórico amigo Carlos Alberto Délano. Este negocio seguía exactamente la trama de Dominga. El proyecto Imán consistía en 14 pertenencias mineras de 11.200 hectáreas cuadradas, situadas a 10 kilómetros del suroeste de Vallenar, sobre las cuales se reclamaban derechos por yacimientos de cobre, escandio y hierro. Anteriormente, para gestionar el negocio Minera Dominga, Piñera creó la sociedad “Minería Activa Uno Spa.”

Para el proyecto Imán, creó la sociedad “Minería Activa Dos Spa,” para evitar verse involucrado en este negociado, puesto que era presidente del país. El socio mayoritario tanto en Dominga como Imán era Piñera, lo que disfrazaba con un nombre inventado, “Fondo Mediterráneo,” con nada menos que la tercera parte del total de las acciones.  El resultado final del negociado fue que Piñera se embolsicó la friolera de 30 millones de dólares, sentado en su escritorio en La Moneda. Por cierto, la ausencia de un Estado serio que resguarde los intereses del pueblo es lo que caracteriza al neo – liberalismo, cuya primera característica es facilitar la existencia de negocios sucios a cualquiera que posea capital, de dentro o de fuera del país, sea éste un capitalista cualquiera o el presidente de un país.

Sigamos: Cada vez que se le descubrían sus torvos negocios (vale decir, cuando “lo pillaban con las manos en la masa”), Piñera aducía que tenía sus negocios bajo el sistema de “fideicomisos ciegos”. En otras palabras, no sería él quien directamente los hacía hasta el punto de desconocerlos y, desde luego, sin saber qué beneficios le traían. Esa era su defensa. El caso Imán la desbarata por completo. En esta operación apareció un tal Arnaldo del Campo Arias, personaje designado por Piñera, a días de iniciado el negocio Imán como representante del presidente de la República en el directorio de ENAMI, empresa estatal de fomento de la pequeña y mediana minería. Del Campo Arias era su hombre de confianza, y fue quien ejecutó la venta de Imán. Por supuesto, es imposible creer que Del Campo no le contara a su jefe lo que compraría con dineros que non eran suyos, sino de Piñera.

Dicho con la mayor claridad, el presidente de Chile estaba realizando con un “palo blanco” un negocio legalmente sancionado como especulativo. ¿Por qué la operación se hizo en secreto? Muy simple, porque Piñera se desempeñaba como presidente de la nación. Imán se vendió en 152 millones de dólares, mucho más de su valor inicial. Esta operación revela con exactitud la metodología de los negocios de Piñera, y por extensión, el hoyo negro que tenemos en materia económica, la ausencia de regulación en los negocios, que entraña la posibilidad de cohecho, coimas, fraudes y, lo peor de todo, corrupción política.

Piñera, por cierto, representó en vida, la unidad perfecta de los negocios y la política; es decir, la prevalencia de los intereses económicos de un millonario que llega al poder político, por sobre los intereses del pueblo.

Una respuesta a “«Ha muerto Sebastián Piñera, el arquetipo del gobernante que se sirvió del poder político para incrementar su fortuna»”

  1. Jorge dice:

    Excelente reportaje.
    Para que lo lea Chile y esa extensa población de ignorantes que por años se ha dejado y deja engañar con la primera bonita frase de buena crianza y respeto de las normas que exhibió este oscuro, siniestro y falaz personaje que trajo tanta desgracia, miseria y mentira a mi país ya dividido por otro siniestro personaje, padre de una constitución torcida y que beneficia a toda esta mala clase política chilena, los delincuentes de cuello y corbata.
    Ha muerto un antidemocrático empresario ladrón y estafador