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   Guillermo Jorquera Morales/ Director del Teatro del Norte (1973-2005)  “Esta obra tiene que ver con el valor que tiene el hombre para si mismo... La última Recomendación de Egon Wolff

  guillermo-jorquera-columna-1 Guillermo Jorquera Morales/ Director del Teatro del Norte (1973-2005)

 “Esta obra tiene que ver con el valor que tiene el hombre para si mismo y con la aventura audaz que realiza para encontrar un lugar entre los suyos. Para algunos una empresa gigantesca e imposible. Para otros, un juego maquinal e inconsciente. Para todos un desafío a incorporarse en el taconeo.

Se me consolidó esta certeza una tarde en que presencié a un mendigo, sentado en las asoleadas gradas de una entrada de casa, en un soñoliento barrio poniente de nuestra ciudad. Lo cubrían solo tiras. No tenía una sola prenda que hermanara con otra. Una mata de pelos inmundos le caían sobre su rostro devastado. No tenía zapatos sino solo trozos de neumáticos atados con alambres bajo las plantas de sus pies negros y desnudos. Una ruina en suma.

Había, sin embargo, en él, un hecho que le confería algo así como una luminosa grandeza y que llamó mi atención. Era el acto de limpiarse sus uñas. Premunido de los restos de un tenedor quebrado al cual le quedaba un solo diente, se las limpiaba con una tierna meticulosidad, con tan concentrada escrupulosidad, que me llevó a sentarme sobre una grada vecina para poder observarlo mejor. Realizaba el acto con delicado esmero, puliendo cada una, limpia ya, contra la solapa de su sucia casaca militar y soplándola luego con su aliento.

Todo el tiempo del mundo le llevó esta faena, hasta que, al fin, salió de la casa una mujer que le traía un plato de sopa, que seguramente le había ofrecido. Desapareció la mujer y el puso a un lado el plato, le dio un último vistazo a sus manos, las contempló a la distancia, se enamoró de ellas y solo entonces, con todo el hambre que, seguramente, tenía, se dispuso a sopear.

Eso me llevó a meditar sobre el significado. Sus uñas. El último residuo de la dignidad de un hombre. De ese hombre que sobre seguro había perdido todo. El retrato vivo de su última identidad. Y entonces pensé que valía la pena escribir algo sobre eso. Y nació la idea de esta obra.

Los caminos del autor son, sin embargo, erráticos. Uno busca metáforas para explicar lo que se quiere decir. La creación tiene eso de atractivo: lo indirecto. Tal vez alguno dirá que no hay parentesco alguno entre un mendigo que valida sus uñas limpias, cuando ya no tiene nada que ofrecer de si, y ese otro individuo que necesita una recomendación para poder reafirmar su derecho a existir, en una sociedad que transita a su lado, cruel, implacable, inadvertidamente. Yo encuentro que lo tiene y aquí ofrezco mi interpretación. Es una Visión, que sin embargo, pretende ser risueña. Tan risueña  como puede llegar a ser la propia perplejidad ante la vida que nos hemos construido”.

                                                                                              Egon Wolff

Este texto, obviamente escrito por el autor, está inserto en el programa de la obra, que curiosamente fue la última puesta en escena del TENOR, en sus últimos intentos por permanecer vivo en el quehacer teatral iquiqueño, tras su afán de valorar el teatro chileno,como una acción un poco desesperada; morir a telón abierto, similar a terminar con “las uñas limpias”, como las del mendigo que menciona Ego en la presentación del programa.

La Recomendación, de Egon Wolff, fue estrenada por el TENOR en la Sala del Teatro Expresión de la UNAP, con la presencia del autor, el 27 de julio del año 2005. Y después de una corta temporada en la Sala de Teatro de la Escuela Artística “Violeta Parra”, cerró definitivamente el telón.

Egon Wolff, Premio Nacional de Arte de la Representación y Audiovisuales de Chile 2013, falleció ayer (2/11/2016) a la edad de 90 años.

Otro grande del Teatro Chileno que nos deja.

Muchas gracias Maestro por su prolífica dramaturgia chilena y especialmente por la última Recomendación para el TENOR.

 

 

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