Edición Cero

Pedro Oróstica Codoceo.-  Ante la crucial contingencia sanitaria que se encuentra enfrentando la especie humana, y más allá de sus diferencias de razas, culturas,... ¿Pandemia o sindemia?

Pedro Oróstica Codoceo.- 

Ante la crucial contingencia sanitaria que se encuentra enfrentando la especie humana, y más allá de sus diferencias de razas, culturas, creencias, ambiciones, temores, errores o aciertos, el hecho es que lo relacionado al Covid y sus variantes, ha puesto de relieve la vena mercantil en la venta de vacunas y la idea profusamente difundida que se enfrentan exclusivamente a una pandemia, sin considerar mayormente los alcances sindémicos.

De ahí que en el pertinente trabajo de los españoles Mario Fontán y Pedro Gullón, expertos en epidemiología y salud pública de la Universidad de Alcalá, España, se plantea “porqué las vacunas – por sí solas – no son la solución, para poner fin a las pandemias”, no obstante, la alta efectividad demostrada en las políticas de vacunación.

Y ha sido esta eficacia, la que ha instalado el mensaje generalizado y dominante que constituyen prácticamente “la única vía de escape a la situación actual.” De ahí que surge la necesidad de ir más allá de ello, a objeto de comprender este fenómeno, que no puede ni debe ser reducido con exclusividad a una dimensión biológica.

Las enfermedades infecciosas en la historia.

Si se hace un recorrido en las páginas del pasado y colocando atención en las enfermedades infecciosas, no es fácil imaginar un escenario donde hombres y mujeres puedan vivir tranquilamente, sin preocuparse por los microorganismos presentes en el entorno. Ahora, y si bien, éstas se han reducido en las últimas décadas, se señala que el número de brotes epidémicos se ha visto incrementado.

Esto trae consigo que, aunque en términos globales las principales estadísticas de mortalidad se encuentran centradas en enfermedades crónicas como el cáncer, los males cardiovasculares, la diabetes, entre otras, constituye un hecho también, que la sociedad se encuentra en una situación de extrema vulnerabilidad, ante surgentes infecciones que traen consigo potencial pandémico, a causa de las siguientes tres variables, entre otras.

1 Brotes de origen zoonótico

Se señala que cada vez hay más brotes epidémicos que tienen la potencialidad de convertirse en pandemias. Y esta situación se da principalmente cuando “un microorganismo salta de animales a humanos, aumentando las frecuencias del contagio directo del animal a las personas.” Las zoonosis, finalmente dependen de un delicado equilibrio entre las personas, los elementos patógenos y la biodiversidad.”

De ahí que en el momento en que uno de estos elementos altera el equilibrio natural de un ecosistema, favorece el contacto con patógenos desconocidos, sacándolos de niveles de bajo riesgo de zoonosis. “Estas pueden darse por las actividades extractivas y por la deforestación, entre otras, las cuales conllevan cambios en el uso del suelo, modificando los microclimas, por lo que se termina alterando el equilibrio de los ecosistemas.”

2 Rápida difusión de las enfermedades

En nuestra actual sociedad globalizada, el multitudinario acceso a los diferentes medios de transportes, aéreos, terrestres, marítimos, y, el surgimiento de una zoonosis en cualquier parte del planeta que se trasmita entre humanos, hace posible que pueda distribuirse a nivel internacional a una velocidad mayor que la capacidad de respuesta instalada de los sistemas de salud pública. Cuestión que se ha puesto de relieve en algunos países con menores recursos.

3 Impacto social desigual de la pandemia.

Aunque inicialmente desde los diferentes niveles dirigenciales de los países “se intentó establecer un marco de solidaridad argumentando que la pandemia afectaba a todas las personas por igual, pronto esta afirmación se vio desacreditada por la evidencia que fue surgiendo y recopilándose en diferentes partes del mundo.”

“Una vez finalizó la primera ondas pandémica, los sistemas de vigilancia permitieron observar que el riesgo de contagio se incrementaba a medida que disminuía la clase social” debido por una parte, a la mayor necesidad de realizar trabajos presenciales y por otra, a las inferiores condiciones de habitabilidad que promueve el hacinamiento, cuestión que dificulta estructuralmente los aislamientos., como medida recomendada.

Además, las probabilidades de fallecer por covid se instala en “aquellos grupos que sufren mayor desigualdad, los cuales presentan superior prevalencia de patologías como diabetes, trastornos respiratorios, cardiovasculares, obesidad, que se asocian a un cuadro grave de la enfermedad.” Y es a esta situación que algunos científicos han denominan como sindemia, es decir, la adición de otras causas a las causas.

Las causas de las causas

Como se ha señalado, han sido los buenos resultados de las vacunas comercializadas, que se ha instaurado el discurso que pone a éstas como la única herramienta para mitigar la pandemia. Sin embargo, si nos fijamos “en el análisis de las posibles causas de las causas, la vacuna no va dirigida contra ninguna de las tres variables que se han mencionado.”

Y aquí puede sostenerse que las pandemias no son “solo fenómenos virológicos, sino también fenómenos sociales, cuya forma está determinada por la actividad humana y la organización misma de la sociedad.” Es por ello que, si realmente se quiere minimizar su impacto en el futuro “no podemos poner el foco en una vacuna para cada microorganismo nuevo.” Por muy conveniente actividad comercial que sea.

Conclusión.

Evidentemente que esto no significa una dicotomía absoluta, pero la atención “a las causas de las causas”, amplía el espectro del análisis. Esto, dado que estas tres variables, requieren de la autoridad, una estrategia que no traerán resultados inmediatos, pero si al largo plazo y que son necesarias de implementar. Será acertado comprender los fenómenos o condiciones estructurales sociales que subyacen a la aparición de enfermedades nuevas y a su desigual distribución en la sociedad. Por cuanto, una salud pública integral, no puede limitarse con exclusividad a una campaña de vacunación, también debe enfocarse en estas determinantes sociales existentes.

Los comentarios están cerrados.