Iván Vera-Pinto Soto /Cientista social, pedagogo y escritor
En los años 50 del siglo pasado atención merece el nacimiento del Teatro del Liceo de Hombres,conformado por alumnos de ese establecimiento educacional y del Liceo de Niñas Elena Duvauchelle. Al respecto, Teruel Carrasco, uno de los miembros de esta organización, explica: “A mediado de la década de los cincuenta organizamos el Grupo de Teatro Estudiantil con la participación de estudiantes del Liceo de Hombres y el de Niñas. Participó el profesor Manuel Miranda y, también, la profesora de castellano, Eliana Vigorena. Montamos varias obras cortas. Tuvimos una presentación en el Teatro Municipal de Iquique en 1957 donde presentamos las obras Carolina de Isidora Aguirre y, otra que sellamaba “Martes, Jueves y Sábado” de Aurelio Díaz. El Municipal se llenó de estudiantes que asistieron a ver estas obras”.
Haroldo Quinteros Bugueño amplía la información: “En el Liceo de Hombres en el año 1957 teníamos un grupo de teatro estudiantil.La primera obra que hicimos fue “La breva pelá”, de Gloria Moreno. La compañía estuvo compuesta por muy buenos actores juveniles, entre los que recuerdo a: Juan Araya, Hugo Mery, Teruel Carrasco, Nolberto Carreño, Enrique Lucero, un muchacho de apellido Gahona, Henry y muchos más que ya he olvidado sus nombres. Los mismos participantes también colaboraron en los radioteatros que hicimos en la radio emisora Almirante Lynch. Antes que nosotros, Heine Mix hizo teatro en el Liceo. Él era un muchacho mayor que nosotros. Después fue un actor nacional en teatro y cine”.
Los registros periodísticos dan cuenta que esta agrupación continuó de manera regular trabajando hasta el año 1959. Precisamente se señala que en el mes de septiembre se llevaron a cabo dos estrenos: “Contrabando para el amor” y “Noche Oscura”. Además de una posible gira a la ciudad de Antofagasta. Un pormenor importante es el hecho que a esta fecha ya se encuentra fusionado el grupo liceano con la Academia de Experimentación Teatral Iquique, creada por los destacados directores Jaime Torres y Cecilia Millar (Diario El Tarapacá, julio de 1959).En otra nota del mismo mes se indica que el elenco se presentó en Cavancha, dentro de un trabajo de proyección hacia los barrios.El programa artístico incluía la intervención de un conjunto de cuerdas, recitaciones del alumno Guillermo Contreras, disertación sobre teatro del profesor Héctor Vidal Caballero y, finalmente de la obra de Lucho Córdova y Américo Vargas, “A mí me lo contaron”. Esta campaña de divulgación artística se amplía a la Sociedad de Artesanos, con el mismo programa, incluida la obra “Los amigos”,interpretada por los estudiantes del plantel.
Anexemos a lo anterior otra nota: “Activamente se siguen preparando los integrantes del Liceo de Hombres de Iquique, quienes trabajan conjuntamente con la Academia de Experimentación Teatral. Todos ensayan bajo la dirección de Fernando Torres, conocido integrante del Teatro Bancario de la capital” (El Tarapacá del 20‐03‐1959). La comedia de Córdova se presentó en las fiestas mayas y en el Liceo Nocturno Francisco Bilbao, fundado por la masonería iquiqueña.
Dentro del programa variado y extenso que cumplía este conjunto es atrayente la incorporación de las lecturas dramatizadas, un estilo que por esos días tenía mucha aceptación en la capital. Así lo registra la prensa escrita: “Además en esta oportunidad se presentará algo nuevo para el público de Iquique, una lectura dramatizada de la obra “Movimiento Judicial”, un aspecto del teatro que ha tenido mucho éxito en Santiago” (El Tarapacá, 27‐04‐1959).El 15 de agosto de 1959, este conjunto se hace presente ante las damas del Centro Social Yugoslavenski. Paralelamente,en el salón del colegio se efectúan diálogos de teatro a cargo de los profesores Manuel Miranda y Silvia Aguilar. Más adelante, sesumó el profesor Julio Romero Gorrotea, quien ofrecerá charlas sobre escenografía teatral (El Tarapacá, 23-03-1968).
Una iniciativa parecida fue concebida por el Instituto Comercial, el año 1968. Precisamente, un periódico divulgaba la formación de una Academia de Arte de ese establecimiento educacional: “El nuevo órgano cultural iquiqueño agrupa en su seno a numerosos maestros y aficionados del teatro, la música, el canto y la danza quienes dictarán cursos para los aficionados que lo deseen”160. En la misma nota periodística anuncian que se efectuarán charlas culturales en el Casino Español. Posteriormente, El Tarapacá (14-05-1969) informa que ciento cuarenta alumnos intervienen en dicha instancia artística, la que mantiene cursos de teatro, dibujo y pintura, danza,escultura y modelado, guitarra.
Por otra parte, desde comienzo de siglo las parroquias católicas apostadas en la zona también desarrollaron una actividad teatral importante para su labor catequizadoras, entre ellas mencionamos a la Iglesia San Francisco, Parroquia San José, el Obispado y laCapilla de la Plaza Arica, esta última en los años treinta levantó en un costado un saloncito de teatro.
Un nuevo pormenor que incluimos en este historial es la existencia de la Quinta Santa Rosa, inaugurada por los años cuarenta, cuyo inmueble perteneció originalmente a la Sucesión Ugalde. Estaba localizado en las calles Barros Arana con Thompson. Este recinto estuvo destinado para uso como restaurante, sin embargo, también contaba con una pérgola donde se presentaron cantores,artistas populares y actores con números artísticos que permitían amenizar almuerzos y comidas. Su permanencia se extendió hasta la década de los setenta. De igual manera, no podemos omitir la presencia del actor y director Julio Gallardo, con su conjunto artístico Almas Chilenas, el que enjulio de 1959 tenía en cartelera la obra “El suplicio del Tántalo”, en ella actuaban, aparte del mismo director, Margarita Consuegra, Ángela Boscosque, Raúl Moreno, Guillermo Mecías y Heriberto Consuegra (El Tarapacá, 06-07-1959).
En ánimo de incluir a todos los formatos teatrales, debemos mencionar que a nivel comercial también existieron algunos locales nocturnos que incorporaron en sus programas el teatro revisteril, el que tuvo mucha aceptación en el público masivo de Iquique delos años sesenta en pleno auge de la industria pesquera.
Gloria Sampson, una activa exponente de este género, declara:“En esos años actué con Nilo Valdés, Vidiella cuando venían a Iquique. Yo cantaba, bailaba y actuaba en sus revistas cuando me solicitaban. Recuerdo haber actuado en una obra que se llamaba “El romance de la niña”. También lo hice en muchas compañías que venían de Santiago al Teatro Municipal. En algún momento participé con Checho González. En otras ocasiones me presenté en las Carpas Móviles que se instalaban en un sitio destinado para los circos y teatros móviles, allí en la calle Vivarcon Tarapacá, frente a la Plaza Condell.
Para el año 1963 Juanito Lineros, quien fuera el propietario del Murex organizó una carpa móvil, incluía canto, teatro y bailes. Con esa compañía viajamos a Pisagua, Arica y Pica. Después me invitaban para las fiestas de primavera, donde alcancé mucha popularidad entre los pampinos. La misma rutina hice en el Maxim, cuyo dueño era don Nilo Cabré. Después canté en el Ragú, de Gustavo Yong y Ramón Montoya; de igual forma lo hice en Ludimar y Dominó. A todos estos locales venían de la capital bailarinas y cómicos. Algunas veces se instalaban con carpas propias en el mismo espacio donde después se construyó la Casa del Deportista. En ese terreno se presentó Mónica Val, Daniel Vilches, Mino Valdés, Guillermo Bruce, Manolo González y Eduardo Thompson. El programa incorporaba bailarinas, cantantes y sketch. Eran espectáculos para toda la familia. Se contaban chistes, pero eran blancos. No se decía ninguna grosería como ahora, pues asistían niños y adultos. Los precios eran muy bajos y se llenaban las carpas con todo tipo de público. Algo parecido ocurrió en el Teatro Nacional, frente al mercado. Recuerdo haber visto en ese local a Alberto Castillo, Julio Jaramillo, Ginette Acevedo, Miguel Aceves Mejía, entre tantos otros”.
Es claro que Iquique, como todo puerto, desde siempre ha sido una ciudad bohemia que se ha caracterizado por sus bares, boîte, prostíbulos y otros locales nocturnos, sin embargo, una época de alta demanda fueron los años sesenta, ya que la industria pesquera había levantado medianamente el poder adquisitivo de su población.En relación al grado de desarrollo técnico de este modelo teatral comercial digamos que mantuvo la antigua praxis de los teatros espontáneos neo o seudo románticos, basados en el juego insustancial, mezclado con un humor ingenuo y acompañado de damas emplumadas que se deslizaban en escena luciendo sus atuendos y sus esculturales cuerpos, al compás de los básicos y sensuales pasos coreográficos.
Fuera de los teatros y espectáculos citados, no contamos con mayores evidencias de una actividad teatral regular, salvo las desarrolladas por Irma Barón de Venturelli, profesora del Liceo de Niñas y los eventos estudiantiles que se dieron en los colegios, en el Teatro Municipal y el Teatro Arauco.