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Diario Financiero / Por B. Sifón / C. Torres
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De acuerdo con expertos, la ubicación y “calidad” de los cielos chilenos para las observaciones... Más de US$ 3.000 millones para poder mirar las estrellas desde los cielos más puros en Chile

dfDiario Financiero / Por B. Sifón / C. Torres
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De acuerdo con expertos, la ubicación y “calidad” de los cielos chilenos para las observaciones astronómicas sólo es superada por el Polo Sur. Y, por ello, en esta área los proyectos de inversión en el país superan los US$ 3.000 millones.

De hecho, el próximo 15 de marzo se inaugurará el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), la iniciativa más ambiciosa a nivel mundial en materia astronómica, que ha significado una inversión superior a los US$ 1.000 millones a unos 50 kilómetros de San Pedro de Atacama, sitio definido por el Observatorio Europeo Austral (ESO) como un lugar con “condiciones inmejorables para la observación” y que permitirá en poco tiempo más que los observatorios en Chile representen el 70% de la capacidad de observación del planeta.

Para el subsecretario de Economía, Tomás Flores, la importancia de estos nuevos centros astronómicos en el país no sólo radica en el uso de cielo -cuyo tiempo de observación exclusivo supera al de Alemania y Francia juntos- sino que los nuevos centros contratarán a científicos chilenos y desarrollarán aplicaciones y tecnologías comerciales, cuyos beneficios serán “muy claros y concretos”.


“Rentabilizar” el cielo


A pesar de la conexión entre Chile y la astronomía, hasta ahora no ha habido una gran participación de las empresas locales en ese ámbito. Por ello, el subsecretario de Economía, Tomás Flores, plantea que el gobierno busca potenciar la participación de empresas chilenas, que se dediquen especialmente a procesar datos recogidos en la observación. “Nuestro rol como ministerio es ver cómo podemos ayudar a empresas nacionales a convertirlas en proveedoras de servicios y equipos de la industria de la astronomía”, plantea.

Actualmente, en Chile existen cuatro proyectos ligados al procesamiento de datos en otros rubros y el gobierno espera duplicar el número, pero además incluir a estas empresas en la interpretación de datos astronómicos, todo esto enmarcado en el año de la innovación. “El negocio no es solo vender productos en los observatorios nacionales, sino que ya generar productos que lo puedas vender en todo el mundo”, destaca Flores y agrega que Chile será uno de los primeros países de América Latina en tener este tipo de inversiones.

A futuro se espera que las principales retribuciones económicas del sector provengan de estas procesadoras de bases de datos, ya que “cada noche obtienen una cantidad de datos enormes y Chile está cercano a poder ser un procesador de datos sin necesidad de que esas bases tengan que viajar a Estados Unidos o Inglaterra”, afirma el subsecretario.

Es más, las experiencias internacionales permiten a los inversionistas prever un retorno directo de dos a uno por cada dólar invertido, mientras que cuando se trata de retorno indirecto la relación es de diez a uno por cada dólar invertido. En tanto, las facturaciones anuales de las empresas que trabajan en la astronomía oscilan entre los US$ 500 mil y los US$ 20 millones anuales.

El subsecretario de Economía explica, además, que la ley de I+D permite que cada empresa que realice investigaciones y desarrollo pueda reducir “prácticamente la mitad” del capital invertido en esos proyectos, a través de impuestos.

La mayor cantidad de recursos están destinados al European Extremely Large Telescope, el telescopio óptico/infrarrojo más grande del mundo, que está siendo construido en la región de Antofagasta y estará operativo en 2022. Este proyecto comprende una inversión aproximada de US$ 1.500 millones
Después viene el Giant Magellan Telescope, ubicado en la región de Coquimbo, cuya puesta en marcha será en 2016 y el Large Synoptic Telescope, también ubicado en Coquimbo y operativo en 2022, con inversiones aproximadas de 
US$ 800 millones y US$ 500 millones, respectivamente.

Actualmente, las principales inversiones en el ámbito científico en Chile las realizan las universidades, pero estrictamente en el ámbito astronómico llevan la delantera la U. de Valparaíso y la U. Federico Santa María, dedicadas a la astrometeorología y la astroinformática, respectivamente. “Nuestro desafío es ver cómo incorporar empresas, no sólo universidades”, afirma Flores.

De hecho, el sector minero -dada su capacidad y “buena calificación” en grandes máquinas- podría encontrar un nicho para trasladar las piezas necesarias para los observatorios, como los espejos de gran tamaño.

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