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Sergio Martínez Gutiérrez y Rodrigo Moreira Alcota, Director y Secretario Corporación Espacio Praxis.-  En un reportaje de abril del año 2021, un medio local... La única cañería de agua para toda Tarapacá”: Un desastre previsto.

Sergio Martínez Gutiérrez y Rodrigo Moreira Alcota, Director y Secretario Corporación Espacio Praxis.- 

En un reportaje de abril del año 2021, un medio local realizó una nota de 3 minutos respecto a la vulnerabilidad del acceso al agua para consumo humano que afecta a los habitantes de la región de Tarapacá. En la entrevista, el académico Dr. Alvaro Cárevic de la Universidad Arturo Prat, quien con preocupación advertía que la situación del recurso hídrico en la región es grave, señala lo siguiente:

“habemos 300.000 personas dependiendo de una cañería (…) el agua en la región es un como terremoto, o sea, es un tremendo signo de interrogación”.

Y un desastre previsible llegó en el reciente 2023; la única cañería revienta dejando a casi 100.000 personas sin agua. Es decir, cerca del 70% de todos los habitantes de la comuna de Alto Hospicio.

Durante las últimas décadas los problemas emergentes, o las denominadas ‘crisis’, se han resuelto apegados a las doctrinas dialogantes con el neoliberalismo. Lo limitado de la respuesta ha favorecido la emergencia de un actor social que responde a la demanda inmediata. Esto ocurrió, por ejemplo, en el terremoto del año 2014, cuando el movimiento estudiantil se volcó a otorgar una respuesta inmediata y situada a las miles de personas que fueron afectadas.

Asimismo, se verifica que, en esta crisis del agua, generadoras de mucha impotencia y rabia, nos hemos encontrado con la solidaridad de cientos de personas, como los trabajadores municipales, empleados públicos, vecinas y vecinos, dirigentes sociales y de la clase trabajadora que se pusieron al servicio de su propia comunidad.

Dichas experiencias permiten visualizar que hay áreas de necesidades básicas y que el Estado no puede dejar en total control privado; una de estas es el agua potable. Las nuevas autoridades son sensibles con estos problemas, lo que asegura una respuesta que esté siempre del lado de la ciudadanía.

En efecto, la convicción de estar frente a un Gobierno que bregará por hacer retroceder el neoliberalismo, otorgando más y mejores garantías a las personas, se expresa en el actuar de quienes hoy cumplen funciones en el aparato del Estado, asumiendo un compromiso por la verdad y el respeto por la soberanía individual y colectiva. Sin duda que venir de movimientos sociales, colectivos, partidos políticos, organizaciones comunitarias, etc., otorgará una base importante sobre la cual se pueden ejecutar las soluciones y las nuevas autoridades tienen ese bagaje y esa ligazón social y popular.

Por eso durante toda la reciente crisis por desabastecimiento que afectó a Alto Hospicio estuvieron desplegados, en contacto con la comunidad y demandando a la empresa privada la pronta solución al problema de la falta del vital líquido.

Creemos que una empresa pública puede actuar bajo el imperio del derecho privado, pero en casos de urgencias tiene el deber de disponerse con soberanía pública para dar abastecimiento a todas las personas. A su vez, es necesario comprometerse entre los grandes sectores extractivistas de la región e instituciones públicas e invertir en la realización de estudios serios y de carácter público que generen diagnósticos acertados sobre cuál es la recarga acuífero-subterránea que existe en la región. Sus resultados nos podrían otorgar una hoja de ruta clara para asegurar y proteger el consumo de agua potable para todos y todas las habitantes de nuestro desierto nortino.

En suma, esa “única cañería regional” no es viable en una región que transita al desarrollo. Debemos invertir a la brevedad en construir otras mediante un compromiso público-privado y en conjunto con organizaciones vecinales y las autoridades públicas que garanticen el derecho humano al agua como una urgencia necesaria para nuestra comunidad.

 

Una respuesta a “La única cañería de agua para toda Tarapacá”: Un desastre previsto.”

  1. Epi dice:

    Eso de un esfuerzo público-privado me suena a que nosotros paguemos la cañería y después lucra Aguas del Altiplano. El «esfuerzo público» se hace permanentemente: cada construcción de una villa el Estado financia las matrices y los arranques, y: adivine, quien cobra el «servicio».