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Cambio 21/ Por Verónica Romero.-  La Corte Suprema ratificó fallo en que declara inocentes a los carabineros imputados por la muerte de Cecilia Magni y... Uniformados y el «pacto de silencio» que permite la libertad a 4 carabineros acusados de matar a dos jefes del FPMR

cecilia y pellegriniCambio 21/ Por Verónica Romero.-  La Corte Suprema ratificó fallo en que declara inocentes a los carabineros imputados por la muerte de Cecilia Magni y Raúl Pellegrin en Los Queñes en la región del Maule. Ambos jefes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez fueron torturados y asesinados luego de un ataque a un retén de carabineros en esta pequeña localidad rural en octubre de 1988 a pocos días del triunfo del NO a Pinochet.

La Corte Suprema dejó en libertad, debido a que no pudo comprobarse su culpabilidad en el crimen, a los cuatro carabineros acusados de asesinar a los dos máximos jefes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) luego de que estos realizaran un ataque al retén Los Queñes, en la comuna de Romeral, el 21 de octubre de 1988.

Raúl Pellegrin Friedmann y Cecilia Magni Camino fueron sometidos a torturas por cuatro carabineros, Julio Verne Acosta, Carlos Bezmalinovic Hidalgo, Juan Rivera Iratchet y Walther Soto Medina, quienes amparados en el «pacto de silencio» que mantienen los involucrados en estos casos ocurridos durante la dictadura fueron declarados no culpables por este doble homicidio.

Cecilia Magni y Raúl Pellegrin fueron los cabecillas del atentado a Pinochet en una cuesta del Cajón del Maipo en 1987.

Con respecto a que los exfuncionarios de carabineros se ampararon en el silencio para salir libres en este caso, Enrique Villanueva, exintegrante del FPMR, en entrevista con Cambio21 expresó que «es un argumento aberrante, es una inmoralidad, pues si ellos cometieron la violencia como parte del Estado y fueron agentes financiados por este, lo que están haciendo es mentirle a la gente y a ellos mismos, pero que la justicia no pueda contrarrestar esto es por el poder de los poderes fácticos».

Sobre esto, Carla Pellegrin, hermana de Raúl, declaró que «ellos se pusieron de acuerdo por una parte, porque en las 59 declaraciones dicen que nadie los vio, nadie los conoció, nadie sabe que existen y eso es desesperante, porque eso es lo que produce en nuestra familia, desesperación, sólo queda eso. Uno le deja a sus hijos la evidencia de que la justicia no existe».

Por su parte el abogado de derechos humanos, Héctor Salazar, en conversación con Cambio21 expresó que «uno puede presumir muchas cosas, pero sí creo que a esta altura y en vista de cómo se han ido desarrollando las investigaciones y los acontecimiento judiciales, es evidente que ante este tipo de operaciones policiales, la institución sabe perfectamente quiénes participaron y qué armas emplearon y, por lo tanto, están en condiciones de aportar información relevante a la investigación para efecto de establecer las responsabilidades correspondientes. La impresión que uno tiene es que esa colaboración en este caso no se ha producido».

César Bunster, otro exintegrante del FPMR y actual concejal de Puente Alto, en entrevista con Cambio21 declaró que «yo no puedo aseverar si esto es así o no, pero lo que sí puedo decir es que sin lugar a dudas hay muchísima información que mantienen los uniformados referente a las circunstancias en que fueron asesinados muchos opositores al régimen militar. Hay información que obviamente los militares no han querido entregar y eso es especialmente doloroso en el caso de los detenidos desaparecidos, pero es una verdad que todos los chilenos sabemos que es así y que efectivamente hay un pacto de silencio».

La «comandante Tamara» (Magni) y el «comandante José Miguel» (Pellegrin) participaron del ataque que se realizó al retén Los Queñes el 21 de octubre de 1988, operación en la que murió un carabinero. Una semana después, los cuerpos de ambos integrantes del FPMR fueron encontrados a la orilla del río Tinguiririca.

Según explicó Villanueva, lo que pasó en los Queñes fue que «este fue un acto de propaganda armada que se hizo en varios puntos del país, pero a Raúl y a Cecilia los aprenden y toman presos cuando ya había terminado el hecho y ellos iban saliendo del lugar».

Ratificación del fallo

Para el Tribunal de Alzada de Rancagua, no existen antecedentes científicos coherentes que permitan determinar la existencia del delito de homicidio en contra de los frentistas, ya que fue imposible -según esta resolución-, resolver las causas de la muerte de la pareja. Esta decisión fue ratificada por la Corte Suprema, que argumentó que «pese a que se determinó que existieron torturas contra las dos víctimas, no se comprobó que los uniformados procesados en el caso hubiesen participado de los hechos».

El abogado Salazar comentó que «no se pudo comprobar su participación directa y personal en los hechos. Esto deja abierta la interrogante sobre de si no fueron estos efectivos, entonces quiénes fueron. En ese sentido, la información debe tenerla la institución y es allí donde uno se plantea hasta qué punto hubo una real y efectiva colaboración de Carabineros de Chile en esa investigación».

Rafael Walker, exesposo de Cecilia Magni, expresó también en TVN que «quienes fueron los causantes, los asesinos, circulan por la calle libremente y sencillamente decidieron no entregar la información y en muchos casos irse con ella a la tumba y esta es una herida en nuestra sociedad».

Con respecto a la libertad que se otorgó a los carabineros (r) involucrados en el caso, Bunster explicó que «yo creo que es lamentable que se haya confirmado la sentencia, porque absuelve de homicidio calificado a esos cuatro carabineros. No tengo ninguna duda, a pesar de que no tengo pruebas, de que efectivamente no se pudo condenar a ninguno de estos carabineros en circunstancias en que si hubieran entregado información sí se podría haber llegado a una condena y a un conocimiento certero de la verdad».

Para Enrique Villanueva, la decisión de la Corte Suprema es una lástima y expresó que «esto es una aberración, porque está comprobado que tanto Raúl como Cecilia fueron torturados salvajemente y asesinados antes de ser lanzados al río Tinguiririca. Esto está acreditado por la parte médica y los abogados que investigaron el caso».

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