Las horas de las Comunas.

Daniel Ramírez G.- 

Nadie puede discutir que los personajes políticos mejor posicionados en la confianza popular son los alcaldes de las comunas. No podía ser de otra forma puesto que son las personas que están más cercanas a la base social, son personas a las que todos los ciudadanos conocemos en virtudes y defectos. Además, ellos mostraron de qué lado estaban cuando se atrevieron a enfrentar el centralismo haciendo un primer plebiscito que mostró la decisión social de hacer una nueva constitución, cuyo resultado obligó a la caterva de políticos profesionales, a pensar más seriamente en el ejercicio del plebiscito vinculante, destinado a consultar al soberano sobre la elaboración de esa nueva constitución.

Hecha la consulta, con todas las mañas habituales de quienes acostumbran a obtener lo que quieren de cualquier forma y sin el menor escrúpulo, la respuesta ciudadana fue categórica. El proceso deberá realizarse sin la participación del congreso ni parlamentarios y solo deberían participar candidatos que sean elegidos en forma independiente. Pero la mafia ya estaba preparada para eso, puesto que había establecido que la elección se haría usando el sistema de elección de parlamentarios, donde importan los votos de las listas más que los de las personas, además, estableció un sistema de inscripción de candidatos independientes que hace casi imposible hacerlo.

Hicieron todo para lograr lo que a ellos les conviene y hacer necesaria la postulación de independientes a través de listas de los partidos políticos, para poder tener una opción válida, además, si un independiente tiene muchos votos, ayudará a salir a un candidato del partido. Por si fuera poco toda esta muestra de la falta de escrúpulos de nuestra elite, para la eventualidad de que pierdan la elección, establecieron un quorum de dos tercios para aprobar cualquier acuerdo de la convención, dejando claro con esto que a ellos no les interesa aprobar nada nuevo y que su labor solo será la de obstaculizar los cambios. Para los conservadores, en política siempre un tercio debe ser más que la mitad más uno.

A pesar de todas las deshonestidades encontradas en el camino, el soberano sigue adelante confiado en su fuerza propia, en la fuerza de la razón. Sabe que está siendo burlado, pero existe la esperanza de que quienes asisten a esta convención tengan la inteligencia, la moral y la dignidad suficiente, para entender que se está tratando de construir una nueva sociedad que deberá ser justa e igualitaria y que deberá ser habitada por seres mejores que nosotros.

Nadie tiene el derecho de imponer un modelo de sociedad que permita a un pequeño grupo, tener a su disposición los instrumentos legales que los proteja a ellos y a la vez les sirva para dominar y explotar al resto de la sociedad. Es lo que han hecho y siguen haciendo las tres comunas que aprobaron el rechazo.

Es por ello por lo que es vital que en las primeras reuniones de aproximación y conocimiento que tengan los constituyentes, se pongan de acuerdo en que entienden por democracia y cual es la democracia más avanzada a que podemos aspirar en nuestra sociedad, luego sería conveniente aclarar quién dispone del poder soberano en una democracia y la forma más justa y eficiente de su aplicación. Es la democracia y su aplicación la única encargada de resolver todos los problemas presentes y futuros de nuestra sociedad.

Es por ello que las comunas pueden jugar un importante rol en retomar el avance hacia una nueva sociedad. Los políticos comunales son los únicos políticos que el pueblo soberano considera como iguales y parte de si.

Creo que son las comunas, a través de sus alcaldes las más capacitadas para expresar como necesitan vivir y sentir una democracia. En nuestro país hay 346 comunas, de las cuales 341 votaron abrumadoramente por el cambio de constitución. De las 5 comunas que rechazaron el cambio de constitución hay dos comunas muy especiales (Antártica y Colchane) y las otras tres son las comunas en que viven los super ricos dueños de Chile. Vitacura, Las Condes y Lo Barnechea. Es el poder de esas tres comunas, el que está detrás de todos los obstáculos y las trabas que se han puesto y se están poniendo al proceso constitucional. Es un sabotaje que solo el pueblo tiene la capacidad de enmendar y nuevamente será usando un lápiz. Somos 341 comunas y ellos son solo 3.

La tarea de los alcaldes ahora es lograr reunirse de nuevo como asamblea nacional de municipalidades y reasumir el rol que estaban desempeñando en el proceso constituyente. Ello requiere ahora de un rasgo de rebeldía comunal contra el centralismo institucional.

Cada alcalde, en cada comuna, debería llamar a constituir cabildos o asambleas constituyentes informales, en las cuales se discuta lo que se estima importante para las comunas y las regiones. Participación en los impuestos que genera la región, existencia de partidos políticos regionales, participación en las empresas públicas asentadas en la región, decisiones regionales inapelables sobre temas medioambientales que afecten a las comunas, etc., etc. Toda esta información puede ser plebiscitada comunalmente y enviada luego a la convención constituyente incorporando así la fuerza democrática de las comunas.

Personalmente creo que la lucha principal en esta convención es la que ha dado siempre el pueblo de Chile, la necesidad de mayor democracia, de mayor participación en las decisiones de gobierno que afectan sus vidas. Si logramos ponernos de acuerdo en un mecanismo democrático efectivo y eficiente, para que el pueblo ejerza su soberanía sin que esto se obstaculice con trabas institucionales, como sucede con la constitución actual, entonces habremos ganado la mitad del cielo y tendremos la opción de avanzar y ser una de las primeras sociedades del planeta, que ordena su vida en función de sus propios intereses mayoritarios.