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Carlos Graña Sarmiento, periodista. En el discurso que realizó el Presidente José Manuel Balmaceda en el banquete que se ofreció en su honor en... Presidente Balmaceda y el salitre

Carlos Graña Sarmiento, periodista.

En el discurso que realizó el Presidente José Manuel Balmaceda en el banquete que se ofreció en su honor en la Filarmónica, calle Tarapacá Nº477, durante su visita a Iquique, el 9 de marzo de 1889, destacó la importancia que tenía para el desarrollo del país la industria salitrera. Balmaceda era el primer Jefe de Estado de Chile que visitaba las provincias del norte.

En su discurso señaló: «Mis conciudadanos tienen sus ojos fijos en Tarapacá. Y es natural, porque de esta región mana la sustancia solicitada en todos los mercados del mundo para rejuvenecer la tierra envejecida, y porque somos los transformadores necesarios de las fuerzas productivas de la superficie cultivada por las manos del hombre.

La extracción, la elaboración, el acarreo, el embarque, los fletes de mar y la aplicación del salitre, lo mismo que la minería y la industria subalternas y el comercio y el ejercicio del crédito y la resultante económica de la variedad de factores tan graves como interesantes, se imponen a la contemplación de todos, y especialmente del legislador y del hombre de Estado. La extracción corresponde a la libre competencia de la industria misma. Más la propiedad salitrera particular y la propiedad nacional son objeto de seria meditación y estudio.

La propiedad particular es casi toda de extranjeros y se concentra activamente en individuos de una sola nacionalidad. Preferible sería que aquella propiedad fuese también de chilenos, pero si el capital nacional es indolente o receloso, no debemos sorprendernos de que el capital extranjero llene con previsión e inteligencia el vacío que el progreso de esta comarca hace la incuria de nuestros compatriotas. La próxima enajenación de una parte de la propiedad salitrera del Estado abrirá nuevos horizontes al capital chileno, si se modifican las condiciones en que gira, y si se corrigen las preocupaciones que lo retraen.

La aplicación del capital chileno en aquella industria producirá los beneficios de la explotación por nosotros de nuestras riquezas, y la regularidad de la producción sin los peligros de un posible monopolio. Ha llegado el momento de hacer una declaración a la faz de la república entera. El monopolio industrial del salitre no puede ser empresa del Estado, cuya misión fundamental es sólo garantizar la propiedad y la libertad. Tampoco debe ser obra de particulares, ya sean éstos nacionales o extranjeros, porque no aceptaremos jamás la tiranía económica de muchos ni de pocos. El Estado habrá de conservar siempre la propiedad salitrera suficiente para resguardar con su influencia la producción y su venta., y frustrar en toda eventualidad la dictadura industrial en Tarapacá».

El Gobierno de Balmaceda tenía una política económica orientada a lograr la industrialización de Chile, que tenía 3 millones de habitantes, romper con la dependencia del capital inglés en la industria salitrera y elaboraba un programa para generar las condiciones para el desarrollo de un capital nacional. Balmaceda comprendió que el desenlace de la Guerra del Pacífico de 1879 ubicó a Chile como una potencia dominante en la costa occidental americana, y la riqueza salitrera adquirida debía contribuir al desarrollo del país. Bajo su gobierno se creó, en 1887, el Ministerio de Industrias y Obras Públicas destinado a fortalecer el crecimiento de la industria.

 

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