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Pedro Oróstica Codoceo.  La sequía y la escasez de agua han traído consigo  grandes desafíos para satisfacer el consumo humano, una  agricultura sostenible y... Nueva institucionalidad hídrica para Chile 

Pedro Oróstica Codoceo. 

La sequía y la escasez de agua han traído consigo  grandes desafíos para satisfacer el consumo humano, una  agricultura sostenible y una minería que busque ser una  actividad  más verde.  La escasez de ella en varias regiones  del país  está causando grandes controversias, conversiones y esfuerzos,  a objeto de satisfacer estos consumos.

Por cuanto que frente a estos retos que nos enfrentamos,   se hace necesario trabajar  con una nueva mentalidad,  a objeto de superar  y salir adelante   en el  contexto del denominado calentamiento global o cambio climático que  se está viviendo a nivel de planeta.

De ahí la trascendencia  del tema del agua, como elemento vital para la vida. Y es   por ello que se ha llegado a  la discusión para  establecer una nueva  institucionalidad hídrica para el país que comience  a educar, preservar y perseverar en el cuidado del vital elemento.

Legislar

Un punto básico  del tema radica  en la  mercantilización que se hace de los elementos esenciales para la sobrevivencia de vida humana social. Y, mercantilistamente hablando,  la oferta de agua es menor a la demandada. Escasez que  hace subir los precios y las demandas  que  provienen del consumo humano, de las actividades agrícolas, de las faenas mineras, las actividades forestales. etc. las cuales van adquiriendo   inusitada relevancia.

Además que se está haciendo hincapié  en que  “la capacidad de las cuencas y en general de los ecosistemas de recuperar agua, es menor de la que se está utilizando en el sistema productivo por parte de la comunidad y, en general, de todos aquellos que  requieren agua para sus actividades y sin la cual no se puede funcionar.”

Por lo tanto, son dos condiciones muy complejas y que se han dado simultáneamente. Lo que ha  llevado “a la necesidad de adoptar medidas para mejorar la eficiencia hídrica.   En  Chile, se señala, el agua está distribuida en forma muy desigual, y hay que considerar también  que   es un recurso limitado,  y dada esta realidad, se proyecta “que hacia el 2040,  nuestro país  va a ser uno de los países con mayor estrés hídrico del mundo.”

 El Congreso tiene la palabra.

 De ahí la importancia de las discusiones a nivel legislativo del  actual Código de Aguas, la cual  se ha centrado en la propiedad de ésta; dado que en la actualidad los derechos son a perpetuidad.  Pero aparte de esto, se conoce otra  curiosidad organizacional y que   se  refiere a que  “en Chile coexisten  42 instituciones del Estado con competencias en la materia, ya sean fiscalizadoras, regulatorias, o sancionadoras, y eso naturalmente, dificulta la aplicación de una política pública coherente y coordinada». Pareciese que se cumple eso del dividir para reinar.

En todo caso,  entre las propuestas para esta nueva institucionalidad hídrica, se propone “una visión territorial del problema, a objeto de entender que cada territorio tiene su propia realidad ecosistémica, y que, dentro de esos ecosistemas hay ciertas actividades productivas que pueden desarrollarse y otras que no”. Las visiones regionales de la realidad comienzan a adquirir formas.

Una legislación holística

De ahí que  al Congreso, una vez más, le está correspondiendo  legislar en un contexto donde nunca se había experimentado el agua como un  recurso  escaso y además, con grandes expectativas posesivas sobre el bien.  Sea como sea, siempre se  espera  una  legislación holística e incluyente para la realidad nacional.  Lo demás y como en todas las cosas,  la memoria de la historia humana  lo discernirá.

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