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Mauro Zarricueta Rojas/ Estudiante  en práctica, Sociología UNAP Es necesario comprender que todos nosotros, en nuestra condición de seres sociales y, en permanente interacción... Discoteques, como un Neo Aparato de Dominación

mauro zarricueta r brMauro Zarricueta Rojas/ Estudiante  en práctica, Sociología UNAP

Es necesario comprender que todos nosotros, en nuestra condición de seres sociales y, en permanente interacción con los demás,  nos encontramos bajo diversos procesos de dominación. Fundamentalmente, se trata de factores inconscientes y cotidianos, que moldean nuestros gustos, forma de ser, de comportarnos siendo tan potente, que no somos capaces de observarlo debido a que ya se encuentra totalmente naturalizado.

Es común que las personas creamos que determinamos el entorno  con nuestra conducta, especialmente si tenemos una visión crítica de todo lo social; pero, la verdad es que somos en gran medida lo que el colectivo social hace de nosotros. Es ilusorio creer que somos lo que queremos ser; todos estamos en mayor o menor grado, moldeados por estos elementos de dominación, que se nos traspasan tan sutilmente, que ni nos percatamos de aquello.

Por señalar un ejemplo, cotidiano y burdo tal vez, creo que eso lo podemos  ver en nuestra cédula de identidad; aquella que nos identifica con nombre y apellido; y con todos nuestros datos ciudadanos. Sin este documento, no somos nadie ni podemos actuar en los aspectos formales de la sociedad. Dirán que el llamado carné, es necesario. Sí, lo es, pero también nos homogeniza, nos identifica y cataloga. En definitiva, nos cobijamos en un paragua de dominación.

Sin embargo, como decía, este ejemplo es cotidiano y burdo; probablemente útil y necesario, pero hay otros aspectos dominadores que son imposibles de observar de una manera física y que se traspasan mediante los usos y costumbres.

Lo más común es hablar de una dominación por parte del Estado, ya sea mediante diversas instituciones o políticas  públicas que se implementan, pero para este caso, saldremos de aquello y vislumbraremos cómo la dominación hoy existe, incluso, desde la sociedad civil y en específico para la juventud.

Para abordar el mundo de los más jóvenes, me remito a las discoteque o “discos”, que constituyen un espacio de ocio, habitualmente frecuentado por jóvenes, en dónde la actividad principal para recrearse y pasarlo bien, es el consumo de alcohol y el baile. Ahora bien, se expondrán una serie de argumentos que permiten establecer a la discoteque como un ente dominador.

Veamos de qué se trata. En primera instancia el mundo que gira alrededor de una disco, es un mundo lleno de prejuicios y estereotipos creados por un mundo globalizado, mercantilizado y bajo el paradigma del patriarcado, donde se imponen modas, costumbre, comportamientos, lenguaje, forma de relacionarse con los pares. En definitiva, es lo que llamaré una cultura discotequera.

Un elemento fundamental para entender lo planteado, es la jerarquización que se da dentro de este espacio, ya que los jóvenes se separan o distribuyen en los espacios de la discoteque, o tipos de de discos, dependiendo de su capital social. Existe un sector donde se instalan aquellos que llevan “un tiempo mayor” acudiendo a una discoteque, es así que dentro de esta existe una apropiación del espacio, que un algún momento podría generar conflictos, arraigado al territorio.

Al ser un espacio que promueve el baile, el género musical toma gran relevancia; ya que existe una línea “editorial” que determina la música que sonará durante una noche normal de funcionamiento; obviamente determinada por un mercado global en lo que respecta a música. Las discoteque de jóvenes principalmente hacen sonar reggaetón, cuya letra no tiene ningún contenido social, y música electrónica. Desde la música podremos plantear la existencia de una colonización, en el entendido que la presencia de música chilena es poca o nula.

Los accesorios, principalmente tecnológicos, generan un statu quo dentro de este espacio; es así que las marcas de celulares inteligentes juegan un rol fundamental. Muchas veces los jóvenes llegan a gastar gran cantidad de dinero, del que no disponen, para adquirir un Smartphone de última generación, buscando aceptación por parte del grupo.

Por último, y uno de los aspectos más importantes es la vestimenta, ya que es la apariencia a partir de lo que se viste,  lo que genera la más fuerte jerarquización. Existen, según diversas opiniones, dos tipos de personas. Aquellas que visten de forma normal o casual; y aquellas que ritualizan el ir a una disco, presentándose con una vestimenta acorde a las normas sociales surgidas en el entorno; en otras palabras vestirse y maquillarse de una manera especial sólo para asistir a la discoteque.

Ahora bien, dentro de nuestra sociedad patriarcal, donde existe una distribución desigual del poder entre hombre y mujeres, el género femenino es el que deberá optar por cierto tipo de vestimenta para ir a una discoteque. Desde aquí surge la interrogante, si es que el sexo femenino se hace la pregunta del porqué deben vestir así. Creo que las normas sociales obligan a la mujer a maquillarse y vestir de manera estrafalaria para hacer ingreso a la disco, entonces la discoteque homogeniza a la mujer, las viste a todas de una manera similar y hace que todas actúen de forma  acorde con el espacio donde se encuentren.

Por otro lado cabe mencionar que la discoteque es uno de los pocos espacios donde se reúnen únicamente jóvenes, es raro ver a una persona adulta en aquel lugar. La discoteque también es un espacio donde los jóvenes nos alejamos del adultocentrismo y podemos actuar de forma natural, sin obedecer ciertos cánones establecidos por nuestra sociedad adultocentrista, en la que el joven tiene poca o nula preponderancia; más bien se establece a la juventud como un proceso de “madurez” hacia la adultes.

La intención no es hablar contra los jóvenes que acuden a la disco, quienes son libres, más bien es dar una postura estructural desde la mirada de las ciencias sociales a diversos procesos que se dan dentro de aquel espacio físico, y cómo es que un espacio puede definir a un sujeto social en su diario vivir, o bien como un espacio de dominación especialmente hacia los jóvenes, quienes desde el adultocentrismo; seremos encargados de dirigir el futuro.

Entonces lo planteado apunta que la discoteque nos domina a los jóvenes, quizás no de una manera explícita; pero genera un lenguaje (mundo virtual y cotidiano), patrones de vestimenta, normas sociales juveniles. En mi forma de ver el mundo, la discoteque no promueve la conversación, la lectura, ni menos el sentido crítico; sino que moldea a jóvenes funcionales al sistema.

 

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