Exprisioneras de Pisagua: Que altos del Mercado de Pisagua usado como recinto de prisión política para mujeres, sea recuperado como sitio de memoria

Serie: Relatos, reflexiones y otros aportes para rescatar la Memoria, a 50 años del golpe de Estado en Chile.

 Al final de la jornada, descubrieron placa que las reconoce como tal, dejando una evidencia por la memoria y por la historia

Anyelina Rojas Valdés. – Emociones y retrospecciones en las protagonistas de esta historia, pero también de quienes le acompañaron, provocó la presentación de Coro de Mujeres Exprisioneras de Pisagua, en la Escuela Artística Violeta Parra, y que, en el pasado, en parte de sus instalaciones  albergara  a la cárcel femenina del Buen Pastor. Allí se desplegó una placa memorial, que da cuenta, que, en el recinto, no sólo fue utilizado como centro de detención, sino que también de interrogatorio, por parte de agentes del estado, que asiduamente visitaban la cárcel, e interrogaban a las víctimas, en una pieza, a solas .

La placa memorial, que fue descubierta más tarde,  nace como iniciativa del INDH -entidad organizadora junto a la Seremía de la Mujer- que durante meses trabajo el tema de la memoria con las víctimas, quienes hicieron sus propias propuestas de acciones conmemorativas y también escribieron el texto.

JUNTAS DE NUEVO, PERO NO TODAS

Triste es que  el coro, que nace a iniciativa de Arasay Bravo, hija de Ana Marambio, ex presa política, en Pisagua y del Buen Pastor, lo integraron en esta presentación, sólo 5 víctimas, porque otras ya dejaron este plano físico o están delicadas de salud. Incluso, las que cantaron emocionadas, llegaron también, con los malestares que provoca la edad, pero nunca superior, a los males que les dejó como herencia, el cautiverio.

La memoria es personal; también social  y colectiva. Esto último se reforzó, cuando hace 10 años, comenzaron con el coro. Es necesario recordar que Arasay, hoy profesora de Educación Musical en la misma Escuela Violeta Parra -es decir, pisa los mismo pasos de su madre en cautiverio político, e inevitablemente percibe su dolor- fue quien en la asignatura de  Dirección Coral, cuando estaba en tercer años, debía conformar un coro. Entonces, se vino a su memoria el rostro de las tías que de cuando en vez pasaban por su hogar. Así, la idea estaba ya en marcha.

Diez años han pasado, de aquella vez. Y quizás no los suficientes para que Arasay tenga conciencia plena de cuánto bien le hizo a las expresas políticas con el coro y los tecitos que compartían entre medio. Es que la iniciativa tuvo un efecto social, musical, pero de trasfondo, tuvo un efecto sanador.

LA CEREMONIA

En la primera parte de la jornada de memoria, intervinieron con su mensaje las autoridades. Lorena de Ferrari, directora del INDH y Noemí Salina, seremi de la Mujer y Equidad de Género, que organizaron y coordinaros diversas actividades con las víctimas, y por cierto, la presentación del coro y la instalación de la placa memorial.

También habló el alcalde Mauricio Soria, en su calidad de secretario general de la CORMUSI,  entidad que otorgó los permisos necesarios para instalar la placa memorial y se comprometió con fortalecer la memoria de las mujeres exprisioneras de la dictadura.

Luego intervino el delegado Daniel Quinteros, que le habló a los y las estudiantes de la escuela. En su afán educativo,  le recomendó algunos libros para que puedan ampliar su conocimiento de la historia reciente, que todavía es presa del negacionismo.

SITIO DE MEMORIA

Sin duda que las palabras discursivas que llenaron el espacio, en un silencio absoluto, fueron las de las exprisioneras políticas. Es el caso de Ana Marambio que presentó sus sentidas palabras. Les habló principalmente a las nuevas generaciones, a los estudiante de ese establecimiento y los llamó a informarse y a conocer la historia. Les contó lo que padecieron las mujeres, en medio de una dictadura cruel y que ellas, allí presentes, eran la evidencia de lo sucedido. Contó cómo vio llegar a otras mujeres y que después eran trasladadas a Pisagua.

Señaló que  por muchos años las mujeres fueron invisibilizadas; incluso, existía poco conocimiento de su cautiverio. A 50 años, la situación ha ido cambiando. “Hemos luchado 50 años par ser reconocidas en este país machista”, remarcó.

El mayor tiempo de cautiverio político, lo vivieron la mayoría de las mujeres, en Pisagua. “Hay muchos sitios de memoria reconocidos y nos alegra mucho. Pero ¿Qué pasa con la casona en los altos del mercado, al lado del teatro donde estuvimos detenidas las mujeres en Pisagua? Respetuosamente exigimos que sea reconocida, reparada y que sea un sitio de memoria”.

Y casi, como una metáfora, entregando la posta transgeneracional, Ana bajó del escenario, y allí mismo se presentó el grupo artístico de danzas de la Escuela Violeta Parra, «Mamá India»  que desplegó un cuadro artístico, ejecutado con gran nivel.

EL CORO

Todo las emociones, convicciones; el pasado, presente y futuro;  el compromiso y la consecuencia social y política estaban en el escenario este miércoles 15 de septiembre, luego que, tras los discursos de las autoridades, y entre aplausos subieran al escenario, estas valientes y resilientes mujeres, comandadas por la profesora Arasay Bravo. Vestían un pantalón negro, que refleja el duelo eterno, una blusa blanca que representa la paz en la que, pese a todo habitan, y un pañuelo rojo, por la sangre derrama y la fuerza de las convicciones.

Odesa Flores, dos veces prisionera en Pisagua -la primera era pequeña cuando su padre, cuando fue apresado- ; y relegada tras su liberación, teniendo a sus hijos pequeños. En en calma y con fuerza y convicción, entregó un mensaje, antes de iniciar su presentación, el grupo coral.

Admirada por sus pares, reconocida por su consecuencia y preparación política -su nombre estaba como candidata a diputada… pero el golpe escribió otra historia-, Odesa habló, con esa voz que comunica con fuerza.

Dijo que las mujeres estaban “ansiosas por construir un país más justo y solidario”, pero lo que vino fue “el golpe militar, la prisión política….  Sobrevivir era nuestra consigna.” Y añadió: “De vuelta a la democracia, reconstruirnos, renovar los sueños, luchas incansablemente, porque cuando tienes una convicción que te lena el alma, nunca la dejas, nunca”.

“Llegamos a renovar nuestro compromiso de verdad. La justicia, la memoria y el Nunca Más, porque como dijo alguien, la vida a veces duele, a veces cansa, a veces hiere; no es perfecta, no es fácil, no es eterna; pero a pesar de todo, la vida es bella. Pr eso queremos agradecer estar vivas, estar presentes en este histórico 50 años del golpe militar de 1983; Para Que Nunca Más, se repita”.

Y luego el coro desplegó su canto memorial. Un momento de especial significación fue cuando la directora coral, Arasay, que dirigía el coro dando la espalda al público, se dio vuelta hacia la audiencia y ella misma cantó “Gracias a la Vida”, de Violeta Parra. Luego se voltea nuevamente, hace una seña, mientras canta y toca su guitarra, para que se suman al coro familiares de las mujeres exprisionera. Son sus semillas, que continuarán soñando… y luchando.

LA PLACA MEMORIAL

Finalizada la ceremonia en el salón de actos de la Escuela, se realizo el  emotivo descubrimiento de la placa memorial, con el texto, escrito por las propias mujeres.

PARA QUE NO ME OLVIDES

En 1973 ese lugar era  la Cárcel Femenina del Buen Pastor.

Aquí fuimos detenidas 33 mujeres, profesoras, funcionarias públicas,

estudiantes y dueñas de casa,  sólo por pensar distinto.

Y junto a otras mujeres prisioneras del Regimiento Logístico,

trasladadas al Campo de Prisioneros de Guerra de Pisagua.

Pero… olvidaron que las mujeres, cual palomas libertarias,

rompimos cadenas y parimos futuro, sembrando amor y paz.

Para que Nunca Más.

A 50 Años del Golpe de Estado de 1973.

Iquique, 11 de septiembre de 2023

CORO Y TESTIMONIO DE EXPRISIONERAS

DE UNA TAREA UNIVERSITARIA A UN GRUPO CORAL

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