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Por Daniel Ramírez El poder del capitalismo arrasó con la esclavitud y la servidumbre del feudalismo creando un sistema salarial que representó menores costos... Manifiesto Ciudadano y Nueva Constitución

Por Daniel Ramírez

El poder del capitalismo arrasó con la esclavitud y la servidumbre del feudalismo creando un sistema salarial que representó menores costos y responsabilidades para quienes comenzaban a manejar la producción masiva que se iniciaba con la revolución industrial. Las clases dirigentes de la sociedad que desaparecía como la de la sociedad emergente, dueñas de la tierra y de la riqueza comercial, terminaron compartiendo experiencias, conocimientos y privilegios, vinculándose familiarmente y transformándose en la nueva clase dirigente que nos gobierna.

Año a año fue formándose, creciendo y fortaleciéndose, una cultura que nos entregaba las reglas para vivir en paz en esta nueva sociedad, que siempre trató y trata de ocultar o disfrazar los privilegios que tienen las personas que concentran e sus manos la propiedad privada o la riqueza privada.

Se nos habló de igualdad ante la ley, de igualdad de oportunidades, de democracia política de salarios justos, etc. Pocos se daban cuenta, de que oculto por esta imagen que se nos ofrecía como lo máximo a que se podía aspirar en este difícil mundo, había personas, familias, barrios, comunas, que tenían otro tipo de vida muy superior a la de las mayorías y que ese tipo de vida dependía de la explotación de esas mayorías.

Hubo atisbo de justicia entre los años 1964 y 1973 en que la reforma agraria liberó al campesinado y la nacionalización del Cobre y la Banca mostró una nueva forma de vida a los trabajadores urbanos. El golpe militar hizo retroceder todo a fojas cero y allí el saqueo fue de cuello y corbata. Se despojó al Estado de todas sus empresas, que eran propiedad de toda la sociedad y no hubo ningún saqueador preso. Aún existe una ley secreta que prohíbe investigar estos robos.

Pero, así como nos damos cuenta de que ya no hay muchos días soleados en Noviembre pero, nos acostumbramos a lo que vivimos cuando nos levantamos, así hemos vivido subyugados por el régimen de explotación capitalista.

Ha pasado a ser parte de nuestra forma de vida el tener poco tiempo para disfrutar de nuestras relaciones familiares, el saber que la mayor parte del tiempo de vida de un día asoleado está vendido, saber que ese tiempo es ocupado en crear parte de una riqueza que nunca conoceremos, saber que en la noche llegaremos cansados a un hogar donde tal vez nuestros hijos ya estén durmiendo, esperar que llegará el fin de semana con un día  festivo que no tendrá gran diferencia con los anteriores para el resto de la familia, que cuando llega fin de mes y comparas tus deudas con tu salario debes comenzar a pensar en que hacer el próximo mes para conseguir la plata que falta.

Toda esa mugre estaba metida a presión en nosotros y afortunadamente, explotó.

Es ahora nuestra oportunidad de participar en la construcción de una sociedad que nos permita ser más humano y disfrutar mejor nuestra vida. Para que eso suceda no hay dos posiciones. Hay que cambiar las bases de nuestra convivencia. Hay que discutir y elaborar las nuevas reglas que regirán nuestras vidas. Es un trabajo de todos elaborar una nueva constitución.

Hay quienes dicen que  lo que necesitamos son las soluciones inmediatas a nuestros males, pero, mientras no desaparezcan las causas de estos, los problemas volverán.

¿Por qué creemos indispensable una nueva Constitución?

Cuando la Constitución nos dice que el pueblo ejercerá su soberanía a través del plebiscito y ese plebiscito no es incluido en la Constitución y por lo tanto, no existe en la constitución, entonces necesitamos otra Constitución.

Cuando nuestros representantes, Senadores y Diputados, nos dicen que el sueldo mínimo no puede ser reajustado más allá del IPC y de ciertos criterios financieros y luego ellos se suben sueldos y regalías a destajo, entonces necesitamos una nueva Constitución.

Cuando esos mismos representantes nos dicen que el sistema de pensiones que tenemos sólo hay que mejorarlo, no cambiarlo y vemos que ellos se han dotado de un sistema de pensiones  excepcional, entonces necesitamos nueva Constitución.

Cuando los alumnos han pasado a ser clientes y al dueño de la escuela le interesa por sobre todo cuanto ganará en el año y no cuanto enseñará en el año. Entonces necesitamos una nueva Constitución.

Cuando la desigualdad de la sociedad es importante porque, según la cultura de la clase dirigente, eso le permitirá separar a los ricos de los pobres, que son los malos y así tener ciudades para ricos y ciudades para pobres. Permitirá tener escuelas para pobres y escuelas para ricos, donde sus hijos podrán tener “buenas relaciones”. Permitirá tener clínicas para ricos y Hospitales para pobres. Permitirá tener balnearios para ricos y otros para pobres. Es entonces que necesitamos con urgencia una nueva Constitución.

Cuando la Constitución que nos oprime, consagra la propiedad privada poco menos que como un derecho natural del ser humano, pero te niega ese derecho cuando tratas de recuperar tus fondos previsionales depositados en manos de las AFP, necesitas otra Constitución.

Cuando el gobierno, a nombre del Estado, se hace parte de la defensa de las AFP ante el Tribunal Constitucional para que estas no te devuelvan tus fondos previsionales, eso solo lo  puedes parar con una nueva Constitución.

Cuando te suben el combustible todas las semanas y tu sabes que las grandes empresas mineras y de transporte no pagan el impuesto al combustible que es casi la mitad de su valor, entonces necesitamos de una nueva Constitución.

Cuando tienes que pagar el IVA por el pan que compras y sabes que a las AFP se las eximió de pagar IVA por los servicios que subcontraten, necesitamos una nueva Constitución.

Cuando las PYMES hacen su trabajo para las grandes empresas y estas les pagan a 120 días, lo que significa que estas PYMES financian a las grandes empresas, entonces es  obligatorio el tener una nueva Constitución.

Cuando te das cuenta que el mercado permite que te vendan en $ 2.000, un fármaco indispensable para tu salud que tiene un valor de $ 200. Entonces debes decidirte por una nueva Constitución.

Cuando te das cuenta que las grandes empresas han financiado las campañas políticas de los representantes por los que tu votaste y que cuando esos empresarios y políticos son llevados a la justicia, el poder político evita presentar querellas en su contra y la justicia los condena a clases de ética. Entonces, después del ataque de risa debes decidirte por una nueva Constitución.

Cuando te das cuenta que el representante por el que tu votaste, ahora tiene un departamento en el barrio alto de la capital y que además de pagarle su sueldo que es varias veces el tuyo, le pagas la bencina de su auto, el estacionamiento en el aeropuerto, un viático para que trabaje en Valparaíso y que si queda cesante, además deberás seguirle pagando su sueldo durante varios meses. Entonces lloras por una nueva Constitución.

Cuando nos enteramos que el 18 % de la riqueza de nuestro país, alrededor de US$ 88.470 millones, está en manos de 140 personas, necesitamos urgentemente de una nueva Constitución.

Cuando te dicen que irás a la universidad para salir de la pobreza y convierten eso en un negocio para las universidades y los bancos, a tal punto, que cuando sales de la universidad eres más pobre que antes. Entonces necesitas de una nueva Constitución.

Lo importante en esta lucha por nuestra nueva constitución, es que debe ser realmente nuestra y para ello, la única forma es que debemos participar en su elaboración y aprobación y la forma más democrática de hacerlo es la Asamblea Constituyente.

La clase dirigente hará lo imposible primero por evitar que se elabore y apruebe una nueva constitución, para ellos bastaría una reforma maquilladora. Si fracasan en este paso, el segundo intento será que la nueva constitución la discuta un congreso constituyente, que serán ellos quienes lo conformarán. Si aún así, no logran frenar el avance de la nueva constitución popular, entonces tratará de penetrar y disfrazarse dentro de la Asamblea Constituyente.

Entonces nuestra primera alerta debería ser: Ningún político tradicional actualmente en ejercicio, debería ser nominado como miembro de la AC.

Algunas ideas para el contenido principal de la nueva Constitución:

El punto más importante para una nueva Constitución es dejar establecido allí que la soberanía, que es la autoridad máxima e inapelable de una sociedad, está en el pueblo y no en la nación.

Luego debe de establecer la forma en que el pueblo ejercerá y delegará esa autoridad.

Luego es importante definirnos como una sociedad esencialmente democrática, que considera el medioambiente como un componente básico para el bienestar social.

Considerar la eliminación del lucro en la educación, salud y previsión.

Todas las riquezas naturales, principalmente el agua, son propiedad de la sociedad.

El trabajo digno es un derecho.

Devolver al Estado la capacidad de desarrollar empresas productivas.

Autonomía y poder político a las regiones y comunas.

 

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