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Guillermo Jorquera Morales, ex Director de Teatro Gran impacto emocional me provocó la inauguración de la Estación del Libro, este año, (14.12.09), el llegar... A un año de… La Estación del Libro, un compromiso de todos

Guillermo Jorquera Morales, ex Director de Teatro

Gran impacto emocional me provocó la inauguración de la Estación del Libro, este año, (14.12.09), el llegar a la olvidada estación del Longino, y encontrarme con viejos recuerdos, mezclados con lo que allí ocurría; una puesta en escena muy distinta a otras Ferias del Libros que he asistido. Todo parecía…diferente: mesas vestidas como para una fiesta, un pequeño escenario con imágenes cambiantes de escritores de Santiago, las personas que allí subían se veían entre sombras.

Esto logró que me sumergiera en una ola de recuerdos; recordé mi niñez, cuando vivía en Sotomayor con Obispo Labbé, La Puntilla; cuando llegaba o partía el Longino íbamos en tropel a despedir o recibir a pasajeros que ni conocíamos. Y soñábamos con el cuándo nos tocaría viajar a nosotros; pergenios todavía.

Mientras escuchaba a Cristián Warnken, que vino a dar una charla, pensada en una sala con otro formato, tal vez. Y tratando de adaptarse a la realidad se apuraba en su decir, saltándose algunas líneas de su trabajo previamente preparado, lo que lo obligó a improvisar a veces. Nos habló de Desiertos, de nihilismo, de Nietzsche, de Saint Exupéry y el Principito.

Evadido aún, me acordé de mi partida a estudiar a Santiago. Vino todo mi familión a despedirme, creí haberlos abrazados a todos, antes de subirme, pero al partir el tren, mirando por la ventanilla, había un gran gentío, pero yo solo vi a mi hermana América que me decía adiós con la mano. Y me fui con una espina en el corazón, porque fue a la única de la familia a quien no alcancé a darle un abrazo de despedida.

Luego escuché al conductor de la ceremonia, invitar al escenario a nuestra Cecilia Castillo. Valoro su gesto, porque no leyó sus hermosos poemas, sino que solamente leyó y relevó la existencia de otras mujeres valiosas en la historia nuestra; Mujeres del Norte, Nuestro Norte, Escritoras y mucho más que eso…

Pero volví a mis recuerdos, y escuché desde el gran galpón, (que hoy es el Registro Civil) a metros de donde estaba yo sentado, la música andina del primer Tambo de Mario Cruz.

Recordé que, a la izquierda de la estación, estaba la Administración del Ferrocarril, y en ella el Museo Regional, dirigido por Octavio Morales, y que al lado inmediatamente superior, al Museo, había un viejo garaje, sin techumbre, en donde por 10 años funcionó mi mágico teatro, que albergó al histórico TIUN-TENOR.

Y subiendo 40 mts más arriba estaba la Biblioteca Regional, que dirigía Aura Peña, que nos prestaba las sillas para nuestras funciones. Todo esto sucedía cuando este lugar fue administrado por la Sede Iquique de la Universidad del Norte y posteriormente por la Corporación Municipal de Desarrollo Social; Administración Marcich – Bass y Dubost- Carmen González.

El sector Sotomayor desde Barros Arana a Obispo Labbé era un barrio universitario y cultural…

Volviendo a la inauguración; claro que valoro el gesto solidario de Cecilia Castillo.

Porque allí me surgió la ausencia de aquellos y aquellas “Poetas y Poetisas Muertas” o fallecidos. ¿Por qué alguien no subió a leer algunos poemas de los nuestros?; de Margarita Pino Clavero, mujer pampina, María Taboada, profesora y poetisa pampina, de don Juan Rubén Castro, pampino. Y otros iquiqueños, como Julio Miralles, Miriam Lass, Patricio Riveros.

¿Qué será de Nelly Lemus?, ella es adoptada antofagastina, se fue primero a Chañaral, pero nació en la Oficina Bellavista; sus evocadores versos son de la Pampa, (incluso escribió temas para Illapu).

¿Qué será de Blanca Quinteros?, profesora, con gran inspiración poética, fue profesora en la Oficina Iris. Hoy vive en Iquique.

Y seguí pensando, ya en el presente; que habrá pasado con los escritores y poetas de Alto Hospicio; como Pepe Caliche, también Pampino, con María Huinao, con Gamadiel Molina, con Alondra (Patricia Lisboa), con Rufina (Silvia Curilen Huillín), con Fernando Martell…

¿Qué habrá pasado con los “9 son los nuevos poetas”, Baldramina Flores (la Mamá Baldra) Silvia Millones, Cecilia Fibla, Felipe Robles…?

¿Que será de los poetas Juan Malebrán y Marcelo Ramos, que se fueron a Cochabamba, Bolivia, incluso establecieron algunos recitales con poetas iquiqueños y de Cochabamba?

Ojalá el día que le correspondió subir al escenario a Carolina González, haya leído algunos versos de Alberto Carrizo, y cuando subió Virginia Dávalos, haya leído algún verso de su hermano Eugenio, cuyo último poemario tituló Estación Central.

Y ojalá que Hrborj Ostojic, también haya leído algo de don Senén Durán, incansable investigador de nuestra historia.

Como en uno de los días, de esta fiesta del libro, le correspondió subir al escenario a la SECH, ojalá se hayan leído versos de Milena Bravo, de Ninoska Peñaranda,                             espero que en ese momento, también se hayan leído versos de aquellos poetas y escritores que yo he omitido. (Tal vez, porque no fui todos los días del evento).

¿Por qué me siguen penando en esta Estación de Tren, de sueños y ensueños, de viajes felices e infelices, los recuerdos…?

Allí llegaron los obreros y las mujeres a la Escuela Santa María de Iquique, que no pudieron caminar desde la pampa en diciembre 1907. Desde allí salieron los sobrevivientes y heridos por la metralla con rumbo, de un infeliz regreso, a sus Oficinas Salitreras.

Sí, Valoro el gesto de Cecilia Castillo, a pesar de que en el escenario estuvo Cristian hablándonos de desiertos; de lo que sabemos mucho, porque somos del Desierto de Tarapacá y nuestras etnias originarias son Aymaras y Quechuas.

En nuestro desierto está también la Pampa salitrera y toda su triste historia.

Para el beneficio de la comunidad iquiqueña y del vecindario de La Estación del Libro; a   la intersección de Vivar con Sotomayor, volverán los libros, el teatro, el ballet, la música y todo el quehacer cultural de la Región.

La Estación del Libro es un acierto y una proeza, porque no solo se ha rescatado, en estos tiempos “estallados”, una Estación, sino toda una historia patrimonial, de la que tenemos que estar orgullosos de preservarla; compromiso de todos: no solo del esfuerzo y entusiasmo de Doña Laura Díaz, Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, sino también de otros Servicios Públicos, como el Gobierno Regional, y por supuesto del sector Privado; y fundamentalmente de la fuerza creadora de la comunidad artística cultural, como un compromiso de honor más,  en nuestras vidas.

(Escrito el 29.12.19)

Una respuesta a “A un año de… La Estación del Libro, un compromiso de todos”

  1. Consuelo Quinteros B dice:

    Sr Guillermo Jorquera, si tiene interés por saber de la Sra Blanca Quinteros, profesora jubilada, recientementemente fue ganadora a nivel nacional de un concurso de poesía (agosto 2020). Cristian Warnken la entrevistó vía zoom.
    La información apareció en El Mercurio del 4 de septiembre de este año.
    Saludos y gracias por su aporte cultural.