Edición Cero

Anyelina Rojas V.- Al  presentar en Iquique, en esta jornada de sábado, el libro del historiador Cristian Pérez, de la Universidad Diego Portales, titulado “La... Especialista Patricio Quiroga: La transición en Chile y Latinoamérica, de tiranías a democracia no consideraba la reconstrucción de la economía y del sistema político

Anyelina Rojas V.- Al  presentar en Iquique, en esta jornada de sábado, el libro del historiador Cristian Pérez, de la Universidad Diego Portales, titulado “La vida con otro nombre, el Partido Socialista en la Clandestinidad”, el también historiador Patricio Quiroga Zamora, -nacido en Iquique-, realizó un agudo análisis de los procesos de transición en Latinoamérica, que, finalmente significaron administrar el modelo neoliberal, dejando de lado las demandas populares. Así ocurrió en el caso chileno también, donde, por ejemplo, el Partido Socialista de Chile, del cual es militante histórico y los partidos progresistas en general, se dio una negociación con la dictadura sobre la base de sus fortalezas y no de las fortalezas de las izquierdas.

El historiador de dilatada trayectoria, autor de libros y numerosos artículos, señala que, en el actual tiempo histórico, estamos viviendo una ola de recuperación democrático popular en América Latina.  Y que, en este proceso, con una historia ya recorrida, hay que tener claro cuál es el antídoto, para que esa historia, no se repita. “El antídoto contra eso, es radicalizar los cambios en democracia. Con respeto y en profundidad”, asevera.

En efecto, Patricio Quiroga, militante histórico del Partido Socialista, hoy mantiene reparos a cómo funciona esa colectividad.  Y no es que él esté alejado, – dice- sino que, dada las circunstancias, el PS no abre sus puertas para que la militancia actúe en consecuencia.  “No existe la organización”, asevera.  Y como él, sostiene que hay miles de socialistas en esa situación, porque “el partido se desplazó hacia un partido de carácter liberal, que no trabaja con una concepción desde la base, sino que, del distrito electoral, lo que ha permitido que diputados y senadores se autonomicen y dejen afuera al gran grueso de la militancia”.

-En el lanzamiento del libro de Cristian Pérez, ha señalado que esto no es que sea la historia del PS, sino que la historia de Chile, e la que enmarca la historia de la colectividad.

-Por supuesto. Eso es uno de los problemas más grave de la izquierda latinoamericana -no es sólo un fenómeno chileno-, y es que la historia, los procesos sociales, los procesos políticos, se miran desde la organización (…) es mucho más compleja, La historia es, historia de los partidos, de los movimientos sociales, de la economía; en ese contexto se insertan las historias partidarias, que son determinadas por una matriz mucho más grande, mucho más compleja, que es el conjunto de la sociedad.

-En ese sentido, hay un análisis desde lo conceptual y lo  teórico, para abordar el tema de la transición política…

-El tema de la transición es un problema histórico de primera magnitud. En la tradición crítica clásica, una transición ya sea de un modo de producción o de un tipo de sociedad a otro; o de una dictadura o tiranía a una democracia, siempre se relacionó  con la subversión de lo establecido, con dejar atrás la tiranía, con dejar atrás la dictadura; generar un nuevo sistema político, generar un nuevo sistema económico… profundizar la democracia, es decir, se manejaba con el concepto de subversión de lo establecido. Sin embargo, los estudios desde mediados de los ochenta en universidades norteamericana, fueron seriamente influenciados por el funcional estructuralismo, para los cuales la transición, era la transición de un régimen militar a uno civil, y que esa transición, desde el punto de vista del funcional estructuralismo, consideraba que la dictadura, la tiranía, era una anomia, es decir un momento de debilidad de un sistema que había que corregir. Pero esa debilidad del sistema que había que corregir, no implicaba la reconstrucción de la economía o del sistema político, por ejemplo del sistema electoral.  Y luego planteaban que las transiciones entendidas como el sato del régimen de gobierno, a un sistema político liberal, debía venir acompañado con lo que denominaron como “vadear los enclaves autoritaritos”, sin darse cuenta que las fortalezas de las dictaduras iba a generar un nuevo tipo de estado, como es el Estado neoliberal como se dio en Paraguay, en Chile, en Argentina…

-No hay duda de que este es un proceso que se da en todo América Latina.

-Es un  fenómeno global para América Latina, que empieza, yo diría, con la destrucción del pensamiento teórico crítico, -me refiero a la teoría de la dependencia, a la Teología de la Liberación, al marxismo, al nacionalismo de izquierda, a las ideas de la Cepal-, y su reemplazo por nuevas concepciones políticas que vienen  de la mano fundamentalmente de sociólogos de carácter funcionalistas, que están pensado que la salida  de América Latina tiene que ser en la perspectiva de recuperar la democracia liberal, abriendo el camino en un contexto en que a partir del ´74 se produce la recomposición mundial del capitalismo en perspectiva neoliberal, entonces no se dieron cuenta de que ese camino ya había sido iniciado y que ellos, (las izquierdas) iban a consolidar el neoliberalismo y el nuevo estado Neoliberal en América Latina.

-Ahí hay una responsabilidad política muy potente, de quienes no vieron ese proceso.

-Evidentemente que eso es así. Esto fue planteado para el caso chileno. Acá hubo una generación de socialistas, que en los 80´ estudiando las transiciones en Irán, la transición española, la transición en Nicaragua, en Portugal, señalamos que las posibilidades de la transición que se estaban planteando por  parte de la izquierda, debían ser vueltas a estudiar, porque nos estaban llevando por un camino en el cual la negociación con la dictadura esa sobre la base de sus fortalezas y no de las fortalezas de las izquierdas.

-Volvamos al actual momento histórico. ¿Cuál es el desafío para Chile, hoy?

-Tengo plena confianza en que estamos viviendo una ola de recuperación democrático popular en América Latina. Ahí está el gobierno de Colombia, ahí está la movilización de los movimientos populares en Ecuador, la consolidación de algunos gobiernos como en Argentina, y la posibilidad que en Chile se profundice la democracia como también en Brasil. Pero ya tenemos una experiencia que fueron  las “revoluciones rosas”, es el  término que utiliza la sociología hoy día.  Y esas revoluciones rosas, la de Bachelet, la de Lula, en el fondo privilegiaron, o siguieron privilegiando el desarrollo del neoliberalismo… atenuado, corregido…  como usted quiera, pero neoliberalismo, al fin y al cabo.  Que es lo que explica por qué Lula perdió; por qué en Chile perdimos elecciones, porqué ha bajado la cantidad de apoyo. Entonces, si sabemos que los gobiernos rosados, no lograron desarrollar las grandes aspiraciones de los pueblos de América Latina, ya tenemos el antídoto contra eso. Y el antídoto contra eso, es radicalizar los cambios en democracia, con respeto, en profundidad, que es lo que espero yo de este gobierno y que aún no lo juzgo porque recién lleva tres cuatro meses, aún cuando hay cosas que no me han gustado.

NOTA RELACIONADA

Historiador Cristian Pérez: Proceso constituyente puede dar “una especie de continuidad a lo que estos jóvenes hicieron hace 50 años”.

 

Los comentarios están cerrados.