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No es un misterio, hoy, que el principal centro de tortura y represión política, fue el Regimiento de Telecomunicaciones de Iquique, donde se recluyó... JJCC realizan intervención social en frontis de lo que fuera  centro de tortura y detención, Regimiento Telecomunicaciones

No es un misterio, hoy, que el principal centro de tortura y represión política, fue el Regimiento de Telecomunicaciones de Iquique, donde se recluyó a los prisioneros políticos y se aplicaron los más atroces apremios y torturas, previo a su traslado a Pisagua. En el lugar hoy se levanta la Escuela de Artillería Blindada, que se construyó sobre la unidad militar, en un intento de borrar la memoria.

Pero, después de 45 años, esa memoria de muerte y tortura, sigue más vigente que nunca. Tal es así que las Juventudes Comunistas  de Iquique, improvisaron una intervención social en el frontis de la ahora Escuela de Caballería Blindada, donde desplegaron un lienzo que señalaba con grande letras: «Aquí se mató, aquí se torturo».

En el lugar, junto con desplegar el lienzo, se entregó un mensaje, visibilizando públicamente lo que significó ese lugar de detención, e incluso muerte, porque en las dependencias del Regimiento Telecomunicaciones, se dio muerte a dos jóvenes militantes del Partido Socialista, Jorge Marín Rossel y William Miller Sanhueza. Ambos dirigentes, después de haber sometido a horribles sesiones de tortura, como consigna el informe Rettig, fueron trasladados hasta el cementerios, ya asesinados, metidos en sacos.

Con los cuerpos inertes, los carceleros pusieron un plan que con los años se desbarató y quedó en evidencia. Así, los militares montan un supuesto enfrentamiento entre los «terroristas», Miller y Millar, resultando muertos al ser repelidos en el falso ataque. Lo peor es que en este burdo montaje, cae muerto también uno de sus filas, el soldado  Pedro Prado, que cumplía con su Servicio Militar en Iquique.

Para dar más dramatismo a la situación, al inocente soldado, de 19 años, lo levantan cómo héroe militar. Más tarde, se puso su nombre a una calle.

En rigor, no sólo Marín y Millar fueron víctimas de la dictadura. También lo fue el soldado Pedro Prado Ortiz.  Un monolito recuerda a los militantes socialistas en el mismo frontis del Regimiento Telecomunicaciones.

INTERVENCIÓN

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