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Ninoska Peñaranda Tapia, Sociedad de escritores de Chile Filial Iquique.-  Recibí gratamente una invitación de parte del Premio Nacional de Historia, señor Sergio González... La Alta Cultura en la unión de dos naciones

Ninoska Peñaranda Tapia, Sociedad de escritores de Chile Filial Iquique.- 

Recibí gratamente una invitación de parte del Premio Nacional de Historia, señor Sergio González Miranda, para asistir al reciente encuentro de Historiadores y Cientistas Sociales Chileno-Bolivianos, el que se llevó a cabo en Iquique hace pocos días. El evento fue un éxito total y realmente fue un privilegio haber escuchado las diversas ponencias presentadas por diferentes académicos de respectivas universidades de ambos países. Se presentó en las diferentes mesas una valiosa información, que sin duda es fruto de profundas investigaciones e indagaciones en el terreno mismo y en las que se vislumbra un trabajo científico que destaca por su autenticidad y seriedad.

Todas las ponencias fueron de gran interés, ofreciendo una perspectiva actualizada y al mismo tiempo desconocida para la gran mayoría de las personas que vivimos en el territorio de Chile y Bolivia, pues esa información fehaciente, única, valiosa y a la vez fascinante sobre la intersección entre la historia, la ciencia y la literatura, fue lo que me llevó a reflexionar en la ignorancia que estamos sumidos en torno a las narraciones y al imaginario de nuestro territorio (norte de Chile) con  nuestro hermano pueblo de Bolivia. Principalmente sobre el discurso europeo de 1810, con su aura de superficialidad, referido a que la comunidad chilena en la región es un mal vecino, a la victimización de Bolivia y la victimización de Chile, cuando se quiere hablar el tema de una salida al mar y tratar peyorativamente a las mediaciones no oficiales menospreciando a los actores no diplomáticos, versus las instancias tradicionales donde el Estado participa por institucionalidad.

Escuchar las opiniones de historiadores con respectos a las otras ponencias, y observar en la práctica el intercambio de ideas entre colegas tan dedicados y apasionados en sus respectivos campos, fue verdaderamente inspirador. Tal es el caso de la ponencia “El rol de las narrativas maestras en la formación de las identidades nacionales, el caso de Bolivia y Chile”, de Andrés Guzmán Escobari, de la  Facultad de Derecho y Ciencias Política, Universidad Mayor de San Andrés. Además saber que todo lo que exponían debía tener un respaldo comprobatorio y la forma de organizar la información científica en el panel de exposición, todas deben mantener una secuencia lógica que generalmente debe partir del problema y culminar en las conclusiones recomendadas, mostrando tablas, gráficos, figuras estadísticas, imágenes y fotos de trabajo de campo que acompañen al texto.  La conferencia de la Dra. Carmen Norambuena “Procesos Migratorios en Chile. Una mirada a través del lente del Institucionalismo Histórico” fue inspiradora.

Reflexiono que todo esto es un tanto diferente a mi oficio de poeta o de creadora de novelas de corte fantástico, donde ni el autor ni los distintos narradores deben dar cuenta de precisiones ni de ningún tipo de comprobación del argumento, ni del origen de los personajes ni del tiempo en que se deslizan por la mente del autor, pues todo nace de la imaginación, de la sangre heredada de nuestros abuelos que bajaron del cerro y se encontraron con el mar.

Sin embargo, hay algo que sí  es igual a lo de los teóricos, y es el hecho que se debe leer e investigar igual, con la misma seriedad e ímpetu, para poder tener más elementos que revoloteen y den riendas sueltas a la conciencia y poder escribir sin parar en trance.

Por otro lado, mi participación en este encuentro de historiadores y cientistas sociales, entre investigadores de Bolivia y Chile como oyente, me ha dejado con  profundas interrogaciones con respecto a lo que realmente sucede en el presente en el territorio fronterizo del Norte de Chile y que colinda con Bolivia, y en el que me desenvuelvo, me relaciono y convivo las circunstancias como persona plena e integra, con valores humanos para ayudar y entregar buenos ejemplos de solidaridad, convivencia  con mis vecinos de mi comunidad y también con mis vecinos hermanos de Bolivia y Perú, y así resaltar la siempre anhelada paz.

Pienso que la Cultura y el intercambio trascienden fronteras y ella ha sido la participante visible y apasionada para el pueblo, pero ha sido invisible para el Estado todo el tiempo entre las fronteras. La música, el baile y la literatura se han hecho carne viva entre los parajes de los hitos, y nada ni nadie ha impedido que el pueblo deje una huella duradera entre sus habitantes, manteniendo el dialogo siempre abierto en el carnaval infinito de identidades.

 

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