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Un interesante artículo sobre el rol de las Universidades y la crisis que vive hoy el sistema de educación superior, asociando aquello, a la... Universidades: Preguntas que nos inspira san Alberto Hurtado

horacio larrainUn interesante artículo sobre el rol de las Universidades y la crisis que vive hoy el sistema de educación superior, asociando aquello, a la visión que tenía el padre Alberto Hurtado, canonizado hace 10 años, preparó el arqueólogo y antropólogo cultural, Horacio Larraín, texto que fue publicado en la Revista Mensaje, en su edición N° 642.

A continuación, el texto de dicho artículo

Los numerosos casos de delitos e irregularidades que han afectado en las últimas semanas al país tienen como elemento común el protagonismo de profesionales o empresarios que cuentan con una destacada formación académica. Y es así que pareciera que la obtención de títulos universitarios, incluso posgrados, en las mejores casas de estudio de Chile y el extranjero no es un factor que reduzca la posibilidad de que se ejerzan prácticas gravemente reñidas con la ética.

Lo anterior nos plantea un punto de análisis que hoy no se aborda con la frecuencia necesaria: la formación en valores de quienes cursan la educación superior y, más tarde, asumen diversas responsabilidades en la conducción de actividades que resultan importantes para el país.

Quisiera abordar este tema, precisamente, con motivo de que, al cumplirse diez años de su canonización, se esté hoy recordando la obra y el pensamiento del padre Alberto Hurtado. Él tuvo una clara preocupación por la educación como acción transformadora de los hombres, en tanto actividad esencial para que en nuestra sociedad se promueva el bien común. En las líneas siguientes, busco inspirarme en expresiones que formuló en su texto “Misión del universitario” para, a partir de ellas, ofrecer algunas ideas.

Él, abogado, sacerdote y, por añadidura, pedagogo de excelencia, fue autor de varios libros de pedagogía. Tenía de sobra los conocimientos para opinar sobre la universidad, su rol y sus objetivos básicos. Por cierto, no es nuestra intención hacer aquí un estudio de la universidad y sus fines, ni abarcar todo el pensamiento del Padre Hurtado sobre la materia. Solo nos convoca el interés por hacer reflexionar sobre el contenido de un texto escrito por un hombre visionario, hoy santo de la Iglesia católica.

LOS ATRIBUTOS DE UNA AUTÉNTICA UNIVERSIDAD

En el documento señalado, se lee: “La Universidad debe ser el cerebro de un país, el centro donde se investiga, se planea, se discute cuanto dice relación al bien común de la nación y de la humanidad. Y el universitario debe llegar a adquirir la mística de que en el campo propio de su profesión no es solo un técnico, sino el obrero intelectual de un mundo mejor”.

Las frases que anteceden nos sugieren lo que podría ser un paradigma de lo que para el Padre Hurtado debía ser tanto la Universidad como los académicos y profesionales formados por ella. Y atendamos a que él no se está refiriendo a una universidad católica, sino que alude a toda universidad, en su sentido primigenio y profundo. Se trata de una formulación que da cuenta, en buena medida, de los frutos que debe entregar una institución de este tipo: el grado de formación de sus alumnos, la calidad de sus académicos, sus servicios y actividades, sus publicaciones y revistas, su aporte real a la solución de problemas regionales, su influjo orientador en la sociedad y el respeto que se le tiene en la sociedad —la ciudad o la región— donde se inserta.

1. “Debe ser el cerebro de un país”, nos dice el Padre Hurtado. Es decir, una masa crítica pensante, para lo cual tiene que reunir un grupo de pensadores y no solo maestros ejecutores o repetidores de materias. Pensadores en ciencia, arte, filosofía, historia, antropología, sociología, educación, economía y derecho. ¿Qué universidades merecen este título en nuestro país?

2. “Debe ser un centro donde se investiga”. Es decir, donde se examina lo que “dice relación con el bien común” de la región o el país. De ese tipo de investigación se trata, no de temáticas que poco o nada tienen que ver con las necesidades reales de la comarca donde se sitúan. Y para investigar se necesitan, además de los conocimientos teóricos, bibliotecas especializadas y elementos de trabajo básicos. En Chile se crearon las llamadas “universidades regionales” para estudiar la región y contribuir a solucionar sus problemas más acuciantes. Sin embargo, ¿cuántas de ellas —y cuántas nacionales— realmente investigan y cuántas de ellas solo repiten en sus aulas lo ya bien sabido?

3. “Debe ser un centro donde se planea [planifica]”. La masa pensante, que es nervio y vida de la universidad, tiene como misión esencial pensar el futuro y prever el desarrollo de las acciones en curso, estudiar el destino de las mismas, observar su influjo (positivo o negativo), para ser así capaz de modificar el rumbo o modificar a tiempo cátedras y programas. En otras palabras, la Universidad tiene que ser dinámica por esencia, porque el mundo a su alrededor es igualmente cambiante y dinámico. ¿Cuántas universidades pueden decir con honestidad que poseen un núcleo de “pensadores del futuro” de su región o del país?

4. “Donde se planea y discute cuanto dice relación al bien común y de la humanidad”. Se discute: palabra clave del Padre Hurtado que da a entender la necesaria presencia del debate, la discusión y la controversia acerca de los problemas que se examinan. Nada de predicación ex cathedra, que queda solo para las verdades o los dogmas de la fe, en el caso del creyente. En lo demás, también en el campo de lo ético, se debaten y examinan diversas proposiciones en la búsqueda del “bien común”, objetivo que debe ser el faro iluminador de un proceso universitario, supone aunar voluntades y criterios en materias discutibles.

En esa mención a la “búsqueda del bien común” aflora la faceta social del Padre Hurtado: aquí está el germen del Hogar de Cristo, la Asociación Sindical Chilena y de revista Mensaje. Aquí nos preguntamos qué aspectos del bien común se discuten concretamente en nuestras universidades, si en ellas nos ocupamos del porqué de los descontentos que se manifiestan en nuestras sociedades, del fenómeno de los movimientos sociales, los nuevos desafíos de la participación ciudadana, el tema migratorio, el calentamiento global, la escasez del agua, la desertificación o los efectos de la explotación indiscriminada de los recursos naturales.

5. “El universitario debe adquirir la mística de que no es solo un técnico, sino el obrero intelectual de un mundo mejor”. Pues la “mística” es la hermana mayor de la austeridad, la sobriedad y la pobreza. Y es la antítesis misma de los honorarios abultados, los sobreprecios, las boletas “ideológicamente falsas”, las trampas a Impuestos Internos o el robo al erario nacional. ¿Cuánta “mística” es observable hoy en las carreras universitarias, entre sus académicos o estudiantes?

6. “El universitario debe ser el obrero de un mundo mejor”. Indudablemente, ese sublime anhelo no estaba en la mente de quienes impulsaron las defraudaciones que recientemente hemos conocido, pese a ser ellos “frutos” maduros de universidades chilenas. ¿Cuánto de ética se les habrá hablado en su época?

PRIMACÍA DE LA ÉTICA

Todas las materias universitarias, si pretenden ser verdaderamente “humanas” —esto es, en beneficio del hombre social—, deben someterse al dictamen de la ética. Este año hemos observado cómo en algunos planteles se ha iniciado un mea culpa y una reflexión en ese sentido. Sin embargo, la mayoría de ellos no se ha hecho ese planteamiento aún.

La definición que nos indican las palabras del Padre Hurtado puede apuntar a un auténtico “ideal de Universidad”, recordándonos lo que quiso ser la auténtica universidad en la Edad Media: “Universitas Magistrorum et scholarium”, esto es, “la totalidad de maestros y estudiantes” que buscan, como totalidad, “engendrar y transformar al hombre por obra de la ciencia y el saber”. Se trata de transformar al hombre, poniéndolo al servicio de la humanidad toda o —en nuestro caso— del propio país o región.

En pocas líneas, apretadas, pero diáfanas y expresivas, san Alberto Hurtado alude a la verdadera misión de la universidad y del universitario hoy. Nos traza una meta ardua y compleja, a la que las auténticas instituciones de educación superior deberían aspirar. ¿Qué universidades chilenas se la han fijado como objetivo en su actuar en la sociedad moderna? MSJ

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