Edición Cero

Para el Colectivo Por Cambios de Verdad, el nuevo proceso constituyente y la particular forma que considera para redactar la nueva Constitución, no es... Colectivo por Cambios de Verdad acusa como «fraude político», nuevo proceso constituyente

Para el Colectivo Por Cambios de Verdad, el nuevo proceso constituyente y la particular forma que considera para redactar la nueva Constitución, no es más que un fraude político, entre las fuerzas partidistas y la clase política en general.

Principalmente rechaza que se incorpore la figura de los «expertos», nombrado por ambas cámaras, la participación de parlamentarios y que todo se construya sobre el modelo neoliberal, sin responder en nada, a las demandas expresas por la ciudadanía durante el estallido social iniciado en octubre de 2019.

«El engaño no puede ser mayor: el grupo de “expertos” será el reflejo fiel, en un 100%,  de la clase política vigente. ¿A quién creen ustedes que nuestros “honorables” elegirán como expertos? No nos dejemos engañar. Obviamente, no elegirán a los científicos chilenos según sus curriculums profesionales y académicos, sino a los que, en primer lugar, sean ideológicamente suyos. O sea, tantos parlamentarios de la UDI, tantos “expertos”; tanto parlamentarios socialistas, tantos “expertos”, etc.», señala parte de la declaración, que puedes leer a continuación.

DECLARACIÓN PÚBLICA

El pueblo de Chile se encuentra en estos precisos momentos ante uno de los fraudes políticos en su contra más escandalosos de nuestra historia.

Las ciencias sociales, como la Historia y la Sociología, enseñan, tras siglos de experiencia histórica, que las grandes rebeliones sociales (que en Chile la clase política llamó “estallido social”) responden a los deseos de los pueblos por cambiar las estructuras legales, y sobre todo económicas, que ordenan la vida social. Eso fue exactamente lo que ocurrió el 18 de octubre de 2019. El clamor de los chilenos por ese cambio social fue noticia internacional y se oyó en todo el mundo. Sin duda alguna, fue una evidente eclosión social,  masiva y  rebelde que cubrió todo el territorio. Las grandes mayorías, los asalariados, la juventud entera, todos y hasta la ancianidad, exigieron en las calles, en las fábricas, en las oficinas públicas  y en las aulas de universidades y escuelas el fin del sistema neo-liberal, un siniestro modelo económico inventado fuera de Chile en el corazón ideológico del imperio norteamericano, que fue impuesto de manera brutal y sangrienta  por una dictadura cívico-militar de derecha, entreguista y anti-patriótica. Esa rebelión fue decidida y llevada a cabo con una valentía sin límites, un alzamiento popular que costó centenares de víctimas, entre muertos, mutilados, torturados y cegados.

Las ciencias sociales también enseñan que si no existen vanguardias organizadas populares, ideológicamente claras en sus objetivos políticos de cambio, al producirse estas rebeliones sociales, los pueblos no alcanzan los cambios que exigen. Esto, también fue lo que ocurrió en Chile. Los partidos políticos que en el pasado fueron de izquierda y declaradamente partisanos del cambio social profundo, ya no existen. Después de décadas de lucha consiguieron el triunfo del Gobierno Popular y Nacional del Presidente Salvador Allende en 1970,  estuvieron junto al Presidente hasta su muerte, pero hoy Chile ya no los tiene. No respondieron al anhelo de las mayorías nacionales. Por el contrario, las traicionaron. La Concertación hacía mucho tiempo que se había sumado a la estrategia de la derecha por mantener el modelo. El Partido Comunista,  tan odiado por la derecha, el partido de Recabarren y Gladys Marín, formó parte por un tiempo de la Concertación,  haciéndole el favor de darle un rostro de izquierda que nunca tuvo, y las fuerzas nuevas populares, como el Frente Amplio compuesto por muchos jóvenes, vacilaron y también fueron arrastrados a los espurios pactos con la derecha y la seudo-izquierda.

Volvamos atrás , para no olvidar jamás lo sucedido. Estos son los “porfiados hechos:”

La clase política mayoritaria, es decir, la Concertación y la derecha, prometieron públicamente, en noviembre de 2019, cumplir con lo que el país pedía: LA CONVOCATORIA A UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE, QUE ELABORARA UNA NUEVA CONSTITUCIÓN. Era esa, por cierto, la única forma que se  pusiera fin al neoliberalismo, con todas sus lacras, el sistema que como ninguna otra variante, exhibe las AFP, la estafa más escandalosa al pueblo de Chile conocida en nuestra historia.

No cumplieron su promesa. Primero, a puertas cerradas y a espaldas del pueblo, tramaron, con valor de ley de la república, la convocatoria a una convención constitucional que impidiera la formación de una Asamblea Constituyente.  ¿Por qué lo hicieron? MUY SIMPLE, LA ASAMBLEA CONSTITUYENTE NO DEBE CONTEMPLAR LA INTROMISIÓN DE LA CLASE POLÍTICA EN EJERCICIO EN LA REDACCIÓN DE UNA NUEVA CONSTITUCIÓN. Después, cumplido este objetivo, la convención elegida redactó un proyecto constitucional, que si bien pudo ser un comienzo para reanudar la lucha por los cambios, fue incompleto, y hasta muchos chilenos que quieren cambios, lo rechazaron.  El proyecto no fue claro en puntos esenciales. De partida, no incluía ni siquiera de manera indirecta el fin del neoliberalismo,  como tampoco la medida económicamente más importante que Chile debe tomar en materia económica: la  renacionalización de nuestra mayor riqueza, el cobre, que hoy explota el capital extranjero imperialista en casi un 80%. La astuta clase política había cumplido su plan en su primera parte. Ahora, se apresta a la parte definitiva, LA REDACCIÓN DE LA NUEVA CONSTITUCIÓN.

Chilenos todos:

El plan no puede ser más conservador y maquiavélico. Se llamará a la elección de 50 miembros de un consejo nacional que no redactará nada, sino aceptará un proyecto elaborado por 24 individuos que llaman “expertos.” Lo más cínico de este plan es QUE TALES “EXPERTOS” SERÁN ELEGIDOS POR EL ACTUAL PARLAMENTO; ES DECIR, POR LA ACTUAL CLASE POLÍTICA, CONTRA LA CUAL EL PUEBLO CHILENO SE ALZÓ EL 18 DE OCTUBRE DE 2019. Es la misma clase política que se reunió secretamente en diciembre de 2019 para impedir la formación de una asamblea constituyente.  La manipulación es tan completa como atrevida. Ni siquiera la elección de esos 50 consejeros será reflejo de la voluntad masiva del pueblo, sino en proporción a los miembros del actual Parlamento; vale decir, a los componentes de la clase política que rige el país, formada mayoritariamente por la derecha, el centro político (la Democracia Cristiana y el PPD) y  la seudo izquierda, que encabeza  del mal llamado “partido socialista.” Y como guinda de la torta, los expertos serán elegidos según esa misma proporción de parlamentarios.  El engaño no puede ser mayor: el grupo de “expertos” será el reflejo fiel, en un 100%,  de la clase política vigente. ¿A quién creen ustedes que nuestros “honorables” elegirán como expertos? No nos dejemos engañar. Obviamente, no elegirán a los científicos chilenos según sus curriculums profesionales y académicos, sino a los que, en primer lugar, sean ideológicamente suyos. O sea, tantos parlamentarios de la UDI, tantos “expertos”; tanto parlamentarios socialistas, tantos “expertos”, etc.

No aceptemos este nuevo fraude.  NO EXISTEN EXPERTOS QUE SEAN POLÍTICAMENTE NEUTRALES, y  precisamente ahora,  esa verdad estará de manifiesto más que nunca, puesto que el tema de una constitución de Estado es el más político de todos.

Lo que pide el país es que el orden constitucional asegure una vida digna para todos y en todas las esferas de la vida social. Eso significa, básicamente, y en primer lugar, el fin del neo-liberalismo. Por cierto, nada indica que la clase política gobernante quiera eliminarlo.  Aun así, sólo nos queda  proclamar ante todo el pueblo de Chile, que NO ACEPTAREMOS NINGÚN PROYECTO QUE NO CONTENGA EL FIN DEL NEOLIBERALISMO.

Nuestra primera lucha será exigir que este nuevo proyecto tenga como eje central la eliminación del sistema neo-liberal, lo que desde ya, debe exigirse en las calles y en todas partes del país, hasta su último rincón. Por cierto, sabemos que lo más probable es que el proyecto de los 24 expertos no contendrá la eliminación del brutal sistema económico fraguado en el corazón del imperio norteamericano,  la Escuela de Chicago. Sólo propondrá  actualizarlo con reformas que no serán estructurales. Por ende, nuestra posición será rechazarlo.

Llamamos a Chile entero a no dejarse engañar otra vez. Lo que se avecina es la continuidad de lo que rechazamos el 18 de octubre de 2019.  Dicho con toda claridad, la lucha debe seguir sin descanso por hacer de Chile una Patria Nueva, con una constitución política que realmente refleje la soberanía del pueblo y su clamor por el establecimiento definitivo de una sociedad justa e igualitaria.

Los comentarios están cerrados.