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Daniel Ramírez / Economista Discriminar, está definido en el diccionario de habla hispana como el  acto de hacer diferencia en el trato a personas... Discriminación

Daniel Ramírez / Economista

Discriminar, está definido en el diccionario de habla hispana como el  acto de hacer diferencia en el trato a personas o colectividades por razones políticas,  raciales, religiosas, de sexo, etc. En el etc. se oculta la discriminación más común y  masiva y que rara vez se menciona. La discriminación de la pobreza.

La discriminación por pobreza la vivimos todos. Esta no es otra cosa que la discriminación sufrida por la ubicación que se tenga en la escala de ingresos generada por el sistema económico en que se vive.

Es una discriminación a la que estamos tan  acostumbrados que creemos que es una forma natural de relación y no la percibimos e incluso adaptamos nuestras vidas a ella. ¿Se le ocurriría a alguien que vive en Estación Central, querer cambiarse a Vitacura? De partida las empresas inmobiliarias no van a construir casas para familias de trabajadores en Vitacura.

De las 37 comunas que tiene la ciudad de Santiago, no hay más de tres o cuatro comunas que esconden a la crema de la clase dirigente nacional y ese es  un mundo aparte. Allí no  falta nada que sea necesario para hacer la mejor vida posible de un ser humano. En esas  comunas hay casas de centenares de metros cuadrados construidos en terrenos de miles de metros cuadrados. Existen los más lujosos y mejores restaurantes y locales comerciales. Se ven circular los más exclusivos vehículos.

Los espacios públicos o áreas de parques,  exceden los requerimientos normales. El transporte público aunque a veces innecesario, es el mejor. Allí están las mejores clínicas y hospitales, las mejores escuelas, los mejores cines y los más actualizados espectáculos culturales. Viven también allí altos funcionarios de las FFAA y de la iglesia católica, ya sea por razones familiares o de acercamiento conveniente.

Es una clara discriminación urbana que a nadie parece incomodar.

En Santiago hay comunas en que el m2 de construcción vale UF 93 y otras en que vale UF 40, es una diferencia que establece el mercado y que así es servida a la ciudadanía. La discriminación por precio es una herramienta de selección inherente a nuestro sistema de sociedad.

La existencia misma de Santiago es de una profunda discriminación y desprecio por el resto del país. A pesar de sus problemas internos, la metrópoli, como en tiempos de la colonia, es siempre privilegiada en las decisiones sobre inversiones en infraestructura socialy productiva.

Los que viven medianamente bien en Santiago, viven la vida de un ciudadano del primer mundo y eso a costa del esfuerzo productivo y del consumo de las regiones.Esa es la vida que espera a nuestros elegidos parlamentarios y que muy pronto los seduce y terminan abandonando sus deberes y olvidando porque y para que fueron elegidos.

Es parte de nuestra herencia cultural, el creer que quién trabaja en Santiago es más capaz y tiene más categoría profesional que quienes lo hacen en regiones.

En el Iquique de los cuarenta y cincuenta, cuando llegaba algún iquiqueño trasladado desde Santiago a trabajar en cualquier servicio público, este era admirado por sus conciudadanos. Es cierto que ya no es así, pero vimos a nuestros padres y abuelos viviendo así y esos son rasgos que quedan en nuestra base cultural y que desgraciadamente, han facilitado las cosas al centralismo humillante que vivimos y que no es sino una muestra más de discriminación.

A la metrópoli no le conviene creer que las regiones podemos gobernarnos con la eficiencia necesaria y no lo creen. De aceptar la autonomía de las regiones perderían una gran cuota de poder y sobre todo, una capacidad  para aprobar y destinar fondos  estatales a grandes proyectos, es decir disminuirían en su capacidad de hacer negocios.

La discriminación que el Estado ejerce contra la población de TilTil, al aprobar a través de la comisión de ministros, el relleno sanitario que recibirá toda la basura industrial y doméstica de Santiago, es una muestran de que esta sociedad en que vivimos, solo escucha a quienes  pertenecen al quintil que es dueño del 72 % de la riqueza de este país. Una sociedad que no tiene consideración por el ser humano, si es que este no es un potencial generador de negocios. Seguramente, ningún ministro vive en TilTil.

Otra muestra de discriminación que nos ha afectado y que recién estamos empezando a conocer en toda su magnitud, es la situación de privilegio con que se autobeneficiaron las FFAA durante la dictadura. Crearon las AFP, un paraíso para las grandes empresas financieras nacionales e internacionales, a cuya disposición pusieron todos los fondos que acumulan los trabajadores para su pensión de vejez. Pero ellos se quedaron fuera del proyecto de Piñera y mantuvieron y mejoraron, para su beneficio, el sistema de reparto. Ahora sabemos que ellos se jubilan a los 20 años de servicio con la mitad de su sueldo y a los 30 con el 100 % de su remuneración. Pero además muchos de ellos son contratados con excelentes remuneraciones después de jubilados y se generan pensiones millonarias.

Si el tribunal constitucional no entiende que con estas acciones se están violando además del art. 1 de la Constitución el art. 19 N° 22 y 19 N° 8 en el caso de TilTil, quiere decir que no entiende nada, o que la Constitución es una pantalla que se usa ocasionalmente, cuando conviene a los intereses dela clase dirigente.

 

 

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