Selección de relatos día a día, que dan cuenta de la Masacre de la Escuela Santa María de Iquique
Actualidad 21 diciembre, 2022 Edición Cero
Una valiosa revisión bibliográfica de una serie de textos que relatan los hechos ocurridos a partir de la Huelga General en Tarapacá, hasta llegar a la cruenta Masacre de la Escuela Santa María de Iquique, realizó el sociólogo Omar William.
Algunos de esos textos permitieron contar con esa cronología, a partir de lo escrito por diferentes autores, principalmente de Carlos Tromben y su libro «Santa María de Iquique, la muerte de la República. Una novela histórica.
Día a día en este Portal www.edicioncero.cl a excepción del 11 de diciembre, fuimos subiendo los textos, con un alcance extraordinario por parte de las audiencias, que ahora compartimos. Las imágenes son referenciales
CRONOLOGÍA DE UNA MASACRE
MASACRE DE LA ESCUELA DOMINGO SANTA MARÍA DE IQUIQUE | 9 de diciembre de 1907.
En las páginas del diario El Pueblo Obrero se lee: LA PAMPA SE LEVANTA. Los trabajadores de pie… ¡ADELANTE!
“…para que nuestra voz se oiga llamamos a una gran manifestación en el corazón de la ardiente pampa tarapaqueña. Todas las oficinas deben enviar sus delegaciones”.
En la oficina Santa Ana son nombrados el boticario Arturo Jara y José Briggs.
El desripiador Samuel Toro, señala. “En Iquique, compañeros, están las autoridades. En Iquique están los periodistas, los comerciantes. Y en Iquique, compañeros, están los patrones. ¡A Iquique! ¡A Iquique!
- Selección realizada por el sociólogo Omar William, desde el libro de Carlos Tromben: «Santa María de Iquique, la muerte de la República. Una novela histórica.
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MASACRE DE LA ESCUELA DOMINGO SANTA MARÍA DE IQUIQUE | 10 de diciembre de 1907. Cantón San AntonioDe boca en boca, a través de los carteros, las carretas de mula, los pasajeros que abordaban el tren en uno u otro sentido, la noticia se fue diseminando. Santa Ana, San Lorenzo, Argentina y Esmeralda. Todo Pozo Almonte, Huara y Negreiros.
En algunas asambleas, que tenían lugar en la escuela o en la filarmónica, primó la idea de concurrir al mitin de Zapiga; en otras sumarse a la columna que partiría hacia Iquique encabezada por José Briggs.
- Selección realizada por el sociólogo Omar William, desde el libro de Carlos Tromben: «Santa María de Iquique, la muerte de la República. Una novela histórica.
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MASACRE DE LA ESCUELA DOMINGO SANTA MARÍA DE IQUIQUE | 12 de diciembre de 1907 . Oficina Santa Ana.El administrador y el agente de policía observaron en silencio como la nutrida columna comenzaba a abandonar la oficina. Nunca habían visto algo así. Hombres fornidos sonriendo como niños, niños que parecían adultos caminando juntos a sus padres y sus madres. Banderas chilenas, peruanas y bolivianas, mulas y perros que agitaban sus colas como sí se estuvieran sumando a una fiesta nacional o a un partido de futbol.
Como un regimiento sin uniforme ni más arma que su tesón y su porfía, los obreros se fueron alejando de a poco en el horizonte abierto de la pampa, dejando una nube de polvo y el silencio de una oficina abandonada casi por completo, sin más brazos para hacerla funcionar.
- Selección realizada por el sociólogo Omar William, desde el libro de Carlos Tromben: «Santa María de Iquique, la muerte de la República. Una novela histórica.
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MASACRE DE LA ESCUELA DOMINGO SANTA MARÍA DE IQUIQUE | 13 de diciembre 1907. Provincia de Tarapacá.Entraban a los campamentos y eran recibidos por un cotejo variopinto de policías, empleados, pulperos, chiquillos, soldados de línea, quiltros en distintos estados de inanición y entusiasmo. La noticia los precedía y siempre había decenas de obreros ya preparados para acompañarlos rumbo a Iquique.
Muchos comerciantes independientes hacían donaciones espontaneas de pan y charqui. Como las fichas de una oficina no eran válidas en otra, eran a ellos a quienes los marchantes recurrían en caso de necesidades con estas provisiones emprendieron la más dura de la jornada.
Cincuenta kilómetros a través de los cerros, depresiones y valles de la inhóspita pampa, donde nada verde crecía y solo las lagartijas podían vivir hundidas en la arena.
- Selección realizada por el sociólogo Omar William, desde el libro de Carlos Tromben: «Santa María de Iquique, la muerte de la República. Una novela histórica.
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MASACRE DE LA ESCUELA DOMINGO SANTA MARÍA DE IQUIQUE | 14 de diciembre 1907.Los miembros de la Combinación Salitrera se encontraban reunidos desde temprano para analizar la situación. Clarke había permanecido en silencio mientras Lockett, Humberstone y Sayes-Jones exponían la alarmante información que habían recibido de los administradores.
Nuevamente el que agita las aguas en nuestro cantón es ese tal Pedro Regalado Núñez, dijo Sayes-Jones con una mueca de disgusto como si se refiriera a un delincuente común.
A 1.758 kilómetros al sur, en un despacho en el Palacio de La Moneda, el ministro del interior Rafael Sotomayor intentaba hacerse una idea de lo que estaba ocurriendo. Tenía ante sus ojos el telegrama del intendente y una solicitud de audiencia del embajador británico. Dictó el siguiente cable:
“Si huelga originase desordenes proceda sin pérdida de tiempo contra instigadores. En todos los casos preste amparo a personas y propiedades. Conviene reprimir con firmeza al principio. La fuerza pública debe hacerse respetar cualquiera sea el sacrificio.”
- Selección realizada por el sociólogo Omar William, desde el libro de Carlos Tromben: «Santa María de Iquique, la muerte de la República. Una novela histórica.
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MASACRE DE LA ESCUELA DOMINGO SANTA MARÍA DE IQUIQUE |15 de diciembre 1907, Iquique, Alto del León.José Briggs se detuvo delante de los soldados. Las lanzas, las siluetas de los caballos y las gorras, recortadas contra el cielo estrellado, le provocaron un leve escalofrío que lo hizo pensar en su esposa y en la niña.
-Señor oficial mi nombre es José Briggs y soy mecánico de la oficina Santa Ana.
-Teniente Almarza, Ejército de Chile, ¿viene Ud. a cargo de esta gente?
-Señor, venimos de la pampa con el objeto de entregarle al intendente de la provincia una serie de demandas relacionadas con nuestras condiciones de trabajo.
El oficial de Ejército observo a aquel hombre rubio, alto, que hablaba bien el español, pero con acento de míster.
–Señor Briggs, mis ordenes son facilitar la llegada de los trabajadores a la ciudad, el descenso es peligroso a esta hora de la madrugada por lo que debo pedirle a Ud. y su gente pernocten aquí.
El señor Intendente ha enviado agua y víveres.
-Agradecemos su recomendación. Señor oficial y la preocupación del intendente. A primera hora del día, siguiendo sus instrucciones, bajaremos a la ciudad.
- Selección realizada por el sociólogo Omar William, desde el libro de Carlos Tromben: «Santa María de Iquique, la muerte de la República. Una novela histórica.
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MASACRE DE LA ESCUELA DOMINGO SANTA MARÍA DE IQUIQUE |16 de diciembre de 1907.Santiago, Palacio de La Moneda
Excelencia, declara el ministro Sotomayor: esta lamentable ofensiva, sin duda estimulada por agitadores profesionales, nos sorprenden como gobierno con autoridades civiles y militares de carácter interino. La primera medida que este ministro sugiere es enviar de inmediato fuerza militar junto al Intendente de la Provincia, el señor Carlos Eastman.
¿Con que instrucciones contempla usted enviarlo, señor ministro?
Declarar el estado de sitio.
¿Con qué barcos contamos para realizar lo que propone el ministro del Interior?
Con los cruceros Esmeralda, Blanco Encalada y ministro Zenteno, señaló el ministro de guerra.
Proceda entonces, señaló Pedro Montt
Iquique, Escuela Santa María.
Tal como en la pampa, el llamado a la huelga prendió rápidamente. Los trabajadores de ribera, panaderos, zapateros, tipógrafos, conductores de tranvías se fueron sumando sin que fuere necesario usar grandes despliegues de retórica.
A medio día casi todos los gremios se habían plegado al movimiento y acordado paralizar la ciudad. Pero ese no fue el único triunfo de José Briggs y sus compañeros.
Melchor Martínez, líder de los lancheros del puerto, les dijo: Acaba de llegar un telegrama de Zapiga. Vienen miles de compañeros más a sumarse a la huelga.
- Selección realizada por el sociólogo Omar William, desde el libro de Carlos Tromben: «Santa María de Iquique, la muerte de la República. Una novela histórica.
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MASACRE DE LA ESCUELA DOMINGO SANTA MARÍA DE IQUIQUE | 17 de diciembre 1907. IquiqueEn un hotel de calle Baquedano, los empresarios salitreros se encontraban reunidos, estaban presentes los ingleses Charles Noel Clarke, John Lockett, el español Fidel Astoreca, el chileno Carlos Suoblette, los peruanos Sayers-Jones y Carlos Otero, el yugoslavo Marinovic y varios más.
– Veníamos advirtiendo hace meses que esto no podía seguir así. Ahora tenemos no sólo las faenas paralizadas. ¡sino la ciudad tomada.
– Señores, este es un problema de circulante, no hay suficiente y no lo habrá a menos que el gobierno se ponga los pantalones.
– Necesitamos tropas urgentes para proteger nuestras bodegas y nuestros bienes. Esta gente es capaz de cualquier cosa.
– Calma, calma, por favor no exageremos, dijo Astoreca, conozco a mi gente, son bravos, son ignorantes, pero no son criminales. Sin el apoyo del gobierno no saldremos de este problema.
– Señores, el intendente ha confirmado que dicha tropa viene en camino, no tenemos nada que temer.
– ¿Y Ud. que piensa, le preguntó Lockett al cónsul británico en Iquique? Charles Noel Clark, contesto: No hay nada que discutir con esa gente. Tienen que volver a la faena y punto. Se les paga lo que vale su trabajo, ni un penique más.
- Selección realizada por el sociólogo Omar William, desde el libro de Carlos Tromben: «Santa María de Iquique, la muerte de la República. Una novela histórica.
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MASACRE DE LA ESCUELA DOMINGO SANTA MARÍA DE IQUIQUE | 18 de diciembre de 1907. Iquique, Estación de FerrocarrilesLuis Olea y José Santos Morales observaban con emoción las banderas y lienzos del nutrido comité de bienvenida.
Entre los miembros del comité de bienvenida, Olea divisó a un hombre alto y de cabello rubio.
– Ud. ha de ser José Briggs, le dijo.
– Así es señor, respondió con cierta timidez.
Luis Olea extendió los brazos y lo mismo hizo José Briggs.
Después de parlamentar con los dirigentes iquiqueños, los tres acordaron marchar hacia la plaza Prat. Al parecer los rumores no habían calado en la población: los comercios y bancos estaban abiertos y los huelguistas eran recibidos con aplausos.
La plaza Prat estaba llena de trabajadores, Luis Olea subió al quiosco de la banda y exclamo:
Compañeros de infortunio. Todo cuanto se ha dicho, todo cuanto se diga pata rescribir las arbitrariedades y abusos que se comenten en los feudos salitreros es poco.
-Imponen el jornal que se les antojan. No pagan en dinero, sino en fichas. Como si fuera poco imponen gravámenes arbitrarios, pago de médicos que no atienden cuando los trabajadores enferman o sufren accidente.
Prohíben adquirir artículos de consumo en donde los trabajadores quieran y los obligan a comprar en pulperías que cobran precios abusivos.
-Fomentan la chismografía y el espionaje. No amparan un ayudan a la educación. Desatienden la higiene y el aseo. Cohechan a los jueces para tenerlos siempre de su parte. Dirigen la poca y mala política.
- Selección realizada por el sociólogo Omar William, desde el libro de Carlos Tromben: «Santa María de Iquique, la muerte de la República. Una novela histórica.
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MASACRE DE LA ESCUELA DOMINGO SANTA MARÍA DE IQUIQUE | Jueves 19 de diciembre 1907. IquiqueComo a las 14.30 horas llega un convoy proveniente de las oficinas del cantón de Huara con más de mil huelguistas, se estima una presencia de entre 10 mil y 12 mil trabajadores en la ciudad de Iquique, provenientes de los cantos del norte y sur de la región.
La plaza Montt esta llena de obreros que saludan a sus compañeros recién llegados.
A las 16 horas, desembarca el Intendente titular de Tarapacá, Carlos Eastman, acompañado del general Roberto Silva Renard y diversas jefaturas militares, son recibidos por el intendente subrogante Guzmán García, el primer alcalde Arturo del Río, el vicario apostólico Martín Rucke y los representantes de los dueños de las empresas salitreras.
Desde el balcón de la Intendencia pronunció el siguiente discurso: “He vuelto, podría decirse, llamado por vosotros los obreros (aunque sabemos que lo mandaron Montt y Sotomayor) para solucionar tranquila y armoniosamente las diferencias que existen. Espero que vosotros me ayudéis en la tarea, pues para ello cuento con la decidida voluntad del pueblo, que me secundará eficazmente para volver la tranquilidad a esta leal provincia.”
A las 18 horas desembarcan 300 hombres del regimiento O’Higgins que venían en el Zenteno, el mismo barco donde venía Carlos Eastman.
Selección realizada por el sociólogo Omar William, desde el libro Los que van a morir te saludan, de Eduardo Devés
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MASACRE DE LA ESCUELA DOMINGO SANTA MARÍA DE IQUIQUE | Iquique, diciembre de 1907. Preámbulo (Primera parte)Uno de los hechos significativos de la gran huelga de Tarapacá es la organización de los trabajadores, congregados en la escuela Domingo Santa María, se dieron la siguiente organización:
- Presidente: José Briggs
- Vicepresidente: Luis Olea
- Vicepresidente: Manuel Altamirano
- Tesorero: José Santos Morales
- Secretario: Nicanor Rodríguez
- Pro-secretario: Ladislao Córdova
Cada oficina en huelga incorporaba a uno de sus miembros al Comité de Delegados, lo mismo sucedía con los gremios que se plegaban, estos gremios eran: Gremio de Panaderos, Centro Estudio Social Redención, Gremio de carpinteros, gremio de jornaleros, gremio de lancheros, gremio de pintores, gremio de albañiles, gremio de Maestranza, gremio de carreteros, gremio de cargadores, gremio de abasteros, gremio de sastres.
El petitorio de los trabajadores, presentadas al gobierno y a los dueños de las salitreras contenía las siguientes demandas básicas:
1.- El pago del jornal a 18 peniques
2.- La supresión del sistema de fichas
3.- El libre comercio al interior de las oficinas de forma amplia y absoluta.
4.- Cierre general con reja de fierro en todos los cachuchos y chupadores de las oficinas salitreras y pagando éstos una indemnización de $5.000 a $10.000 a los trabajadores que se malogren a consecuencia de no haberse cumplido con esta obligación.
5.-Una balanza y una vara para verificar los pesos y las medidas en las pulperías
6.-Conceder lugar gratuito para que funcionen escuelas nocturnas, siempre que algunos obreros lo soliciten.
7.- Que el administrador no podrá arrojar a la rampla el caliche decomisado y después utilizarlo en los cachuchos.
8.- La permanencia en sus puestos de trabajo a los que han participado en la huelga o indemnización de entre 300 y 500 pesos en caso de despido.
9.- Indemnización de 10 a 15 días de sueldo en caso de despido.
10.- El acuerdo deberá ser firmado públicamente por los jefes de las casas salitreras y los representantes obreros.
- Selección realizada por el sociólogo Omar Williamel desde el libro 21 de diciembre. Estadística de las víctimas de Leoncio Marín
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Pedro Montt, presidente de Chile. En su gobierno se produce la matanza de la escuela Domingo Santa María de Iquique.
MASACRE DE LA ESCUELA DOMINGO SANTA MARÍA DE IQUIQUE | Iquique, 20 de diciembre de 1907. (segunda parte)
A las 9 de la mañana llega a la estación un nuevo convoy con más de 300 trabajadores.
En la tarde en la oficina Buenaventura, el teniente Ramiro Valenzuela intenta detener el tren que se dirigía a Iquique y para ellos ordena a su tropa disparar a los trabajadores, mueren seis obreros de la pampa.
Este día los trabajadores palparon el desengaño por la negativa de los patrones a continuar con las conversaciones mientras no se cumplieran las condiciones que ellos habían exigido, esto es: todos los trabajadores vuelven a sus faenas y después verían los que había que hacerse. A esta propuesta los trabajadores propusieron un tribunal arbitral. Los patrones rechazaron esta propuesta y solicitaron al Intendente que hiciera regresar a los obreros lo más pronto posible, pues la ciudad está en peligro.
El Comité recibió una denuncia anónima de que la policía secreta, con varios facinerosos sacados de ex profeso de la cárcel, estaban instruidos para simular tumultos con injurias y desmanes. El periódico de la Mancomunal recomendaba: “a la gente de la pampa en huelga no debe obedecer ni tener confianza en otras personas que no sean sus propios compañeros”.
Se arresta a Pedro Regalado Núñez, motor del movimiento huelguista en la zona de Huara, Negreiro, Zapiga, acusándolo de huelguista peligroso.
David Richarson, es el gestor de la alarma publica el día viernes por la noche, realiza acciones y declaraciones gestoras de pánico, rumores y huidas hayan sido manera de apurar y legitimar ante la población y el país que él venía buscando como salitrero e inglés.
Los trabajadores, le señalan al intendente, en esa tarde-noche, que se estaba fraguando un plan de provocaciones contra ellos por parte de la policía secreta.
Carlos Eastman, contrariado les responde: “con carácter determinante, de que él ya no podía tolerar por más tiempo el estado de cosas creado por la obcecación de los huelguistas y que al día siguiente, 21 de diciembre, haría poner trenes para que los trabajadores regresaran a la pampa y que en caso de que los obreros no obedecieran, él reprimiría con toda severidad la rebeldía de los obreros.”
- Selección realizada por el sociólogo Omar William, desde el libro Los que van a morir te saludan, de Eduardo Devés.
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MASACRE DE LA ESCUELA DOMINGO SANTA MARÍA DE IQUIQUE | Sábado, 21 de diciembre de 1907. Iquique. Antes de Medio Día.
El Pueblo Obrero y La Patria y los demás periódicos de la ciudad llevaban en primera plana la declaración del Estado de Sitio, firmada por el Intendente y se disculpaban ante sus lectores por no poder seguir entregando más información.
Según el decreto se suspendían las libertades constitucionales, el libre tráfico por las calles y caminos públicos y la libertad de prensa. Todos los huelguistas que no tuvieran domicilio en Iquique debían concurrir a la escuela Santa María y a la plaza Montt.
Cuando el último contingente de obreros llegó desde la pampa, después de cinco días de huelga, no había rastro alguno de alegría, Varios venían heridos a bala. Las mujeres lloraban, los niños estaban asustados y se apretaban contra sus pechos. Briggs y Olea salieron de la escuela y escoltados por la guardia del orden, concurrieron a recibirlos
– Nos dispararon, exclamo el maquinista.
– En Buenaventura cayeron tres compañeros, señor, dijo un obrero, Evaristo Menchaca, Manuel Quiroz y Saturnino Méndez
Briggs le pidió a Samuel Toro que se hiciera cargo de los heridos y los llevara al hospital de beneficencia. El duro Olea estaba derrumbado.
-¿Qué es lo último que podemos salvar Olea?
El español demoro más de lo normal en responder
-Nuestra dignidad, dijo al fin.
A José Briggs esas palabras le rebotaron en todo su ser.
Carlos Eastman se reúne con los dueños de las salitreras, señalando: «tengo el agrado de manifestarles que el gobierno me ha autorizado a concurrir con la mitad del aumento de salario que se acuerden en las negociaciones durante un mes».
Charles Noel Clarke, John Locket, Syers-Jones, David Richarson, Humberstone y los demás se miraron con sorpresa.
-Señor Intendente no es una cuestión de dinero, exclamo el cónsul Charles Noel Clarke. Nuestro propósito no es llegar a un acuerdo bajo presión de las masas. Si lo hacemos, perderíamos todo nuestro prestigio moral que debe tener un patrón sobre sus trabajadores
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