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Erika Aliaga Maureira, ecologista y miembro del Comando Tarapacá por Boric.- En Chile, las zonas de sacrificio y la pobreza viven juntas siempre. La... La degradación ambiental también es violencia social

Erika Aliaga Maureira, ecologista y miembro del Comando Tarapacá por Boric.-

En Chile, las zonas de sacrificio y la pobreza viven juntas siempre. La industria extractivista se instala en comunidades sencillas con la falsa promesa de desarrollo, pero solo deja contaminación, enfermedades y más pobreza. Y aunque en Tarapacá no existen zonas de sacrificio según la definición aceptada, si podemos hablar de zonas vulneradas socioambientalmente.

Tarapacá y la minería.

En El Tamarugal la industria minera ha secado reservas de agua dulce y acabado con parte del paisaje natural y una biodiversidad única en el mundo, amenazando con ello el desarrollo de la industria turística, la agricultura campesina y el patrimonio cultural de los pueblos originarios. La minería también se ha instalado en las caletas de Iquique con puertos y construyendo desalinizadoras que esperan multiplicarse en nuestras costas, poniendo en riesgo los ecosistemas marinos que sustentan la biodiversidad y la pesca artesanal (ya golpeada por la corrupta Ley de Pesca). Y aunque las desalinizadoras son una solución paliativa a la escasez hídrica que se agrava cada año, es inaceptable que sean priorizadas para la industria, mientras las familias que viven en las caletas son abastecidas por camiones aljibes y deben subsistir con 2 litros de agua al día por persona.

Nadie podría negar la importancia de la minería para Chile y, particularmente, para nuestra región, pero es necesario una relación armónica entre industria, comunidad y naturaleza; y en este sentido, el programa de Gabriel Boric es el único que establece este equilibrio. Para ello se propone el desarrollo de una minería para los desafíos del futuro y en el contexto de crisis climática, con bajas emisiones de gases de efecto invernadero y con valor agregado mediante una mayor inversión en I+D, el fomento al uso de energías limpias y con políticas de recuperación de ecosistemas. Así transitaremos hacia una minería de bajo impacto ambiental, creando más y mejores fuentes laborales y oportunidades para emprendedores y Mipymes de Tarapacá; y que, sobre todo, conviva de manera sostenible con el turismo, la agricultura y los pueblos originarios.

Las caletas y el acceso al agua

La mayoría de los habitantes de las caletas de Iquique se abastecen de agua a través de camiones aljibes que no entregan el recurso vital con regularidad y los expone a vivir con hasta 2 litros de agua al día por persona; con eso deben alimentarse, asearse, lavar la ropa y la loza, mantener a sus animales, etc. A las personas de las caletas, así como de otras comunidades de Tarapacá, se les ha vulnerado el derecho humano al agua y al saneamiento, deteriorando su calidad de vida en los más esencial. El programa de Boric establece materializar el agua como un bien colectivo, implementando una política nacional de seguridad hídrica e invirtiendo en programas de rehabilitación, fortalecimiento y creación de servicios sanitarios rurales con foco en el bienestar de la población y la conservación de la biodiversidad, garantizando el acceso al agua y el saneamiento.

Tarapacá y la basura

Los vecinos de Alto Hospicio conviven con dos ex vertederos sin plan de cierre, donde emanan gases de efecto invernadero, malos olores, explosiones y plagas. Ambos lindan junto a barrios cuyos habitantes han estado tanto tiempo expuestos a la contaminación que hoy cargan con enfermedades crónicas y una mala calidad de vida. La solución a este problema fue un relleno sanitario que solo entierra la basura, enriquece a una empresa sin valor agregado y deja sin fuente de ingresos a muchos recicladores. Iquique tampoco queda libre del impacto de la basura, pues en la mayoría de los barrios abundan los microbasurales que exponen diariamente a los vecinos a riesgos sanitarios y la devaluación de sus viviendas.

A lo anterior hay que sumar que nuestra región se ha convertido en el vertedero de los desechos de otros países que ingresan a través de Zona Franca; los basurales de ropa usada proliferan en el desierto de Atacama, exponiendo a las personas y animales a altos índices de contaminación, riesgos por incendios y la desvalorización del paisaje. Para abordar esta problemática, el programa de Apruebo Dignidad propone implementar modelos de basura cero a escala municipal a través de planes de reciclaje y compostaje y fortalecidos por la creación de una Ley Marco de Economía Circular y Gestión de Residuos, generando ciudades limpias y resilientes a la crisis climática y fomentando oportunidades de emprendimiento a innovadores y recicladores de base.

Desde Apruebo Dignidad y con Gabriel Boric como presidente nos hemos propuesto ser el primer gobierno ecológico de Chile, donde la reactivación y el crecimiento económico son un eje esencial para el desarrollo y la protección de la naturaleza un imperativo para vivir mejor.

Una respuesta a “La degradación ambiental también es violencia social”

  1. La descentralización es primordial para que los recursos queden en la Region, y el trabajo en co junto Gobierno Boric y la ciudadania debemos ordenar nuestra casa es nuestra obligación.
    Vivir con un ambiente limpio y sano es también es nuestro deber.