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Dr. Víctor Guerrero Cossio. Sociólogo y Académico UNAP. La lucha de clases, los estallidos sociales, la rebelión popular y otras denominaciones dadas a los... Violencia y estallido social.

Dr. Víctor Guerrero Cossio. Sociólogo y Académico UNAP.

La lucha de clases, los estallidos sociales, la rebelión popular y otras denominaciones dadas a los conflictos colectivos, como el desatado en Chile desde el 18 de Octubre del año 2019, tienen sus antecedentes, su contexto, sus causas y sus razones. Su comprensión integral es necesaria para buscar reales y efectivas formas de solución.

Esos hechos devienen de tensiones prolongadas, causadas por desajustes en el orden social, que durante un tiempo son moderadas por paliativos, alienación, costumbre,  desesperanza, represión y  propaganda, mecanismos que al agotar su eficacia derivan en motines, revueltas, asonadas, bandolerismos y huelgas de corta o larga duración.

En la situación actual se han producido todas las formas enunciadas, algunas más aceptadas que otras, como la protesta social, mientras que otras son rechazadas como es el caso del vandalismo, que en estas circunstancias no constituyen un simple acto criminal. La ruptura entre Sociedad y Política  conduce a los estallidos, donde el protagonismo pasa a manos de los movimientos sociales, los que se imponen a los Partidos  que no expresan sus intereses y demandas.

En las regiones del norte de Chile se han presentado tensiones específicas que han agudizado las contradicciones generales, por el hecho de resaltar las diferencias socioeconómicas de la población beneficiada por el estatus minero y esperanzas fallidas de inmigrantes atraídos por ese mismo factor.  En este contexto se producen inquietudes sociales derivadas de angustiantes dramas humanos sin resolver, tales como la cesantía, el empleo informal, la falta de vivienda y otros.

Los agudos conflictos sociales que enfrenta nuestro país desde hace más de cuatro meses, han sobrepasado las propuestas del Estado  y su limitación del problema a un trato puramente criminal o policial, sin considerar los aspectos socioeconómicos de donde se originan. Tampoco serán resueltos de manera mecánica ni instantánea con el Plebiscito a realizar el 26 de Octubre.

Y es complejo entender la violencia social que se expresa hoy en el denominado estallido, pues también revela que, sin restar importancia a la gravedad puntual y concreta que muestra, también contiene una lógica oculta de enfrentamiento, que en la actualidad ha superado la subordinación al Estado, que predominó en los anteriores 30 años.

Por ello, para actuar en el contexto regional de la violencia y resolver los agudos problemas sociales que la originan, es importante reducir la distancia entre Sociedad y Estado, incluyendo distribución de la riqueza minera donde se complemente la acción estatal (subsidios y bonos), iniciativa privada pro empleo (transferencia tecnológica y estímulo a la agregación de valor), comunitarias (organización para el buen vivir), como también integración de esfuerzos públicos y privados para acciones urgentes, como es el caso de la construcción de viviendas en modo cooperativo.

Estas son algunas demandas urgentes y necesarias de atender para aliviar el grado de tensión social profunda y estructural existente en la región de Tarapacá, que propicien un verdadero acuerdo social, con plena y genuina participación ciudadana, poniendo fin a los cruentos enfrentamientos que acaecen en la denominada zona cero.

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