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Declaraciones  de candidatos Wilfredo Bacian y Thelma Ramos Las comunidades y organizaciones territoriales quechuas de las regiones de Tarapacá y Antofagasta decidieron levantar una... Candidatos quechuas constituyentes: “La Plurinacionalidad sin contenido es una fórmula vacía que no nos sirve”

Declaraciones  de candidatos Wilfredo Bacian y Thelma Ramos

Las comunidades y organizaciones territoriales quechuas de las regiones de Tarapacá y Antofagasta decidieron levantar una candidatura conjunta para acceder a los escaños reservados de los pueblos originarios, convirtiendo a Wilfredo Bacian Delgado como su candidato principal y/o a Thelma Ramos Mamani como acompañante en la paridad de género de cara a las elecciones constituyentes indígenas del próximo 11 de abril.

“El actual proceso para consolidar una nueva Constitución debe, necesariamente, atender las demandas históricas y actuales de los pueblos originarios, ratificando un reconocimiento constitucional que debe ser robusto, pues no queremos nada cosmético o algo que se transforme en una mera declaración de buenas intenciones”, explica el también presidente de la Comunidad Indígena Quechua de Quipisca, en la Provincia del Tamarugal. El dirigente y candidato espera que la nueva carta de navegación con la que contará el país se convierta en un instrumento con eficacia directa, sin necesidad de llevarlo todo a los tribunales de justicia.

“A nuestro juicio, este reconocimiento va más allá de la declaración de un Estado Plurinacional sin contenido, pues debe generarse un reconocimiento expreso en la Constitución sobre el deber del Estado a la hora de respetar la autodeterminación de los pueblos y el valor de las organizaciones territoriales como personas jurídicas de derecho público, a objeto de reconocer también las autonomías territoriales mediante las cuales los pueblos originarios gobiernen agua, tierras, patrimonio, biodiversidad, educación, salud y justicia comunitaria, entre otros elementos”, explicó el candidato ratificado por el Servel, quien fue enfático en destacar que no puede haber plurinacionalidad sin agua, autonomía territorial, devolución de tierras y derechos indígenas específicos.

“La plurinacionalidad debe tener apellidos. Sin contenido, es una fórmula vacía que no nos sirve. Es decir, sin derecho a gobernar nuestra educación, nuestra salud, tal como lo hacen las municipalidades, que son organismos autónomos que están dentro del organigrama del Estado de Chile de acuerdo a la Constitución del 80, la declaración de estado plurinacional es una cáscara vacía que no garantizará nada, salvo una que otra victoria judicial cada cinco o diez años. O quizá, alguna eventual reforma legal futura en plazos similares”, expresó Bacián.

BUEB VIVIR

La actual presidenta de la Comunidad Quechua de Ollagüe, en la Provincia de El Loa, especificó que toda esta estrategia por reivindicar los derechos ancestrales se basa en el Sumak Kawsay, que hace referencia directa a lo ideal y lo hermoso de llevar adelante una vida digna, en armonía y en equilibrio pleno con el universo.

“Nosotros abriremos los debates para gestionar que los autogobiernos indígenas gocen de presupuestos públicos para financiar, de acuerdo a prioridades y planes de desarrollo autónomos, proyectos de desarrollo en ganadería, agricultura, elaboración de productos locales, medicina, artesanía y turismo respetuoso, entre otras premisas que tengan que ver con imponer el deber del Estado por reconocer, determinar, restituir, ampliar y proteger los títulos nativos de los pueblos originarios sobre tierras y recursos naturales, entendiendo dentro de ellos el agua y la biodiversidad”.

En este sentido, tanto Bacián como Ramos sostienen que dentro de los temas que plantean  sus bases, lideres y comuneros de las dos regiones del norte de Chile, también solicitan que esa autodeterminación se haga valer ante megaproyectos extractivos, como los que hoy en día se imponen debido a una legislación que califican como débil.

“Tenemos derecho a decir no ante la explotación intensiva de los recursos que se encuentran en nuestros territorios. Más que nada, porque el actual sistema nos ha obligado a aceptar a regañadientes tales empresas, aún con nuestra oposición. O incluso, a pactar con tales empresas a efectos de evitar mayores perjuicios como contaminación o persecución judicial o a indemnizar por daños pasados. Un panorama que debe terminar con mecanismos efectivos de oposición a la instalación de megaproyectos en los territorios”, dijo Thelma Ramos.

“Necesitamos reivindicar la memoria de los ancestros que alguna vez gobernaron estos territorios, de los cuales, por cierto, somos herederos legítimos. Algo que no se resolvió con algún informe de algún organismo internacional ni con los estándares de la Ocde o con alguna supuesta experiencia internacional, pues la memoria está aquí, en cada uno de los pueblos que aún sobreviven pese la colonización y los abusos y agresiones que hemos sufrido”.

REPOBLAMIENTO COMO DEBER

Imponer al Estado el deber de restitución del agua ancestral y la lucha contra el cambio climático, por la soberanía alimentaria y una economía respetuosa de la naturaleza y de sus ciclos, así como garantizar el derecho de los niños indígenas a vivir y ser educados en un contexto comunitario, viviendo su cultura y hablar su idioma, son parte de dos de los ocho puntos que defienden los candidatos quechuas.

“Buscaremos que el Estado tenga el deber de promover el repoblamiento de los territorios ancestrales mediante programas especiales con presupuesto público que ayuden al fortalecimiento del pueblo quechua, donde exista el derecho a la no discriminación del Estado hacia a los pueblos originarios, pues en cierta medida se privilegia a los pueblos mayoritarios por sobre los que tienen menos demografía”, esgrime Bacian.

De la misma manera los representantes quechuas advierten que el Estado no puede imponer a qué pueblo pertenece una determinada persona o agrupación humana, por lo que se debe acreditar a las personas y reconocer a las organizaciones a las que pertenecen tales personas y grupos de acuerdo a su auto reconocimiento.

“El Estado debe garantizar presupuesto suficiente para las necesidades de todos los pueblos originarios y no discriminar entre ellos por razones políticas, mientras que los obstáculos a la acreditación y a la constitución de comunidades quechuas deben ser combatidos y castigados, debiendo evitarse que las personas que no son indígenas obtengan acreditación como tal, evitando así las suplantaciones”, concluyó Bacian.

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