Edición Cero

A través de su saludo navideño el párraco de la Catedral, sacerdote Guillermo Fajardo, hizo un llamado a desechar, los anuncios catastróficos del fin... Vicario Guillermo Fajardo llamó a centran la vida en Dios

A través de su saludo navideño el párraco de la Catedral, sacerdote Guillermo Fajardo, hizo un llamado a desechar, los anuncios catastróficos del fin del mundo y a central vida en torno a Dios.

Mensaje

A nombre de la Iglesia de Iquique, queremos entregarles un mensaje navideño; es muy probable que durante estos días de diciembre hayas tenido el firme propósito de poder detenerte y reflexionar sobre tu vida, tu familia, tu trabajo, sobre tus sueños y anhelos, pero la vorágine del día a día con su miles de preocupaciones te lo hayan impedido; más aún es posible que aún andes corriendo de un centro comercial a otro, buscando qué regalar, escribiendo tarjetas apuradamente, comprando papeles de regalo con motivos navideños, o buscando adornar tu casa con miles de luces navideñas, etc., etc., todas cosas propias de estos días pero que también nos pueden robar el más genuino sentido de la navidad.

En estos últimos días hemos sido bombardeados con noticias dramáticas, que anuncian el fin del mundo, con figuras catastróficas, apocalípticas y repletas de fuego y destrucción. Entonces viene la incertidumbre a nuestras vidas, no sabemos a dónde mirar, de qué tomarnos para tener seguridades, y no hablo de seguridades económicas, sino de seguridades internas que puedan darle sentido a todo lo que hacemos en la vida. Los problemas del mundo son tan complejos y los intereses creados son tantos, que no se llega nunca a las soluciones radicales.

En nuestro mundo y también en Chile hay tanta gente de buena voluntad que da lo mejor de sí para ayudar a otros, para tender una mano y decirle al mundo que Dios los ama, pero también en nuestras ciudades y barrios existe dolor, hay tanta pobreza, vivenciamos la injusticia, la violencia aflora no solo en los actos delictuales sino también a través de nuestras propias actitudes, existe el abandono de tantos niños recién nacidos y el abandono de muchos adultos mayores, existe el flagelo de la droga, del alcohol que daña a tantos hogares, nuestro mundo aparece roto y triste.

Por eso, necesitamos que venga un Dios a nosotros y que se quede con nosotros. Un Dios que se ponga a nuestro alcance, que recorra nuestros caminos y conduzca nuestros pasos. Un Dios que sienta con nosotros, que conozca nuestras debilidades y nos transmita la fuerza para superarlas. Un Dios que se haga cercano y amigo, dispuesto a cargar con nuestros fardos y capacitado para curar nuestras heridas. Un Dios que nos enseñe palabras de vida, que hable al corazón, que legisle en este mundo en bien de los más débiles, y que pueda promover una nueva cultura, la civilización del amor, de la paz, de la verdad, de la misericordia, del abrazo y del perdón.

Ese Dios es el Emanuel, el Dios con nosotros que nacerá en Belén, pero sobre todo que quiere nacer en tu vida y en la vida de nuestro país y del mundo. Deja que nazca en ti y podrás ser constructor de un tiempo y de un mundo nuevo.
Feliz navidad te desea la Iglesia de Iquique.

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