El drama que vive madre venezolana, porque sus hijos menores de edad no pueden ingresar a Chile para reunirse con ella
Crónicas 2 octubre, 2019 Edición Cero
Anyelina Rojas V.- Un dramático llamado a las autoridades chilenas formuló la periodista venezolana Karina Martínez, ante la grave situación que afecta a sus tres hijos, a quienes no se les permitió el ingreso a Chile, para que se produjera la reunificación familiar. Luego de permanecer varados en la frontera donde pasaron la noche y gracias a gestiones del INDH Tarapacá, los niños fueron acogidos en Pisiga, Bolivia, en el hogar que mantienen las religiosas Hermanas de la Caridad.
El niño del medio, de 9 años, se encuentra enfermo, afectado por la altura y no para de llorar llamando a su madre, situación que le produce mayor angustia a la periodista venezolana.
Karina, que ingresó a Chile en el 2017, se desempeña como profesional administrativa en una empresa de Santiago y dado a que cuenta con contrato y estabilidad laboral, decidió mandar a buscar a sus tres hijos menores de edad, de 15, 11 y 9 años. Su cuñado era el encargado de ingresar con ellos al territorio nacional.
Sin embargo, en la frontera de Chile, no se les permitió el ingreso a los niños, sí al tío, pero reusó pasar a nuestro país para cuidar a sus sobrinos. La razón que le dieron los funcionarios de Migracioneses que no pueden ingresar como refugiados, porque su madre cuando ingresó a Chile, lo hizo como turista. «Como mi cuñado tiene la visa de responsabilidad democrática, le dicen que pase él, pero no los niños, lo que me parece improcedente. Le dicen que los niños deben devolverse».
No se considera que después de 2 años, Karina Martínez, obtenga visa profesional, que le permite trabajar legalmente en nuestro país. “No entiendo que la policía actué así. Mis hijos están con sus documentos al día, pero la PDI dice que deben devolverse. Eso no puede ser, son niños y tienen derechos que los protegen. Además, la ley respalda la reunificación de la familia”, señaló la acongojada madre venezolana.
A su vez, valoró las acciones desplegadas por el INDH Tarapacá y su delegada regional Lorena de Ferrari junto a su personal “porque han realizado muchas gestiones. Como en Chile no han logrado nada, consiguió que mis hijos fueran acogidos por las hermanitas de la Caridad, en Pisiga, Bolvia”.
Karina, trabaja en Santiago, pero ahora se encuentra en Iquique, porque esperaba reencontrase con sus hijos. “Estoy angustiada. Si bien los niños están con mi cuñado, allá en la frontera son vulnerables, por las condiciones. El del medio está mal, le duele la cabeza, está mareado… no para de llorar. Ya no sé qué hacer”, señaló.
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Las instrucciones que emanan del ministerio de Interior, cuyos cerebros grisis son Chadwick y Ubilla, ante el inhumano trato a menores de edad en la frontera con Bolivia, en la localidad de Colchane, da para un comentario con epítetos que está publicación no reproduciría. Ojalá prime la cordura en las autoridades y apliquen las normas y tratados internacionales que protegen a los niños y dejen de lado la ideologízación
con que miran la migración y que han incorporado en las normas de nuestro país, que está dejando de lado aquello de «o el asilo contra la opresión» de nuestro himno nacional.