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Iván Vera-Pinto Soto/ Cientista Social, Pedagogo, escritor y teatrista Siguiendo la dirección de hacer memoria sobre la escena iquiqueña, hoy le corresponde el turno al... Teatro No Más, veintiocho años en la escena local.

Iván Vera-Pinto Soto/ Cientista Social, Pedagogo, escritor y teatrista

Siguiendo la dirección de hacer memoria sobre la escena iquiqueña, hoy le corresponde el turno al Teatro No Más (1990), el cual cumple el día 28 de este mes nada menos que veintiocho años de labor artística, de manera permanente y fecunda.

Pues bien, en lo tocante a los inicios de esta institución, Ramón Jorquera, su mentor, expresa: “Estábamos con Ignacio Prieto, un compañero de curso, estudiando algebra lineal y cálculo y comentamos que teníamos que hacer una obra para la semana “Mechona” de la primera Federación de Estudiantes que se instalaba al volver la democracia. Estaba de presidenta de ese organismo estudiantil Miriam Salinas. Fue ella la que llamó a crear un programa cultural.

Entonces nos pusimos a trabajar en una obra que se basaba en lo que vivieron los hermanos de Ignacio cuando estuvieron encarcelados como prisioneros políticos en Pisagua. Recuerdo que él me mostró unas cartas familiares. A partir de esos antecedentes, se empezó a escribir un libreto. La obra comenzaba cuando sus hermanos eran jóvenes y participaban en las protestas contra el régimen militar, en el período del “SÍ y el NO”. Justo cuando estábamos haciendo el montaje se encontraron en Pisagua las osamentas de los desaparecidos. Ese hecho brutal lo agregamos de inmediato al texto. Así nació “Fe y Esperanza en Chile”, entre marzo y abril de 1990, en un momento crítico en el país. Movidos por esa coyuntura política adoptamos el nombre de No Más”.

Luego, el mismo director, se explaya acerca de los supuestos estéticos que sustentaron sus posteriores creaciones. “Debido a que no teníamos un espacio propio, sin darnos cuenta comenzamos a trabajar dentro del estilo minimalista. Por lo tanto, no usamos escenografía. Y si en alguna vez la tuvimos como en la obra “Agáchate que vienen los indios”, a la cuarta función ya no la teníamos. Así era más fácil ir al Teatro Municipal, al Veteranos del 79, a las canchas y a cualquier lugar. Después empezamos a confeccionar un vestuario básico y concreto. Me recuerdo que para “Dragón” inventamos un vestuario que pudiéramos sacarnos y estar “al tiro” con el otro. Es decir, el estilo nació por necesidad. Al tiempo, eso transformó en lo que hacemos en la actualidad: el teatro del gesto, del cuerpo”.

Dentro de su historia el conjunto ha contado con diferentes referentes y colaboradores en su formación técnica. Por ejemplo, Hugo Medina que les enseñó sobre Comedia del Arte. Posteriormente, Martín Erazo y Patricio Pimienta, desde la Escuela de Teatro de la Mancha, hicieron su aporte en las técnicas del gesto. Un punto de inflexión fue la capacitación que tuvieron el año 2008 en clown, a cargo de Amaya Sologuren. En los últimos años, según Carlos Moya, un antiguo integrante, “se está explorando a Lecoq a través de los estudios que Ramón Jorquera realizara en Argentina y yo en Inglaterra”.

Al consultarte sobre la importancia que tiene la identidad iquiqueña en sus trabajos escénicos, Jorquera, señala: “Creo que no hemos hecho nada que no tenga que ver con Iquique. Todas nuestras obras han tenido que ver con nuestra ciudad desde “Fe y Esperanza en Chile”, “Cosas de la Vida” que hablaba de la otra tierra de campeones que eran los “cafiches” y los homosexuales. “Delirio Pampino” que tenía que ver con las Oficinas Salitreras, la que fue nuestra primera obra que tuvo que ver con el teatro gestual. También el trabajo con Patricio Riveros que fue fuerte para nosotros. Con el apoyo de él nos hicimos conocidos en el ámbito local. Cuando hicimos “El Cuento del Viejo Piojento”, las cuatro funciones que hicimos en el Teatro Municipal estuvieron llenas, porque trabajamos con él. Ahí aprendí que si uno contaba una buena historia como lo hacía Patricio, esa historiase podía contar en cualquier parte. Tal como el último trabajo que hemos hecho con la obra “Caporal”.

Jorquera al hacer un recuento de los principales logros alcanzado por su Compañía, revela: “Primero, lograr que un monto de gente que tenía una carrera universitaria se dedicara al teatro. Eso me parece interesante, pues muchos integrantes dejaron sus estudios para dedicarse profesionalmente a este arte. Mauricio Rivodó que está haciendo teatro en Europa; Cristián Núñez que empezó a estudiar Ingeniería Civil, actualmente está en Santiago haciendo teatro; Carlos Moya, la Pancha, que es otra socióloga dedicada al teatro…Bueno…Yo dejé mi carrera por el teatro. Segundo, el haber trabajado en las poblaciones presentando una obra que era contingente (“Fe y Esperanza en Chile) en plena dictadura militar. Tercero, la exitosa sociedad artística que hicimos con Patricio Riveros, ya que todas las obras que montamos de este escritor fueron éxitos. Y, finalmente, la dicha de viajar a Europa con el espectáculo de clown, donde se utilizaba el gesto, el humor y la imagen para comunicarnos con un público que no hablaba nuestro idioma. Por supuesto, también es importante el hecho que con algunos de compañeros hemos decidido, de manera definitiva, profesionalizarnos”.

Por otra parte, Carlos Moya, nos comenta la experiencia que tuvieron con el teatro para niños. “Algunos integrantes del Teatro No Más, tempranamente, desarrollaron actividades de animación infantil, aunque ellas no correspondieron al programa de la agrupación. Lo cierto es que siempre funcionaron como algo externo, a pesar que daba trabajo a muchos de los miembros. El grupo de animación más conocido fue “Entreteniños”, conformado por Iván Escares y Mauricio Villafaña. La primera aproximación a este formato fue “Circo Toto” (1994), dirigido por Hugo Medina; esencialmente era una obra familiar, pero como estaba en clave de circo-teatro la respuesta del público infantil fue amplia. El año 2004 se estrenó “Cuentos no tan Clásicos”, dirigida por Ramón Jorquera.

Fue una adaptación de cuentos clásicos en clave de comedia para público infantil. Para el año 2006 se estrenó “La Payacienta”; pieza extraída del cuento clásico “La Cenicienta”, adaptado libremente en versión clown, con las actuaciones de Katherine Lee, Jaime Urra, Jaime Rivera y Carlos Moya, bajo la dirección de Ramón Jorquera. El 2009 se estrenó “Tres Pequeñas Historias”, un trabajo unipersonal basado en cuentos, con la actuación de Ramón Jorquera. En último lugar, el 2010, debutó “El Gran Acto”; pensada para público familiar, con las interpretaciones de Katherine Lee y Carlos Moya; música original de Carlos Cámara. Todos ellos conducidos por el mismo director de la Compañía.

Desde estas líneas, solamente nos resta felicitar y estimular el inagotable trabajo escénico de este colectivo que nació como una iniciativa de los estudiantes de la UNAP por los años 90 del siglo pasado, y que hoy con su “Aurora Pampina” sigue entregando lo mejor de su empuje creativo, en procura del mentado desarrollo cultural de nuestra comunidad local, pese a todos los obstáculos y limitaciones que por siglos han tenido que enfrentar todas las entidades artísticas en su quehacer generoso y noble.

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