Sebastián Chang/ Profesor de Historia y Geografía
Hoy en día las tecnologías relacionadas con el mundo de la informática y de las aplicaciones móviles, han avanzado mucho en la última década hacia una integración real dentro del quehacer de muchas personas e instituciones. En la actualidad, a pesar de que aún existen casos, es poco probable encontrar personas que no hayan incorporado a su cotidiano vivir, algún tipo de tecnología informática (también conocidas como TICs, “Tecnologías de la Informática y las Comunicaciones”) dentro de su quehacer doméstico o laboral.
Hace poco más de una década, las herramientas informáticas como el computador eran un plus o un elemento innovador, se contemplaban como un valor agregado a cualquier proceso de gestión o de desarrollo laboral. La “computación” como se le llamó a este mundo de teclado, pantalla y softwares, llegó con fuerza a tomarse las casas, los colegios y las oficinas, a pesar de la reticencia de muchos a dejar los procesos manuales y empezar en lo que hoy llamamos tan cotidianamente “la era digital”.
Sin embargo, las visiones cambian, las herramientas informáticas son un valor integrado en los procesos productivos, educativos y domésticos. Esto claramente ha sido posible por varios factores: bajas en los costos de adquisición de equipos y programas (aplicaciones), que los hacen más accesibles; la masificación del uso de herramientas informáticas en la vida cotidiana de las personas, especialmente en niños y adolescentes, como los son los dispositivos móviles – sean tablets o teléfonos inteligentes o Smartphone. Y por último, el alto nivel de innovación que en programas y dispositivos, que nos sorprende día a día, como es el caso de la tecnología realidad virtual que son tendencia hoy.
Ahora, con tan variada gama de marcas, modelos, aplicaciones y accesorios que nos ofrece el mundo de la Informática, que es el concepto correcto a usar, la interrogante que surge es cómo integrar toda esta oferta a la gestión patrimonial o al mundo del patrimonio cultural. Esto en especial cuando a simple vista palabras como patrimonio y tecnología no parecen muy afines, ya que la primera pareciera estar más ligada a lo antiguo y claramente la segunda a procesos más modernos o actuales.
Por el contrario, podemos encontrar varios casos en cómo la internet, los dispositivos móviles y aplicaciones informáticas se han conjugado para materializar ideas asociadas con lo patrimonial: tenemos el sitio memoriachilena.cl, Dibam.cl, el sitio del Museo Histórico Nacional o el caso de un sitio de la PUCV ya extinto llamado ODISEA, proyecto en donde se pretendió generar una base de datos con material didáctico -de libre disposición-, para la asignatura de historia y geografía en Chile. También tenemos casos más locales, como memorianortina.cl, webtarapaca.com, o casos que usan de plataforma las redes sociales como “Fotos Ochenteras” en Facebook.
Ahora bien, el desafío no se queda sólo en integrar las TICs al quehacer patrimonial, y que éstas sirvas de herramientas de visibilización de nuestra riquezas cultural, que es muy importante: la otra fase del trabajo es levantar un sistema o plataforma con forma y con fondo, es decir que lo innovador no sólo se quede en lo tecnológico o mejor dicho en la buena integración de un recurso informático novedoso, sino que además contenga un contenidos acabado, con información confiable, atractiva, variada y actualizada.
Esto último es de suyo relevante, ya que la actualización le da dinamismo a la plataforma, sea ésta un web site o una aplicación móvil. Si queremos posicionar nuestro producto digital en los top de búsqueda de google, entonces tenemos que constantemente publicar nuevos contenidos – sean en artículos escritos, nuevas galerías o registros audiovisuales –; en realidad el formato no importa tanto.
Y claro, aunque parezca obvio, lograr siempre integrar el uso de las redes sociales, puesto que hoy no podemos hablar de informática o de TICs sin Facebook, twitter, Instagram, Pinterest, flickr, youtube, mixcloud, entre muchas más. De esta forma, hemos entendido y armado un concepto en el proyecto FicTarapacá en el Mundo, integrando un sistema de Web Site – o sitio web si se prefiere – con una serie de plataformas de redes sociales disponibles, como Flickr y sus más de 3.000 fotografías en sus galerías de imágenes, Youtube para soporte de registros audiovisuales con más de 200 publicaciones de buen sonido e imagen, Mixcloud para levantar audio streaming, y evidentemente las redes sociales como difusión y medio de masificación de la información, como Facebook, Twitter e Instrgam. De esta forma y con ese espíritu es que hemos logrado posicionar más de 65 mil visitas en no más de 16 meses en la web.
El llamado a futuro es seguir ideando y dando formas a más sistemas informáticos relacionados con lo patrimonial, y la pregunta es ¿qué más podemos hacer? Siempre se debe tomar en cuenta que la innovación no radica exclusivamente en lo tecnológico, ya que en esencia se basa en lo informático, que no es más que usar las TICs verdaderamente para informar, en otras palabras, si la herramienta no VISIBILIZA, es que no está logrando sus propósitos… No olvidar forma y fondo.