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Carlos Graña Sarmiento, periodista.-  En el primer Teatro Municipal que tuvo Iquique, que registra el plano de Ramón Escudero de 1861, ubicado en calle... Sara Bernhardt en Iquique

Carlos Graña Sarmiento, periodista.- 

En el primer Teatro Municipal que tuvo Iquique, que registra el plano de Ramón Escudero de 1861, ubicado en calle Tacna hoy Obispo Carlos Labbé, poseía su entrada principal en la calle mencionada. Posteriormente ésta se cambió a la calle Simón Bolívar. Este Teatro emplazaba su estructura en la manzana donde actualmente se encuentra Correos de Chile.

Iquique vivía un período de prosperidad sin precedentes. Los que explotaban la industria salitrera gravitaban en un mundo de fantasía. Los veleros del nitrato daban vuelta al Cabo de Hornos para ir en busca de la valiosa carga, y el aislamiento se hacía mucho más tolerable con las novedades que llegaban de Europa y Norteamérica y que podían ser importadas a la ciudad en auge de áridos contornos. Durante esos años de esplendor, Antofagasta e Iquique tuvieron la reputación de consumir más champagne por habitante que cualquier otra ciudad del mundo.

Iquique consiguió contratar a Sara Bernhardt, y a la compañía completa de ópera D’Oyly. Fue en el primer Teatro Municipal de Iquique, construido baja la administración del Perú, donde actuó, el 15 de noviembre de 1886, la actriz francesa Sara Bernhardt, que nace el 22 de octubre en París en 1845 y fallece en la capital francesa, el 23 de marzo 1923.
En esa ocasión hizo dos presentaciones en el Teatro Municipal: El día 16 de noviembre «Thédora», de Sardou,» y el 17 «La Dame aux Camélies», de Dumas hijo. Sara Bernhardt durante su estadía en Chile actuó en Santiago, Valparaíso, Talca, Coquimbo e Iquique. Cumplió en nuestro país 25 funciones en un mes.

Chile, cuando arribó Sara Bernhardt, era gobernado por el Presidente Domingo Santa María. Tarapacá tenía como Intendente a Anfión Muñoz. Sara era la primera gran diva de la escena internacional. Fue excepcional (actuó en más de 120 obras), se convirtió en empresaria teatral y una extravagante mujer, que dicen que inventó el » star system» internacional, convirtiéndose en la primera gran diva. Viajaba a todas partes con sus mascotas. Amaba a los animales y tuvo perros, un león, tigre, loros, un mono y un cocodrilo como mascotas.

En 1870, durante la Guerra Franco-Prusiana, Sara Bernhardt habilitó el Odeón de París como hospital para convalecientes, donde cuidó con dedicación a los heridos de la guerra. En la primera Guerra Mundial con su pierna amputada hizo una gira tras las trincheras francesas para animar a las tropas. Defendió a Alfred Dreyfus y apoyó a Emile Zola en su artículo J’accuse donde se denunciaba que el oficial judío Dreyfus era víctima de un complot en el seno del ejército francés y víctima de un exacerbado antisemitismo.

Su estilo de actuación se basaba en la naturalidad. Detestaba profundamente las viejas normas del teatro francés donde los actores declamaban histriónicamente y hacían gestos sobreactuados. Rompió con todo lo establecido, profundizando en la psicología de los personajes. Estudiaba cada gesto y cada entonación del texto que debía decir, buscando la perfección natural sin que se note ningún tipo de artificio.

Fue amiga de Oscar Wilde y George Bernand Shaw; representó el rol de «Hamlet» a los 70 años, y con sus actuaciones deslumbró tanto a Sigmund Freud que éste recibía a sus pacientes con una fotografía de la actriz. Falleció, el 23 de marzo de 1923 en brazos de su hijo Maurice. Su entierro fue multitudinario: unos 150.000 franceses acudieron a despedirla. Fue inhumada en el cementerio parisino de Pére- Lachaise.

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Elena Caffarena Morice

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