Dr. Alex Soza Orellana, Chileno, Iquiqueño, residente en Cuba.
Este primer día del año 2019, ha sido recibido con deseos de paz y prosperidad para todos, en el marco de la familia, del barrio, del pueblo, ciudades y naciones. Es lamentable que en muchos rincones de este planeta estos deseos son cosas tan lejanas, pero por lo menos creo que para el que tenga un mínimo de libertad de pensamiento en su corazón o en su espíritu se habrán articulado estos deseos.
Hay un lugar en este mundo donde las promesas y esperanzas de paz y prosperidad son ciertas y es en esta pequeña isla de Cuba.
Hace 60 años , el 1 de enero de 1959, un ejército verde olivo compuesto por jóvenes trabajadores, campesinos, estudiantes, intelectuales y profesionales del pueblo derrotaba a un ejército regular, equipado con modernas tecnologías y asesorado por el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica. Un hecho que estremeció al mundo informado y daba por cierto la posibilidad de construir una sociedad más justa.
Este Ejército Rebelde conformado fundamentalmente por fuerzas del Movimiento 26 de julio y junto a otras fuerzas opositoras a la dictadura de Fulgencio Batista, en su marcha triunfante desde las montañas orientales, ya iba implantando una que otra medida en beneficio de cada lugar que liberaba, principalmente en el campo. En definitiva había un programa que cumplir cuando triunfara la revolución y ese era el llamado “Programa del Moncada” cuyos contenidos y objetivos están en el alegato que hiciera el Dr. Fidel Castro Ruz en el juicio por los asaltos al Cuartel Moncada de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo: “La Historia me absolverá”. En el documento relata y denuncia las indignas e inhumanas condiciones de la gran mayoría del pueblo cubano y traza el camino a seguir para revertir la situación.
El Triunfo de la Revolución es parte del proceso iniciado en 1868 cuando Carlos Manuel de Céspedes inicia las luchas por la independencia del yugo español, allá en el mismo oriente cubano, es continuidad de la lucha de Antonio Maceo, Máximo Gomez, de Jose Martí de Julio Antonio Mella, Guiteras, Martínez Villena, de Chivás y muchos otros héroes del pueblo que dieron su vida en estos empeños. A los chilenos nos cabe el orgullo de haber aportado un grano de arena en este momento inicial con la participación de figuras como Vicuña Mackenna, Pedro Vargas Sotomayor que logró el grado de General de Brigada del Ejército Libertador de Cuba, y unos cuantos más que dejaron con honor su sangre en tierra cubana.
El triunfo del 1 de enero de 1959 ha traído importantes beneficios al pueblo cubano sobretodo en educación y salud, un pueblo que ha realizado grandes hazañas como el haber sobrevivido con valentía y dignidad centenares de campañas, maniobras, mentiras, agresiones y bloqueos de sus detractores encabezado por los Estados Unidos de Norteamérica con sus más de diez presidentes norteamericanos en estos 60 años. Y no es cuento eso de que ha sido una lucha de David y Goliat, la honda de David, en este caso, ha sido la ganadora como en la invasión mercenaria de Playa Girón, en el triunfo de la Alfabetización, en las honrosa medallas en el deporte, en los reconocidos logros de la salud, pero indudablemente no hay país que se compare con Cuba en la solidaridad.
La solidaridad ha sido y es un sentimiento muy arraigado en el pueblo cubano que ha beneficiado a millones de personas en este planeta. La solidaridad internacionalista, la amistad, la cooperación, la generosidad y humanidad han marcado la impronta de un pueblo unido identificado plenamente con su gobierno y sus líderes, a Fidel, a Raúl, con la memoria viva de Martí, Maceo, del Che, de Camilo y Almeida y se alza prácticamente invencible. También es cierto que siempre habrá un cubano blanco, negro, amarillo, mulato, joven, viejo, chico, gordo, con guapería irreverente, altivo que alzará su voz ante cualquier afrenta o con quien quiera meterse con Cuba, no importa a que imperio pertenezca, el español, el británico, el estadounidense u otro, con un enorme sentimiento de pertenencia, de patria, que va más allá del terruño que uno pisa.
La deuda de gratitud de los chilenos con esta Revolución es grande y no voy a extenderme en esto, solo recordar que muy tempranamente en 1960 médicos cubanos estaban en Valdivia ayudando a los damnificados tras el terrible terremoto y maremoto ocurrido, habían venido y traído unas cuantas toneladas de ropas y alimentos donados por el pueblo cubano, hecho replicado posteriormente con la Brigada Médica Henry Reeve en el año 2010, donde permanecieron 8 meses brindando todo tipo de atención medica a la población de la región en Rancagua y Chillan. Ni hablar de la atención a los refugiados, asilados y expulsados del país después del 11 de septiembre de 1973 y el apoyo a la lucha contra la dictadura.
Indudablemente a pesar de que han sido muchos los protagonistas de este proceso histórico que ya lleva 60 años, destaca sobremanera la figura de su líder histórico el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz que hoy no está al frente de la revolución, Raúl tampoco está, hoy es Miguel Díaz-Canell Bermúdez el presidente de los Consejos de Estado y Ministros quien, para que no haya duda al asumir su cargo, reiteró: “La Revolución Cubana sigue de verde olivo, dispuesta a todos los combates” y “vamos por más”.