La extraña relación entre Iquique y el poder central.
Opinión y Comentarios 18 febrero, 2014 Edición Cero
Víctor Guerrero Cossio. Dr. en sociología. Académico UNAP
A pocos días de haber tenido en la ciudad la visita del presidente Piñera, que pasó sin pena ni gloria a pesar de los gritos de protesta de los tripulantes de la pesquería industrial, surge la inquietud acerca de la votación recibida por Piñera en las presidenciales (la mayor votación regional porcentual) y el escaso respaldo que ha tenido en sus visitas a la ciudad.
Si bien en los últimos meses los gobiernos presentan una tendencia a la disolución del poder, llama la atención que en Iquique se haya favorecido electoralmente a la derecha y esta relación haya sido tan frágil. Para entender este fenómeno sociopolítico conviene considerar las siguientes claves:
– La región de Tarapacá ha dejado en la historia su componente popular de izquierda, basado en la economía salitrera y la residencia pampina.
– Los tarapaqueños hoy viven abrumadoramente en la ciudad y su economía se afinca en la minería del cobre y el comercio internacional.
– Los valores predominantes giran en torno al individualismo y la inmediatez.
– La identidad local se produce en el marco del multiculturalismo, que deshace sin piedad los tradicionales apegos sociales.
– El crecimiento económico, el aumento de los ingresos promedio, la exacerbación del consumo general y su agravamiento por los influjos de la zofri.
Derrumbada la tradición sociopolítica de Iquique, el escenario actual se presta a una colonización de promesas de corto plazo, donde las diferentes expectativas incumplidas han tendido a favorecer a discursos críticos de la coalición que gobernó a Chile durante los veinte años anteriores. También hay una sanción de castigo para los gobernantes que no cumplieron de las expectativas, mayoritariamente personales, dado el desplome del viejo colectivo tarapaqueño.
Sin embargo, esta filiación política no cuenta con un respaldo fuerte ni de largo plazo, es frágil, ambivalente y superficial. Da y quita con una acelerada y frenética evolución de sus aspiraciones y búsqueda de nuevos oferentes.
Por ello en la región de Tarapacá el 2009 dio mayoría a Piñera, Enríquez Ominami y Frei, en ese orden. Mientras que en el 2013 fue a Bachelet, Matthei y Parisi. Es relevante señalar que en las últimas dos elecciones la preferencia en Tarapacá por candidaturas emergentes ha sido notable, al punto que el 2009 fue la mayor votación regional que se otorgó a Enríquez y el 2013 una de las mayores a Parisi.
El escenario que espera en Tarapacá a Bachelet es altamente voluble, como también en Arica, donde ha despuntado el mismo fenómeno. Y no es problema sólo de liderazgo nacional, es la nueva sociedad tarapaqueña la inquieta, la díscola, la ansiosa, que da y quita con suma facilidad. La disyuntiva es predecir cuanto sirve a los propósitos regionales esa desconfianza política y el cálculo de los gobernantes para priorizar o no a la región en su política pública.
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