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Haroldo Quinteros Bugueño/ Profesor universitario. Doctor en Educación Decía Aristóteles que el hombre es, por naturaleza, un animal político, y que lo es porque, como... Alianza por Chile: Candidatam Habemus

foto-haroldo  cometarioHaroldo Quinteros Bugueño/ Profesor universitario. Doctor en Educación

Decía Aristóteles que el hombre es, por naturaleza, un animal político, y que lo es porque, como ser inteligente, es el único animal que sabe distinguir entre lo justo y lo injusto. Y agrega genialmente: si el hombre se separa de la Ley (que si es justa, es el bien para todos), puede ser “el peor de todos los animales.” La frase es metafórica, por supuesto, pero clara. Para impedir que el mentiroso, el cruel y el inmoral accedan al poder, todo hombre y mujer que se precien de su valía humana deben poner atención a cada paso que den los dirigentes de la sociedad; es decir, los políticos.

Deben hacerlo, porque rara vez un político profesional dice exactamente las razones de su actuar. Su fin es acceder al poder, y cuando se quiere el poder, y, además, conservarlo, la primera víctima bien puede ser la verdad. Entonces, si las sociedades no marchan bien, es, simplemente, porque sus ciudadanos no estudian con rigurosidad la realidad que los circunda, y, en consecuencia, eligen mal a sus dirigentes. Por supuesto, el ciudadano debe entender bien por quién vota cuando tiene que hacerlo; vale decir, no debe ser presa de demagogos ni de los torrentes de propaganda electoral.

Debe, en suma, notar con la mayor certeza que le sea posible quiénes y qué son realmente los candidatos, los partidos y coaliciones, y en qué se diferencian, si es que realmente hay diferencias entre ellos. ¿Qué está pasando en el Chile de hoy en política? Nueva Mayoría, sobándose las manos, pues duda poco de su triunfo. Las candidaturas menores, en su mayoría testimoniales de su rechazo al duopolio que se ha venido repartiendo el poder del gobierno en casi cinco décadas, buscando llegar en segundo lugar, sabedoras que habrá dos vueltas. ¿La Alianza?, fabricando sorpresas. Primero, nadie dudaba que Laurence Golborne sería su candidato presidencial para las elecciones de noviembre. La UDI, muy segura, lanzó su candidatura hace unos meses, la que, de hecho, ya venía construyendo desde el día siguiente que fueron rescatados los 33 mineros de la mina San José. Sin embargo, al conocerse la noticia de sus secretas andanzas -con platas suyas obtenidas en Chile- en un lejano “paraíso fiscal,” y luego su responsabilidad en oscuras especulaciones con las tarjetitas Jumbo, se produjo el dramático fin de su carrera. RN, el partido socio, exhibió abierta su complacencia, incluso, justificó su caída, sobre la base de las culpabilidades de Golborne.

No era para menos, su retiro forzado abría la posibilidad de su mejor hombre, Andrés Allamand, de ganar las primarias de la derecha que ya se avecinaban. Para entonces, las relaciones RN-UDI ya estaban a muy mal traer. La UDI, entonces, levantó una de sus figuras más históricas y emblemáticas para competir con Allamand, Pablo Longueira, convencido neo-liberal, discípulo y amigo de Jaime Guzmán, el ultra-conservador fundador de la UDI, con quien, dice él, conversa en sueños. Pasado poco tiempo, empero, el candidato renuncia por problemas médicos. Ya sin posibilidad de nuevas primarias, RN argumenta que el derecho “natural” a la candidatura lo tiene Allamand, por haber casi empatado con Longueira en las primarias. Pero, una vez más, la UDI, exhibiendo sin tapujo su inveterada tendencia hegemonista, lanza su tercer candidato, sin ningún ánimo de transarlo.

Es Evelyn Matthei, ¿recuerdan?, sí, la chica de los espionajes telefónicos y los garabatos. Allamand hace mutis por el foro. RN, entonces, para salvar apariencias, pone tímidamente en la palestra a su senador Francisco Chahuán. ¿Por qué no? Al fin y al cabo, dicen los dirigentes de RN, la UDI ganó la primaria, pero no con doña Evelyn. Al final del culebrón, RN cede, aunque no de modo totalmente genuflecto. Ante una irreductible UDI, el apoyo a la “mal hablada” (palabras textuales del presidente de RN, Carlos Larraín), es lo único que asegura la continuidad de la coalición de derecha, y el aseguramiento de buenas listas parlamentarias, y, lo más importante, la re-elección de Piñera, hombre de RN, en 2018.

Por fin, ya están todos los candidatos, entre ellos doña Evelyn, quien, por supuesto, no ganará en noviembre. Cómo va a ganar… ¿Recuerdan cuando dijo que no tenía idea del espionaje telefónico a Piñera (cuestión no sólo inmoral sino ilegal, por cierto) para luego callar cuando fue descubierta? Y eso de ser “mal hablada,” (en buen chileno, garabatera) no es baladí. Su uso continuo del lenguage coprolálico no responde, por supuesto, a una baja escolaridad ni querer aparecer en público como “achorada,” sino a su personalidad irascible, violenta e imprudente. ¿Será por eso que sus sonrisas en la tele se ven… así tan como forzadas?

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