Edición Cero

Haroldo Quinteros Bugueño/ Profesor universitario. Doctor en Educación  Probablemente, las Administradores de Fondos de Pensiones (AFP) sean en la conciencia colectiva nacional la mayor lacra... ¿Fin de las AFPs?

haroldo qHaroldo Quinteros BugueñoProfesor universitario. Doctor en Educación

 Probablemente, las Administradores de Fondos de Pensiones (AFP) sean en la conciencia colectiva nacional la mayor lacra que el país heredó de la dictadura. Por lo menos, fue la más engañosa. La propaganda oficial de los 80, “demostraba” en sus diarios mensajes “mercuriales,” radiales y televisivos que el sistema era muy conveniente para los trabajadores, una vez llegado el momento de jubilar.

Muchos entraron a las AFP amenazados, o por miedo; otros lo hicieron voluntariamente, y finalmente, otros, los más advertidos, simplemente permanecieron en el sistema antiguo, que después se transformó en el Instituto de Normalización Previsional (INP), y finalmente en el Instituto de Previsión Social (IPS). A todo esto, las privilegiadas FF. AA siguieron en el sistema antiguo, lo que anunciaba el fraude que se nos venía encima. Y así fue.

En la más absoluta mayoría de los países del mundo, en el peor de los casos, un jubilado recibe alrededor del 65% de su último salario. En Chile, esa suma bordea la tercera parte. Un equipo de CENDA, liderado por el economista Manuel Riesco, publicó no hace mucho un estudio sobre el sistema de las AFP, que, entre otras sorpresas, demostró que de cada tres pesos que recauda el sistema, tanto por la vía de la cotización  de los afiliados como de subsidios del Estado, dos se quedan enredados entre las AFP y los grandes grupos financieros, que, en la práctica, son los mismos.

La conclusión más importante fue otra. El estudio demostró que si el sistema de pensiones volviera a ser de control de Estado, las pensiones que otorgan las AFP serían del mismo rango que las que ofrece el sistema público (IPS). Bueno, la pregunta no puede ser más obvia. Si el sistema es tan inconveniente para los trabajadores chilenos, ¿por qué no se ha eliminado o modificado? Pues, simplemente, porque se ha entronizado en el orden económico nacional, el que ni la derecha ni la Concertación, en mayor o menor medida comprometidas con él, se han atrevido a modificar.

Matthei, de ser elegida presidenta, como firme admiradora de la “obra de mi general,” en el mejor de los casos podría modificarlo levemente, para no tener que enfrentar la ira popular, que se vendrá encima con los movimientos sociales, que están sólo esperando su hora para actuar. Bachelet no propone eliminar el sistema, sino crear una AFP estatal, sin fines de lucro. Por supuesto, con lo que ella no parece contar es que lo que quiere la mayor parte del país es la eliminación de las AFP y su reemplazo por un sistema previsional de Estado.

En verdad, la eliminación o modificación sustancial del sistema de AFP sólo necesita la mayoría absoluta de los senadores y diputados en ejercicio, como así lo estipula el Artículo 19, Nº 18 de la Constitución. Es decir, el inminente gobierno de Bachelet (quién puede dudar que ganará), si lo quisiese, podría terminar con el sistema de AFP, puesto que cuenta con la mayoría parlamentaria en ambas cámaras para hacerlo. ¿Lo hará? Recordemos que para producir el fin o la modificación de las AFP basta un solo doblaje en el Senado y en la Cámara de Diputados respectivamente, mayoría que ella tuvo en su anterior gobierno durante dos años, y que no quiso utilizar, tanto para sustituir el sistema de AFP como cualesquiera otras instituciones económico-sociales neoliberales heredadas de la dictadura.

Agitados tiempos se nos vienen, porque a nuestro aporreado pueblo ya se le ha acabado la paciencia, y va a exigir, como sea, que este infamante negociado con el trabajo de toda una vida de cada chileno, por fin, termine.

Los comentarios están cerrados.