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Sólo los iquiqueños pueden entender el profundo sentido del “avísale”. Un saludo cariñoso que puede significar hola, chao, te veo pronto; o algún día... ¡Avísale Juan! El saludo de despedida en funeral del destacado iquiqueño Juan Prieto Henríquez

juan prietoSólo los iquiqueños pueden entender el profundo sentido del “avísale”. Un saludo cariñoso que puede significar hola, chao, te veo pronto; o algún día no reuniremos. Así, con esta palabra infinita, y teniendo de fondo el himno de Iquique, los familiares y gran cantidad de amigos, despidieron a Juan Antonio Prieto Henríquez, 62 años, destacado dirigente deportivo del Club Norteamérica, ex seleccionado nacional de basquetbol en su juventud y ex prisionero político del campo de prisioneros de Pisagua.

Juan Prieto era el cuarto de 11 hermanos, Y fue el primero en morir, producto de una problema hepático que lo perseguía hace varios años. Como relató su hija Verónica en la despedida, el vino le sirvió para ahogar sus penas de ex prisionero político. Cautiverio que compartió junto a otros tres hermanos: Fernando, Angel y Francisco, actual Seremi de Educación.

Sin duda que el discurso más emotivo fue el de de Verónica, Y los rostros compungidos de su esposa, de sus otros tres hijos y sus  hermanos

El mayor de los Prieto Henríquez, Manuel, acaba de jubilar como profesor. Contó que su hermano, que se guardaba todo, “nunca contó todo lo que vivió en Pisagua y decía que no lo habían torturado. Sin embargo, hace una semana, le contó todo a Patricia, su esposa…  Allí creo, logró entender muchas cosas”.

Luis Caucoto Ortega, compañero de prisión política de Juan, recordó que era un amante de su familia. Y que era lo único que tenía en mente mientras estaba preso. Tampoco soportaba ver a sus hermanos sufriendo el mismo cautiverio, en Pisagua.

HISTORIA DE VIDA

Francisco Prieto, en representación de los hermanos, recordó la historia de vida de la familia Prieto Henríquez y relató de cómo el golpe de estado cambió sus vidas, como la de muchos chilenos. Juan Antonio estudiaba en la universidad para el 73, pero al ao siguiente fue detenido y luego relegado a Caldera.

Allá tuvo que ingeniárselas para solventar a su familia. Y se transformó en hombre de mar, dejando atrás su sueño de ser profesional. Aprendió a bucear y el mar fue su sustento, hasta hoy, ya que su familia sigue la tradición.

PASTILLAS Y CHALLA

La despedida de Juan Prieto, fue desde su velatorio una larga tertulia de familiares y amigos, con música nortina, valses peruanos y todo aquello que le apasionó a este iquiqueño del barrio El Morro.

Al momento de la sepultación, siguiendo la tradición navideña, se arrojaron pastillas y dulces. También mucha chaña multicolor, que en medio de la pena, le dio un toque especial al momento del adiós.

Juan Antonio Prieto Henríquez, descansa en paz.

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